Ahora que ya se ha oficializado lo relacionado con el incremento de la gasolina, con el anuncio del Presidente Maduro, el sábado por la noche, vale la pena analizar en detalles el asunto, ya no bajo supuestos sino en escenarios más reales del nuevo esquema que se implementará a partir del primero de junio.
Comencemos por lo primero del esquema presentado: gasolina a 100% de los vehículos a un precio de 5000 Bs. con un límite de 120 litros mensuales a automóviles y 60 litros a motos
Esta modalidad aunque restringe la cantidad de gasolina "subsidiada" mensualmente, sigue siendo un esquema que favorece exclusivamente a los particulares dueños de vehículos. Dejando sin beneficio a quienes no poseen vehículos (como siempre ha ocurrido). Así, la "mercancía" gasolina que seguirá produciendo y distribuyendo el Estado venezolano sólo terminará beneficiando a una minoría de venezolanos, propietarios dueños de vehículos.
En relación al diésel se informó que en los próximos 90 días se entregará sin costo, es decir con subsidio del 100% con lo cual se garantiza que el trasporte de pasajeros y de mercancía no será impactado por esta causa, de momento, y que se podrán a funcionar mesas de diálogo entre transportistas y autoridades a fin de establecer nuevas tarifas y la modalidad de subsidio a instrumentar.
Y por último se informó que entran en funcionamiento 200 estaciones de combustibles que ofrecerán la mercancía gasolina a un precio de 0,50 centavos de dólar. Estas estaciones estarán bajo control de privados. Así quienes demanden más combustible del subsiado mensualmente, sencillamente tendrán la opción de recurrir a estas estaciones y cancelar la mercancía a "precios internacionales".
Asumiendo que partimos de la premisa de que ponerle precio a la gasolina era una decisión impostergable, el asunto es de cuánto sería el aumento y las posibles modalidades de "subsidio" que podría otorgarse.
Fíjese que decimos subsidio que podría otorgárse, no dijimos subsidio "exclusivo" para los propietarios de vehículos. Tal como lo plantea el esquema que se implementará a partir del lunes primero y es como ha ocurrido siempre en nuestro país.
En el medio de la descomunal crisis económica que afecta a buena parte de la población venezolana no parece descabellado considerar que se pueda destinar una proporción de las ganancias que genere la venta de combustible a beneficiar a vastos sectores de la población, otorgando "bonos especiales mensuales" que les permitan hacer frente a la crisis.
Veamos lo justo de la propuesta que hacemos. Los dueños de vehículos recibirán un subsidio mensual de 120 litros de gasolina, si calculamos este producto a precios internacionales de 0,5 dólares, estamos hablando de que cada dueño de vehículo recibirá el equivalente a los 60 dólares cada mes; no parece descabellado imaginarse que a cada venezolano, mayor de edad, se le otorgue el equivalente a 40 litros de gasolina, que corresponderían al equivalente en bolívares de 20 dólares mensuales.
Como en el caso que proponemos, hablamos de personas que no tienen vehículo, sencillamente el Estado le otorgaría un tercio de la cuota que le corresponde de gasolina a los dueños de vehículos, pero calculando esa gasolina a precio internacional y otorgándole mensualmente el equivalente en bolívares. Ya el mecanismo existe, es el Carnet de la Patria, funciona, está probado.
Ese subsidio provendría exclusivamente de la venta del combustible que produce y distribuye el Estado. Sería una manera de ofrecer un beneficio directo de la renta del petróleo a la gente sin discriminación. Hasta el día de hoy la venta de gasolina barata, por no decir que regalada, ha beneficiado de manera directa y exclusiva a los dueños de vehículos, parece que es hora de "redistribuir" más equitativamente esta renta entre más venezolanos y comenzar a incluir en el negocio de la gasolina a más venezolanos.
La producción, distribución y venta de gasolina es un "negocio rentable", aquí y en cualquier lugar del mundo. No debe el Estado poner en bandeja de plata a los privados este negocio, del cual puede comenzar a subsidiar a las mayorías otorgando beneficios económicos bastantes demandados en nuestros días.
Si cada venezolano mayor de edad comienza a recibir un aporte mensual que al día de hoy está cerca de los 9 salarios mínimos, es una ayuda que le serviría de mucho y le haría una gran justicia social.
La infraestructura que existe en el país para producir y distribuir gasolina es de PDVSA; es decir, del Estado, por tanto pertenece a la mayoría de los venezolanos, lo que permite concluir que deberían comenzar a recibir beneficios directos de este negocio la mayoría de los ciudadanos y no solamente quienes tienen privilegio de tener vehículos, es decir los privilegiados de siempre. Dar un pequeño beneficio exclusivo a los dueños de vehículos, supone una injusticia con las grandes mayorías. Los privados ahora es cuando van a comenzar a recibir "lucro" de la venta de gasolina a precios internacionales, ¿por qué no ampliar?. Socialicemos las ganancias que comenzará a producir la venta de la mercancía gasolina.