Esto de los buques de Irán entrando a territorio venezolano y descargando gasolina y otros insumos, va resultando una muy mala película. El muchacho, como se decía antes no es ni Diosdado, ni Maduro, menos el poder popular y mucho menos la "soberana" e histórica Asamblea nacional Constituyente. El muchacho o protagonista principal es un tal Wilmer con su capital.
No hay que desanimarse y para no caer en una fuerte depresión frente a este casi miseria de "revolución", uno puede montarse su propio documental. Algunos, tal vez, decidan comenzarlo por la detención de Aryenis Torrealba y Alfredo Chirinos. Es posible que en la detención de estos dos jóvenes esté una de las puntas de esta historia de buques, quiebre de PDVSA, privatización de PDVSA y enriquecimiento con la destrucción de PDVSA. Aryenis y Alfredo intentaron denunciar una estafa que es la verdadera película de PDVSA y la verdadera película de esta "revolución".
Otros pudieran tener como centro de su documental a Willy Rangel un "obrero" que va resultando ser mucho peor, que el peor dirigente de aquella CTV que nos recuerda los tiempos en que la cúpula obrerista y sindical de AD pelaba no por un hueso, sino por el lomito. Una dirigencia sindical que peleaba por el poder. Hoy la dirigencia sindical "revolucionaria" con Willy Rangel a la cabeza están en el hundimiento de la nueva PDVSA y dándole vida a la otra nueva PDVSA, que ya toma forma.
Mientras la "revolución" colocaba a los revolucionarios en un colectivo orgasmos por la llegada de los buques de Irán, la dirección política de la "revolución" y el PSUV esconden perfectamente el desastre que ha sido PDVSA y ya tienen con todos los detalles, la otra nueva PDVSA, que en honor a la verdad (y me cuesta decirlo) puede ser un rato largo mejor que la nueva PDVSA que la "revolución" liquidó. Mientras, los revolucionarios en ese orgasmos experimentan sus espasmos, contorsiones musculares y quejidos; la dirección política de la "revolución" le echa tierra a la "recuperación" de unas refinerías que dejó muy ricos a unos pocos "revolucionarios" y parece que no hubo ninguna recuperación pero si líderes muy gordos.
Ahora Wilmer que no es Castro Soteldo, recuperara las refinerías y déjenme decirle (aunque me cueste mucho echarlo para afuera), que me resulta de mayor confianza, porque como lo supo decir en una reunión donde esta nueva PDVSA toma cuerpo, no estaba dispuesto a entregar un centavo a estos gerentes "revolucionarios" para recuperar las refinerías. El Wilmer de esta historia, que no es Wilmer Castro Soteldo, sabe que la única manera de recuperar la inversión (con % ya cuadrado) es él administrando el capital que va a destinar para ello. Esta privatización de PDVSA ya casi cerrada puede parar en seco el orgasmos colectivo o venirse con un polvo tipo gallo de pascualita.
Digo algo que me cuesta decirlo. Extraño (y mucho) la cámara de diputados y el senado de la vieja IV República. La extraño y mucho frente a esta Asamblea Nacional Constituyente y que "soberana" pero boba, que guarda silencio. Extraño y mucho a la izquierda trasnochada de la IV. Extraño a ese MAS, que tantos casos de corrupción llevó a una comisión. Aunque no hubo castigo ni corruptos presos con excepción del chinito, el sr de la carretera Chuspa-Osma y el caso de los jeep; la izquierda hacia algo en la IV. Este ridículo de revolución y de revolucionarios gritan por una gasolina privada y por una privatización solopada de PDVSA, que por ahora (y me duele decirlo) creo que sera más decente que la PDVSA que hundió la "revolución" y que los revolucionarios de hoy ni ven ni son capaces de enfrentar porque políticamente están capados (CASTRADOS)
Sé que entre mis amigos voy a ser vista con malos ojos, pero viendo lo que han hecho estos "revolucionarios" del PSUV con PDVSA, observo (por ahora) con buenos ojos que el tal Wilmer se vaya quedando con las estaciones de gasolina y se prepara para recuperar las refinerías. Sé que el movimiento obrero que lucha en PDVSA para tener voz y poder, seguirá en esa lucha y pueda que estos revolucionarios que hoy me lucen ridículos despierten y coloquen las cosas en su sitio.
Por supuesto, no cuestiono que un empresario arriesgue su capital en procura de incrementarlo. Esto es muy natural en un régimen capitalista y este venezolano no puede salirse de esa lógica. Lo triste o muy triste, es ver el circo de muñequitos revolucionarios bobitos, viendo los buques como una gran victoria de la revolución. Como dijo una vez el llamado filosofo del Zulia, no se le puede pedir peras al horno.