Al día de hoy no dispongo de los 20 dólares que, por ahora, implica colocar los 40 litros de combustible que requiere mi automóvil. Pero más allá del drama particular que esto puede significar, prefiero analizar el asunto del incremento de la gasolina desde una perspectiva más global.
Les digo, el tema de las colas, es lo de menos desde mi punto de vista. Lo que para muchos de la "clase media" tradicional es una humillación, hacer muchas horas de cola para adquirir un producto, cualquiera que este sea, para mí es lo de menos. El pueblo tiene años haciendo colas y las colas más "arrechas" fueron esas que les puso a hacer Chávez en esos mercales vendiéndole comida barata a la gente. Todavía no olvido esos operativos en Los Próceres, donde después de larguísimas horas de cola salían muchas mujeres con unos sacos de comida que a duras penas podía llevar a cuestas. Todo gracias a los descomunales subsidios a los alimentos que impusiera Chávez y su gobierno. Fueron aquellos tiempos felices del pueblo, claro nadie puede olvidar el "odio" que en otros sectores de la sociedad esto generaba.
Ocurre que la tradicional clase media, los que siempre han tenido todo y de todo, nunca han podido concebir que "otros", los que no siempre tuvieron todo y de todo, repentinamente comenzaran a ser beneficiarios directos de políticas sociales de un gobierno que, en el ideario de de ellos, estaba más cerca del comunismo de Fidel Castro que de su idealizada sociedad estadounidense con sus valores de libertad, consumo y libre empresa.
En principio, puede no parecer ilógico que se subsidie gasolina a 5.000 Bs. el litro. Aclaro que esta sería la única gasolina que mi bolsillo podría sufragar. La cuestión es que, por los vientos que soplan, de las 200 "gasolineras Premium" inicialmente anunciadas, parece que progresivamente se van sumando otras y llegará el momento en que se invierta la cosa y ojalá queden 200 estaciones con "gasolina subsidiada".
Pero confieso que soy de los que creo que bastante "subsidio a la gasolina" se ha dado a la clase media durante décadas de historia petrolera, creo hay que distinguir derechos con "privilegios". La mayor parte de las políticas que durante décadas de era petrolera se implementaron en el país, fueron "privilegios" a las clases medias, en desmedro de las mayorías. Entras estas subsidio directo a la gasolina.
Pero lo que preocupa de este esquema de "dolarización" de la gasolina es que no termina de quedar claro cómo va a funcionar este negocio. Inicialmente creí y entendí que el Estado, que es quien produce y distribuye la gasolina le pondría precio finalmente y además de evitar con ello el "tráfico ilegal" (contrabando) de este producto, comenzaría a sacarle ganancias para con estos recursos apalancar la golpeada economía de nuestro país y reimpulsar las políticas sociales de la agenda que Chávez dejó sobre la mesa.
Después de esta primera semana, donde vemos como arrancó la distribución de la gasolina que llegó de Irán, el Estado no termina de aclarar en qué consiste el esquema de "asociación con los privados". Cuánto capital están arriesgando los "tales privados" para reactivar la producción de gasolina en el país.
Es falso que los privados importarán gasolina, ya todos sabemos que las sanciones económicas impuestas por EE UU impiden a cualquier particular importar productos a Venezuela. Por tanto, en caso de que se importe más gasolina será de Irán, que es el único país por ahora dispuesto a enfrentar las sanciones gringas y ese país está vendiéndole combustible a la República no a particulares, de eso no hay dudas.
Todos sabemos que la industria de refinación de petróleo es una empresa del estado, aún quebrada como la dejaron los que la administraban, y que recibió la estocada mortal con las sanciones de Trump, que impedían, entre otras cosas, importar aditivos y por tanto reactivar la producción de combustible. Hasta el día de hoy estas instalaciones y todo su potencialidad para producir combustible, en el mediano plazo, pertenecen al Estado, no se ha sabido hasta hoy que se haya vendido.
Claro que una "asociación con privados" podría ser válida, algunos la creen hasta inevitable, la cuestión es con quién nos asociaremos, en qué consistirá esa asociación, cuánto capital pondrá cada quién, cómo se repartirán las ganancias.
Pero una cosa es asociarnos con los privados para explotar el potencial petrolero de las instalaciones de nuestras refinerías y otra es llamar a unos "individuos" para partir la tajada del negocio de la "venta de la gasolina".
Se hace imperativo que el Gobierno nacional aclare estas cuestiones relacionadas con la venta de gasolina a precios internacionales, ya el Presidente informó que estamos en un período de prueba. Nadie tiene dudas de que el negocio es "rentable", la gasolina a 0,50 dólares tendrá suficientes clientes, aunque es verdad que muchos venezolanos lastimosamente no podremos acceder a este costoso producto. Las "políticas sociales" que debe apalancar la venta de gasolina como negocio abarcará a la mayor parte de los venezolanos.
Las ganancias de la venta de gasolina no pueden ser "privatizadas" de buenas a primeras. Hasta ahora el monopolio de este negocio lo tiene PDVSA, que es una empresa del Estado, no tiene ninguna lógica poner un negocio exitoso en manos de privados que no aportan nada al mismo.