PDVSA: Responsables y Señalados de la Tragedia Actual

Martes, 09/06/2020 11:02 PM

Se ha abierto una especie de torneo en torno a quien asume la responsabilidad sobre el desastre de la gasolina y la destrucción de PDVSA. Ramírez habla de desear volver para arreglarla, mientras que desde el clan de Guaidó dicen que las sanciones nada tienen que ver. Desafortunadamente para ellos, los hechos, cifras oficiales y registros históricos no mienten.

Todo parece sugerir que además de una cuota de corresponsabilidad desde el espacio de la ineptitud, la corrupción y la indolencia interna de sus directivas y alta gerencia desde tiempos de Ramírez, Del Pino, Quevedo y hoy Asdrúbal, existen también indicios de conspiración desde la orbita política de una oposición vende patria ligada a intereses financieros nacional e internacional, pero también un gobierno que no ha sabido colocar a nuestra industria en las manos correctas y que poco parece importarle su destino.

Alguien le metió la idea en la cabeza a los presidentes Venezolanos que PDVSA solo era buena para producir renta y no para ser rentable. Alguien convenció a los presidentes revolucionarios luego de 1998, que la conducción de nuestra industria puede ser depositada en improvisados sin experiencia, sin conocimiento y sin preparación. Que basta con saber repetir un par de líneas y frases vacías para ser ministro. Que basta dar "retuit" a los mensajes de N. Maduro y vestirse de rojo para ya estar apto para ser presidente o directivo de PDVSA.

Es así como incluso hasta el fin de semana pasado usted escucha con sorpresa a ministros de petróleo locales abogando por un precio justo del barril, pero nunca exigiendo públicamente un mejor rendimiento en los indicadores de PDVSA y un mejor uso de los dineros de todos en la producción de riqueza sostenible. Cuando usted es testigo de un ministro hablando de contribuir a estabilizar mercados cuando nuestra industria apenas contribuye con el 0.6% de la oferta global.

LLEGA RAFAEL:

Llegado 2004 el componente de los ingresos totales en divisa de la nación Venezolana era cada vez más dependiente de los ingresos petroleros. El componente petrolero del PIB iba abarcando cada vez más espacio ante la reducción incesante de la producción y manufactura no petrolera, hasta superar el 96% entrado ya el nuevo milenio.

Venezuela dependía entonces de la industria petrolera para alimentar el creciente gasto público y sobretodo la agenda política expansionista de la revolución. Hoy, la dependencia ha migrado en su casi totalidad hacia el arco minero, ante la escasa probabilidad que PDVSA produzca ganancias sustanciales, particularmente durante 2020.

Pero todo comenzó a coagularse desde 11’2004 con el nombramiento como ministro y presidente de Petróleos de Venezuela del entonces poco trillado Ramírez. Mientras el barril OPEP pasaba de $23 a $51 Ramírez no pudo prever que dicho precio no solo no era sostenible sino que estaba siendo utilizado para dar la estocada fatal a la mismísima OPEP, desde el fortalecimiento de los EEUU, no solo como país productor sino como exportador neto de crudo. En medio de la mayor alza de precios del barril jamás vista, se alimentó el endeudamiento, la corrupción y el hundimiento de PDVSA y con ella el de la revolución.

Mientras el crecimiento de la producción de los EEUU pasaba de 4.5 MMBD en 2005 a >7 MMBD al cierre de 2012. Mientras se expandía la oferta y EEUU reducía importaciones. Mientras Brasil duplicaba su producción pasando de 1.4 MMBD a más de 2.2 MMBD entre 2005-2012 y mientras los productores de la costa occidental de África aceleraban la marcha para abrir sus reservas a producción, Ramírez aun defendía un precio por encima de $100 por barril [https://www.reuters.com/article/us-oil-venezuela-idUSBRE8740AY20120805].

Ramírez asegura recientemente que durante su gestión mantuvo en niveles razonables el volumen de exportación y suministro interno de gasolinas. Lo que no dice es que mantuvo dichos volúmenes a punta del aumento inusitado en la importación de crudo y refinados (grafico). Luego de 2010 con la entrada de las empresas mixtas se favoreció la caída de la producción tradicional contribuyendo a encarecer las operaciones y el aumento de costos, al sustituir crudos valiosos por crudos pesados mejorados, exacerbando la importación de dichos crudos para sustituir aquellos que se dejaron de producir y al destruir la capacidad interna de refinación en un solo día desde el accidente de Amuay.

Para entonces, quizá sin advertirlo ya se había servido la mesa para la imposición de crecientes sanciones, toda vez que PDVSA estaba en posición de debilidad, empeñada y dependiente y toda vez que los EEUU estaban ya fortalecidos en su producción propia. Hoy ese Ramírez que destruyó la industria, pretende erigirse como su salvador [https://www.rafaelramirez.net/sala-de-prensa/entrevistas/exclusiva-rafael-ramirez-quiero-volver-a-mi-pais-y-recuperar-pdvsa/].

Ramírez hoy cuenta con un arsenal de medios de comunicación a su alcance que reverberan toda clase de información promocionándolo sin tener ningún sustento real

ENTRA EULOGIO:

A finales de Agosto’2014 entra Del Pino, quien por supuesto como principal operador desde la vicepresidencia de Exploración y Producción desde 2008, estaba no solo al tanto .sino en línea con todo lo ejecutado desde 2007-08, desde incluso la implementación del plan siembra petrolera ideado por el mismo, por Ramírez y por L. Vierma. Desde ese mismo momento de la implementación del plan, la industria estaba signada a perder autonomía, a perder producción y mercados y era en consecuencia, presa fácil de los depredadores internos y particularmente foráneos.

Para 2015 los costos de producción ya habían escalado de unos $3.77/Bbl en 2004, a más de $18/Bbl al cierre de 2015, imponiendo una perdida acumuladas al país desde 2007 por el orden de $138.000 millones por sobre costo de producción. El derrumbe de producción en el mismo periodo sumaba sobre 1.360.000 BPD, representando un daño patrimonial superior a $356.000 millones por producción desaparecida.

PDVSA GAS ANACO pasó de producir en promedio 1.700 MMPCD en 2007 a unos 420 @ 450 MMPCD en la actualidad, impactando no solo el suministro domestico, sino el industrial y sobretodo el termoeléctrico. Este último le ha originado perdidas a la nación por un monto anual de hasta $230.000 millones.

Rafael Ramírez entrega a Eulogio Del Pino una empresa que pasó de adeudar $2.300 millones en 2005 a $46.200 millones en 2014. Que pasó de producir 3.274.000 BPD en 2005 a menos de 2.899.000 BPD al cierre de 2014. Cuya fuerza hombre era 38.518 al cierre de 2004 a más de 152.000 en 2014. Que importaba 6.680 BPD de crudo y derivados a finales de 2004, para pasar a superar los 76.000 BPD al término de 2014. Ese mismo Rafael que hoy pretende salvarla.

Con Del Pino al frente, PDVSA continuó dando tumbos entre perdida de producción, múltiples accidentes e ilícitos ambientales, encarecimiento de costos, aumento de gastos y la institucionalización de la corrupción. La industria en ese entonces ya estaba prácticamente descapitalizada y lista para ser atacada.

LAS SANCIONES:

En 06’2014 llega el desplome del barril y de inmediato en 2015, 2017, 2018, 2019 y 2020 llega en forma de pulsos el golpe de gracia con crecientes sanciones, cuyo objetivo era dificultar y encarecer el acceso a recursos financieros, bienes y servicios de una PDVSA irresponsablemente endeudada y diezmada en medio de la mayor bonanza del barril jamás vivida en el mundo. Era la obra creada por Ramírez, Vierma y Del Pino.

El objetivo de dichas sanciones era arrinconar a PDVSA hasta el punto de llevarla a perder mercados, los cuales serian luego ocupados tanto por los EEUU como por sus pares de la OPEP+; incluidos Rusia, Irak y Arabia Saudita. Llevarla a perder solvencia y quedar a la merced de sus acreedores. La industria estaba ya prácticamente a la deriva con un solo camino por delante; descapitalización, retroceso operativo y más dependencia.

Las sanciones fueron diseñadas criminalmente con el apoyo de seudo Venezolanos tal como en el caso del sabotaje de 2002, donde Giusti y parte de su ex directiva participaron activamente en conjunto con susodichos tanques de pensadores de Georgetown y Harvard. A diferencia del sabotaje, para las sanciones figuras como Haussman, Monaldi, López entre otros, sustituyeron la de Giusti en el sabotaje.

Las sanciones fueron estructuradas para bloquear suministros, bienes, equipos, servicios, exportaciones e importaciones para asfixiar al país y crear un estado de conmoción interna que llevara a la eyección de Maduro. A la postre el más sacrificado termino siendo el pueblo más humilde, ya que estos genios de Georgetown y Harvard no se habían percatado que entrado ya 2018-2019 a diferencia de 2002, el gobierno se apoyaba en un alto componente de dineros provenientes del arco minero

Con ese panorama por delante entra N. Martínez a dirigir nuestra industria. Solo unas pocas semanas le dieron al frente para arreglar los entuertos dejados desde 2005 por sus predecesores; 12 años de castigo y destrucción. Para entonces la FPO se hundía en desidia y corrupción, los activos estaban a la deriva y la accidentalidad era preocupante. PDVSA adeudaba sobre $36.000 millones y no generaba suficiente flujo de caja.

La FPO aportaba ligeramente sobre el 55% de una ya decadente producción nacional, mientras que los activos tradicionales tan solo contribuyan con cerca del 44%.

Era imprescindible hacer una reingeniería en el plan estratégico y de negocios, revisar todos los cargos medulares y hablarle claro al ejecutivo y sobretodo al país. Entre la distancia y viajes frecuentes a Venezuela solicitados el Nelson le dimos apoyo con el primero de los ítems y estábamos prestos a seguir a su lado. Desafortunadamente los otros ítems le costaron el cargo y a la postre la vida. Al parecer tocaban intereses personales de alguien en el poder establecido.

El 27/11/2017 sale del cargo. Una semana después a la cárcel y al cabo de poco tiempo fallece Nelson.

DE QUEVEDO HASTA ASDRUBAL:

A lo anterior se le sumarian en lo adelante, aun más desacertadas decisiones desde un gobierno que no confiaba poner al frente de la industria a nadie fuera de su círculo de control más íntimo. Ello demostraría en lo inmediato haber sido tan o más destructivo que todo lo anterior.

Irónicamente a partir de entonces y en medio de circunstancias que imponían la necesidad imperiosa de poner al frente de nuestra industria petrolera al mejor talento, la mayor experiencia, el más sólido conocimiento y la mayor preparación, desde el ejecutivo llevan un novato improvisado a presidirla. El nombramiento de Quevedo le costó a la nación una producción desaparecida superior a 1.200.000 BPD en 2 años y 4 meses. Le costó la destrucción de la capacidad de refinación desde más de 45% a menos del 10% de la capacidad instalada. Le costó el hundimiento de la imagen de PDVSA ante la comunidad internacional y la destrucción de lo poco que quedaba de cultura organizacional aun habiéndole sido otorgados poderes extraordinarios.

Para 11’2017, fecha de la entrada de Quevedo PDVSA producía 1.837.000 BPD, refinaba con 45% de utilización y exportaba sobre 1.500.000 BPD. Lo único que impedía para entonces prever acciones dirigidas a salirle al paso a un eventual endurecimiento de sanciones que en efecto luego sucedería, era la ausente pericia del equipo, la miope visión de conjunto y el desconocimiento del tablero geopolítico energético que abundaba en el equipo de Quevedo.

Un equipo bien estructurado le hubiese salido al frente a las sanciones impuestas con posterioridad; es decir hubiesen pensado hacia delante previendo e implementando acciones de contingencia hacia delante, dirigidas a bloquear esas sanciones luego impuestas. La desgracia del país hoy es en consecuencia corresponsabilidad de todos aquellos que desde entonces han dirigido PDVSA.

A raíz del estruendoso fracaso de Quevedo, apelan a individuos como el actual presidente, que nada han dejado a su paso por la industria en casi 20 anos en posiciones de poder en la directiva de PDVSA. Nada ha construido, nada ha abonado y ninguna huella tangible ha dejado.

Al cabo de solo 3 meses desde su posicionamiento en Febrero’2020, unos 170.000 BPD de preciada producción han desaparecido. Ante la destrucción del parque refinador celebran la llegada a Venezuela de productos importados que antes no solo se producían localmente, sino que exportábamos.

Según lineamientos del mismo N. Maduro el más apremiante proyecto de Asdrubal es la recuperación de la producción nacional de refinados, cosa que con el apoyo de Irán; y ahora con algunos otros miembros de la OPEP podría suceder aunque no sostenerse. No será sustentable dado que las operaciones de refinación son intensivas en necesidad de capital de inversión y gastos. Desafortunadamente la dirección que lleva la industria de la mano de Asdrúbal es peor que la de Quevedo y se aproxima a una espiral suicida, donde no tendrá el circulante necesario para mantener operativas ni las refinerías ni las operaciones de campo. Por el otro lado como ya antes advertimos, el apoyo de Irán [https://www.aporrea.org/energia/a291210.html] es limitado, ya que su excedente tan solo ronda los 50 MBD, sin considerar el crecimiento del consumo interno anual del 9%, con lo cual en cuestión ya de meses volvería a requerir de importación para satisfacer su propia demanda.

Desde el PH de la campiña equivocan no solo las estrategias, sino las prioridades. Las medidas que ha tomado el gobierno respecto a la estatal petrolera confunden al no apuntar a su rescate como corporación, sino a su protección como bastión político y particularmente como medio de consolidación clientelista. Mientras los Venezolanos miran perplejos, se pugnan nuestra industria dos bandos políticos y un bando financiero global. Todos han empujado a nuestra industria a las puertas de la venta por segmentos tal y como desde 2016 lo hemos venido advirtiendo. Mientras desde el ejecutivo más se tardan en tomar decisiones, en poner al frente al talento necesario y mientras más se tardan en entender que PDVSA no puede manejarse como un ministerio más, menos serán las probabilidades de recuperarla y menor será su valor de mercado.

A la par de lo anterior, políticos y expertos sin experiencia hablan abiertamente de la venta de PDVSA, bien parcial, bien total. Muchos de esos políticos y expertos nunca han dirigido empresa o activo petrolero alguno. Mucho de esos políticos, expertos teóricos o individuos que nada tienen que ver con el negocio petrolero se aventuran a plantear modelos de negocios basados en análisis económicos sin fundamento que resultan en algo menos que un mero ejercicio quimérico, iluso e irresponsable que todos debemos señalar. Ya basta de atentar contra PDVSA.

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