Las colas de gasolina, desfachatez de Rafael Ramírez y el espía gringo

Lunes, 14/09/2020 08:27 AM

1.- En un verdadero suplicio de padre y señor nuestro se ha convertido el aprovisionamiento de la gasolina en Ciudad Guayana; en este caso en particular en la Estación de Servicio de Los Olivos. Toda una letanía de sinsabores, de amarguras y de agresiones es sometido el populacho para pegarle al kino de los 20 litros, algunos después de cuatro o cinco de infructuosos intentos. Si por casualidad le corresponde el día miércoles, tiene que empezar hacer la cola de sábado a domingo, después de la semana de cuarentena rígida. El día lunes le corresponde a un grupo de acuerdo al terminar de la placa, de manera que una vez que llenen estos, continúen en la cola. Otro de los riesgos que se corre es que de momento aparece un operativo de las FANB desalojando a todo el mundo de la cola.

En la tarde del día anterior que le corresponde, si es un funcionario honesto numera a los vehículos de acuerdo a la ubicación estricta y ordenada de cada uno; si es otro se abroga 20 números que luego negocia en complicidad de terceros. Simultáneamente se va formando otra cola, paralela a la cual han sido asignados los números anteriores, vendiendo cupos, tanto como los bachaqueros, el amiguismo o algunos miembros de la comunidad; vendiendo puestos 10$ y hasta 20$. A veces se arman trifulcas, agresiones y amenazas. Todo esto se convierte en un círculo vicioso, donde para común y corriente, se convierte en una odisea echar gasolina o sale hasta contagiado del coronavirus.

Todo este despelote se desarrolla, sin que las autoridades se den por enterados. Los funcionarios deben prestar un servicio a la comunidad, no permitir que el pueblo explote a su propio pueblo, ordenando las colas, apartando a los menesterosos que no tienen escrúpulos en cobrar los cupos; algunos ya lo están haciendo como un modus operandi a costa de las necesidades del pueblo. A todas estas, observamos como los funcionarios, al ingreso de la estación de servicio, les van dando acceso a individualidades que se han bajado de la mula, a la vista de todos los presentes.

2.- Al señor Rafael Ramírez por lo que escribió de la escasez de la gasolina, da la impresión que nunca pasó por PDVSA. El rojo rojito sabe muy bien que durante la época del presidente Chávez, la industria petrolera no es ni sol ni sombra de lo que es actualmente. Él sabe muy bien que las sanciones y el bloqueo gringo y sus aliados, ha acrecentado la arremetida brutal contra PDVSA, durante la presidencia de Nicolás Maduro. Piaste tarde pajarito.

3.- No es de extrañar que lo que le pasó al Dr. William Arrieta en la bomba de las Américas en Puerto Ordaz, sea cierto; algunos funcionarios tienen una epidermis muy sensible y ante cualquier desparpajo abusan de su poder, sin que estas arbitrariedades remontan la opinión pública. En este caso el tiro les salió por la culata y la justicia se impuso, colocándose al lado del agredido. El gobierno debe estar ojo avizor, para subsanar estos abusos, ya que tenemos a unas elecciones a la vuelta de la esquina, donde actos de esta naturaleza, restan y no suman votos.

4.- El día 19 de septiembre en una alocución del presidente Maduro, denunció la detención de un espía gringo, en los alrededores de las refinerías de Amuay y Cardón en el estado Falcón, con armamento y dólares encima. Investigando al detenido se supo que había prestado servicio a la CIA durante la guerra en Irak. Es bueno que los organismos de seguridad y la población estén atentos ante cualquier movimiento sospechoso o arremetida brutal tanto a PDVSA, empresas eléctricas, empresas básicas o de comunicación que provenga de la oposición apátrida o del gobierno gringo. No es la primera vez que saboteos de esta naturaleza se han presentado.

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