PDVSA y la Mafia del Gas. Ni Bombonas Ni Gasoductos

Martes, 09/02/2021 10:24 PM

La serie de convenios firmados luego de 2005 entre PDVSA y varias transnacionales para explotar costa afuera, fue el inicio de una trama imparable de desaciertos y corrupción que terminaría por llevarse consigo todo el negocio del gas en Venezuela. La pretensión desmedida de un gobierno deseoso de venderse como proveedor de Suramérica, no tuvo puertas adentro de la industria a nadie que le advirtiera al entonces presidente H. Chávez, de la inviabilidad de tal aventura. Un grupo de gerentes y directivos corruptos e irresponsables, veía más allá; veían la oportunidad hacerse millonarios, al costo del desangre de su propio país.

Venezuela cuenta con cerca de 202.000 MMMPC (mil millones pie cúbicos) de reservas de gas, ocupando por ahora el séptimo lugar entre los países con las mayores reservas del orbe. El potencial de reservas por añadir y desarrollar es aun considerable, pudiendo catapultar a nuestra nación, hacia los primeros 4 o 5 lugares en un muy corto plazo. El rol del gas en el apalancamiento de la economía mundial ha venido tomando cada vez un mayor auge, por su papel preponderante en la diversificación y eventual transición hacia energías limpias y renovables. En Europa, China y EEUU, el gas es el único entre los fósiles, que ha venido consistentemente ganando terreno dentro de la matriz energética. Rusia es la excepción, donde el espacio dejado por el gas ha sido tomado por el crudo. Todo ello hace de Venezuela, un país versátil y estratégico para el mundo. Pero nuestra producción gasífera ocurre asociada en más del 87% al barril de petróleo, mientras que el resto surge como gas libre, por lo que una mala decisión en el desarrollo de activos de crudo posee el potencial de impactar adversamente el desarrollo del potencial de gas; pero también es cierto lo contrario.

En Venezuela, 23 años después de su declaratoria como recurso estratégico para el desarrollo económico e industrial en 1998, la industria del gas ha sido un refugio de toda clase de rufianes, corruptos y rateros. El negocio del gas en Venezuela se ha convertido en un centro de acopio de lo más vil y ruin del "malandraje", en un país destruido con el apoyo de sus propios lideres (si es que se les puede tildar de tales); y a las pruebas me remito [https://twitter.com/einsteinmillan/status/1358388687550226437?s=11].

Hoy con el caso del rufián de Gas Comunal, apañado desde las alturas del poder político; Jacob Grey, todo luce aun más evidente. Pero ello no es nuevo, ya que desde 2008 la mayoría de los vicepresidentes de gas y presidentes de PDVSA Gas, tienen o han tenido cuentas pendientes con la justicia o han dejado detrás, una estela de oscura gestión:

El quiebre en la gestión del gas es claro a simple vista. A partir del sabotaje petrolero la industria del gas en Venezuela logró dos récords consecutivos de venta y producción en 2006 y 2007. Pero a partir de 2008, con la implementación de dichos convenios, PDVSA Gas ha sido utilizada por grupos de poder solo para lucrarse. Basta con revisar un poco la historia. Anaco gas hoy es un cascaron vacío donde el personal no trabaja, no produce y no siente afecto por su empresa.

Aunque hoy es muy posible que todo Anaco Gas sea cedido a terceros, ante la incapacidad de la propia PDVSA de explotarlo rentablemente, si aun quedase algo de ética y amor por Venezuela y decidieran dar un vuelco hacia delante comenzando por gas, habría que hacer una purga profunda; expulsarlos a todos.

LA MAFIA DEL GAS:

La trampa en PDVSA Gas estaba clara luego de 2008 con la entrada de clanes de gerentes y directivos provenientes de ingeniería y construcción, y procesos, al frente del manejo de activos de producción. Las directivas buscaban justificar erogaciones mil millonarias en costa afuera, donde se concentraron jugosos negocios [https://lasarmasdecoronel.blogspot.com/2016/03/gabarras-y-corrupcion-en-pdvsa-informe.html].

Desplazaron toda la gerencia responsable del rescate luego del sabotaje, por sus peones, quienes ocuparon posiciones para las cuales no estaban calificados. Obligaron a la nación a reconocer un costo de $3.69 por cada mil pie cúbicos (MPCD) de gas en costa afuera y $2.88 por MPCD de gas en Quiriquire, mientras la producción de PDVSA Gas Anaco cuyo costo era de tan solo $0.57 por MPCD, se derrumbaba copiosamente, aun teniendo el doble de las reserva de gas de todo Costa Afuera para entonces.

PDVSA GAS es quizá la única empresa gasífera del mundo donde un proyecto de Ingeniería, Procura, Construcción y Arranque (IPCA), inicia antes de haberse cuantificado y probado fehacientemente, no solo las reservas y producción, sino su sostenibilidad en el tiempo. Ese fue el caso de todos los proyectos (de infraestructura) gasíferos luego de 2008. Proyectos no rentables, no sostenibles y a la postre; proyectos fallidos.

El gasoducto Antonio Ricaurte, la interconexión centro occidente-ICO, todo el IPCA de CIGMA, Deltana, múltiples proyectos en Anaco Gas y Cardón IV son prueba de ello. Se erogaron cifras mil millonarias; algunos se concluyeron; otros no. Pero ninguno está hoy activo y funcional, sencillamente porque no hubo luego gas para llenarlos, o porque el robo fue de tal magnitud, que no pudieron concluirlos. Los grandes negocios están precisamente en estos IPCA, en lanzar tubos, en construir plantas y estaciones que nunca serian llenadas con gas, sino con corrupción de la buena.

A partir de la inserción del plan siembra petrolera, las metas eran maleables y los resultados cada vez peores. En 2006-07 el clan Ramírez-Vierma-Del Pino prometía elevar la producción de gas a 11.500 MMPCD para 2012. Ya en 2008 la meta había cambiado a 12.568 MMPCD para 2013. Para 2009 la misma sufrió una nueva metamorfosis hacia 13.890 MMPCD para 2013. Ninguna de ellas se cumplió [https://www.americaeconomia.com/negocios-industrias/produccion-de-gas-natural-en-venezuela-esta-estancada-desde-hace-diez-anos].

Para 2013 ya el déficit de gas nación era de cerca de 2.500 MMPCD (millones pie cúbicos día) [https://plumacandente.blogspot.com/2013/06/800-millones-de-pies-cubicos-es-el.html], aun en medio de un descenso continuo en el nivel de industrialización y por ende de consumo luego de 2008. De haberse mantenido el nivel de crecimiento y consumo de entonces, el déficit superaría hoy los 4.500 MMPCD.

A mediados de 2013 el propio ex ministro Jesse Chacon señalaba que; "…en 14 años de gobierno del presidente Hugo Chávez lo que ocurrió fue un descenso en los planes de desarrollar la industria gasífera…"; "En 1998, el uso del gas natural representaba 33% y al para el año pasado revela una participación no mayor a 23%", añadía Chacon".

Hoy cuando está vigente en nuestro país el problema del gas propano para consumo domestico por bombonas, PDVSA solo es capaz de suplir cerca de 1/5 de la necesidad real de consumo estimada en alrededor de 65 MBD equivalentes, cuando entre 1998 y 2010 tenia excedentes para exportación. El culpable de tal debacle; la corrupción, la pésima gerencia, el cambio de patrón de producción impulsado por el plan siembra petrolera y la desinversión.

Implementar tendido de redes para suplir metano es contraproducente en la actualidad, tanto en tiempo como en costo. Dicha opción es de largo plazo y aun así no satisfaría la totalidad del déficit, pero apaciguaría presión sobre la demanda de propano. Importar no es una solución posible por ahora, a menos que lo subsidie el estado. La única opción es producir mejor y más eficientemente, poner PDVSA en las manos correctas y erradicar la vagabundearía y el paracaidismo. Es poner de vuelta en las manos del capital privado su distribución, para ir creciendo desde allí. Es crear conciencia de consumo y es crear mecanismos híbridos de suministros de energía.

$20.000 MILLONES DERROCHADOS:

Algo más de $20.000 millones se derrocharon entre costa afuera y distintos proyectos gasíferos relacionados con infraestructura ya antes mencionados y que hoy yacen en el abandono. Los proyectos gasíferos suscritos a partir de 2005 entre PDVSA y varias transnacionales, tampoco se cumplieron. Proyectos mal negociados que dañaban el patrimonio de la nación. Eran proyectos operacionalmente mal llevados, onerosos y de paso minados de corrupción. La industria nunca dio pie con bola con la producción de gas costa afuera. Mientras dicha producción se desfasaba escondida en ofertas engañosas, la producción en tierra se derrumbaba de forma continua desde 2008, precisamente con el arranque del IPCA de costa afuera.

Ninguna de las metas de producción de gas fue satisfecha, a pesar de la entrada en 2015 de producción proveniente de Perla y CoroCoro en Deltana, que impulsó levemente la producción bruta de gas hacia un fugaz pico 7.926 MMPCD en 2016, que luego se desplomó de forma inmediata. Ya para el cierre de 2020 la producción bruta de gas apenas rondaba 2.500 MMPCD, desconociéndose proyecto alguno activo de inyección de gas para recobro mejorado, mientras que el venteo/quema se estima que supera 35% al 45%.

La destrucción de la producción de gas fue motivada por múltiples razones. La primera de ellas fue el saqueo y catástrofe ocurrida dentro de PDVSA Gas a partir de 2008, fecha para cuando producía entre 1.690 MMPCD y 1.650 MMCPD, derrumbándose luego hasta 415 MMPCD al cierre de 2020. Entre 2008 y el arranque de Costa Afuera a mediados de 2015, Anaco Gas había dejado de producir unos 900 MMPCD, ya para el cierre de 2020 la perdida de producción de Anaco Gas desde 2008 excedía la monumental cifra de 1.250 MMPCD.

Pero eso no fue todo. A partir de 2008 se multiplicaba la quema y venteo de emisiones toxicas de gases al medio ambiente, la cual pasó de un 7% del total producido entonces, a cerca del 18% al 2017 y un 35% a 45% en la actualidad. La mal praxis operativa, la falta de inversión y mantenimiento, los llevaron luego a desinflar criminalmente los yacimientos, en su desespero para compensar una creciente perdida de producción de crudo. También promovieron la descontinuación de proyectos de inyección de gas, que luego desviaban para compensar el desplome en la producción de gas asociado, producto de la perdida masiva de producción de crudo. Era un ciclo criminal, destructivo e indetenible, que terminó por empujar lenta pero irremediablemente a PDVSA, a la desgracia sin retorno en la que hoy aun esta sumergida.

Colocaron individuos funestos, sin conocimientos, ni calificación al frente de costa afuera y al frente de Gas. Actuaron de forma criminal destruyendo la producción activa en tierra, para justificar erogaciones mil millonarias en costa afuera, que nunca llegaron a nada. Hoy; la producción y el negocio del gas continúan en manos funestas.

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