En uno de sus usuales despliegues de auto indulgencia, R. Ramírez, a través de su pagina en twitter (@boletínpetroleo), presenta lo que según el, es el contraste entre la producción petrolera en las distintas áreas operacionales entre 2013 y Abril 2021 [https://twitter.com/boletinpetroleo/status/1388961178227970049?s=11].
Lo primero que resalta es el enfermizo empeño de Ramírez en mostrar 2013 como su última gestión, cuando en realidad entrega la presidencia a finales de Agosto’2014 y por ende, son esos resultados los que en verdad les correspondería mostrar. Como veremos en lo adelante, no solo manipula la verdad, sino que muestra cifras que maquillan su fracaso, dejando al desnudo a través de ellas, una ignorancia expresa en materia petrolera.
A partir de la implementación del plan siembra petrolera en el entorno de 2006-07 y lo que el llama, la defensa de la plena soberanía petrolera con la entrada de las empresas mixtas y el ajuste de las regalías, la producción de los campos tradicionales se vino al suelo, los costos de producción y la deuda financiera crecían exponencialmente y la relación pasivo/patrimonio se disparaba a niveles estratosféricos al igual que la corrupción.
Como resultado de todo ello, PDVSA perdía solvencia y presencia en los mercados, mientras menguaba su flexibilidad operativa e influencia ante el mundo. A la postre, la susodicha plena soberanía de Ramírez, había convertido a antiguos operadores en socios y había colocado a nuestra industria en el banquillo de los deudores; cada vez más dependientes de China y Rusia, hasta el punto de no contar con suficiente flujo de caja para sostener su propio plan de inversión, en medio de un alza sin precedentes del barril.
LA VERDADERA OBRA DE RAFAEL:
Cuando usted contrasta lo que dice con lo que realmente hizo Ramírez durante su paso por PDVSA, la perspectiva resultante es todo lo opuesto a lo que pretende hacer creer. En el caso de crudo, recibe en 2005 una producción desde las áreas tradicionales que totalizaba unos 2.641.000 BPD además de unos 633.000 BPD desde la FPO. Para entonces, la relación de barriles provenientes de la FPO respecto a las áreas tradicionales era del 19.3% y los costos de producción apenas llegaban a $3.93 por cada barril, mientras que la deuda financiera para 2006 era de tan solo $2.300 millones.
A la salida de Ramírez en 2014, los costos de producción habían salido fuera de control hacia los $18.05 por cada barril producido. A la par que la relación de producción proveniente desde la FPO había escalado hacia el 43%, produciendo 1.246.000 BPD y las áreas tradicionales 1.653.000 BPD, PDVSA se había endeudado en $46.200 millones, aun con un barril que llegó a estar por encima de $109. Para entonces la relación pasivo patrimonio de nuestra otrora gran corporación, había pasado de tan solo el 49.4% en 2005, a 173.6% en 2013 y 142.2% al cierre de 2014. La gestión de Ramírez para entonces, ya había de hecho herido gravemente a la industria.
Antes de la implementación del plan siembra petrolera y la adopción del nuevo esquema de regalías enmarcado dentro de lo que Ramírez denominó luego; plena soberanía petrolera, los antiguos operadores pasaron a ser socios con voz y voto.
Por el lado de PDVSA Gas Anaco, para 2005 dicho activo producía unos 1.665 millones de pie cúbicos día (MMPCD), cediendo para 2013 a tan solo 795 MMPCD y 756 MMPCD al cierre de 2014 aun con Ramírez a bordo.
En defensa de tal destrucción, Ramírez y/o sus emisarios [https://twitter.com/boletinpetroleo/status/1389293714351267841?s=11] aducen que: "las reservas probadas para entonces en las áreas tradicionales eran de 60.000 MMBbls, de los cuales 30.000 MMBbls estaban en la roca madre La Luna a 4.000 metros de profundidad". Lo cierto de todo ello parece ser la profundidad promedio de la formación La Luna, ya que las reservas remanentes (totales) de crudo al cierre de 2004 eran de 80.582 MMBbls y unos 99.000 MMBbls para 2005.
Lo que parecen ignorar Ramírez y su equipo, es que el porcentaje de desarrollo de nuestras reservas aun hoy día es cercano al 50%, dado que la inmensa mayoría de nuestros activos han asombrosamente, sido solo producidos por métodos primarios y por lo tanto, un inmenso volumen de estas reservas esperan aun por ser extraídas desde el subsuelo. Aparte de lo anterior las inmensas reservas de gas aun no explotadas, constituyen en realidad la piedra angular, máxime ante la presente coyuntura de transición hacia energías limpias. Qatar con el "Pearl" y ahora Rusia con el "nord-stream II", son el vivo ejemplo de ello.
Pero justificar el abandono de un barril convencional de las áreas tradicionales, un barril menos costoso de producir, más apetecido y más valioso en los mercados, con semejante razonamiento, no deja bien parado a Ramírez y su equipo.
Pero la cosa no se detiene allí. Ramírez y su equipo se contradicen abiertamente, cuando por un lado expresan que se enfocaron en la FPO, porque las reservas de liviano que (según ellos) quedaban, estaban en la formación la Luna (falsa esencia), mientras que por el otro lado [https://twitter.com/BoletinPetroleo/status/1389295170508759058], defienden la producción desde activos "shale oil" en EEUU o desde el pre-salt costa afuera en Brasil. Barriles por cierto cuyo costo unitario excede los $45 y $49.
Dicha visión de Ramírez y su equipo es precisamente la responsable, de que PDVSA se halla adentrado hacia un barril, cuyo costo de producción hoy no compite con la producción de México y Colombia; y pronto tampoco con Guyana.
Esos mismos tercios, al haber abandonado la actividad en liviano/mediano y concentrarse en la FPO, dejaron sin "feedstocks" a las refinerías y sin diluyentes a la producción de pesados/extrapesados, elevaron irracionalmente los costos de producción, se vieron obligados a importar crudos y gasolinas, perdieron mercados, entregaron valor accionario al poder extranjero en las mixtas, empeñaron y debilitaron al país en nombre de un desarrollo insostenible en la forma en la que lo plantearon para la FPO; pero ellos aun así, se dicen llamar, defensores de la plena soberanía energética. Increíble.