PDVSA; vuelven las concesiones, pero sin ganancias para el estado

Miércoles, 15/09/2021 07:45 AM

Tal y como habían proyectado nuestros algoritmos, la producción para el cierre de Agosto de 641/523 MBD confirma que la meta de 1.508.000 BPD y 6.000 MMPCD al cierre de 2021 es inocua e irrealizable; una novatada desde el principio mismo.

Un Maduro desesperado por ingresos ante la incapacidad de la directiva de PDVSA de producir resultados y de un ministro de petróleo que esta lejos de cumplir con la meta jurada de 1.508.000 BPD para el cierre de 2021, pide auxilio a Beijing para elevar la producción de petróle, en medio de un ambiente de crecientes medidas restrictivas sobre el crudo.

En PDVSA apuntan particularmente a la producción de la FPO, donde los chinos manejarían toda la cadena de valor, conservando la nación la titularidad del recurso. Una especie de concesión no declarada; una desnacionalización de facto. El negocio estaría totalmente bajo control del operador-inversionista.

LAS OPCIONES

Al igual que los acuerdos de servicio que luego de alrededor de dos años no han dado resultados, la posibilidad de éxito de un acuerdo de "concesión" disfrazada, es remota bajo la condición actual-país.

Al mediano plazo dependiendo de cómo se manejen los términos, podría ser acertada la decisión, pero solo para Beijing. La posibilidad de una retribución adecuada para Venezuela es minúscula, concretamente ante las crecientes restricciones sobre el uso de crudos contaminantes como los de la FPO negociados en su estado natural, en el mercado regional y en el Europeo, lo cual forzaría al concesionario a otorgar grandes descuentos, llevarlo directo al mercado Asiático, mejorarlo o refinarlo localmente.

La opción del mejoramiento como ya señalamos, sería contraproducente en el mediano plazo, dado las cuantiosas emisiones de carbonos asociadas a dicho proceso, limitando cualquier exposición racional de capital en esa dirección. Quedaría como opción: la mezcla, dejarlo en su estado natural, refinarlo o asumir el riesgo de sanciones en el corto plazo.

Nuestras refinerías locales y Citgo están imposibilitadas de procesar dicho crudos por ahora. Unas por estar destartaladas y la otra por impedimentos conexos con las sanciones. Los costos de capital atizados por el considerable riesgo país, el peso de las sanciones, los costos de levantamiento ante el elevado ciclo operacional, aunado al sobre-costo por transporte y necesidades de mezcla, conllevarían el costo final de nuestros crudos de la FPO hacia el terreno de los >$30 @ $35 por barril, sin incluir el margen que eventualmente aspiraría percibir Venezuela por la "concesión" o "service fee".

En operaciones internacionales intensivas el pago por barril producido en dicho tipo de acuerdo, varían. En Irak por ejemplo, los acuerdos de producción reconocen entre $6 a $8 por barril extraído en ese tipo de crudos y bajo condiciones similares del estado de la infraestructura al momento del inicio de la inversión, aunque sin el peso de las sanciones.

Todo ello elevaría el precio de realización de dicho barril (referencia Venezuela) hacia el terreno de los >$40 a $45 para poder ser rentable, imposibilitándolo de competir contra el barril Wafra, Iraní o el Irak pesado por ejemplo, en el mercado asiático. Desde el gobierno central, el MENPET y PDVSA están pisando sobre arenas muy movedizas; yendo contracorriente. Hay que tomar en serio nuestro futuro; no es juego el asunto.

POTENCIALIDAD REAL

Junto al petróleo, Venezuela será crecientemente apetecible además, por sus reservas de gas. Sin contar con las reservas del flanco SurAndino y las especulativas asociadas a acumulaciones no convencionales, nuestro país (@ 2017) cuenta con cerca de 202.000.000.000.000 de pie cúbicos de gas (201.9 MMMMPC), de los cuales un 27.8%; es decir unos 56.1 MMMMPC, corresponden a reservas ubicadas en nuestros activos Costa Afuera.

Entre 1970 y la actualidad, la utilización mundial del gas entre los fusiles pasó de 17% en 1970 a 27% en 2020; aun en pandemia, mientras que el petróleo y el carbón retrocedieron en 15% y 8% respectivamente. De la variación neta entre las distintas fuentes de energía conocidas, las renovables solo absorbieron cerca de 4.2% del espacio dejado por los fósiles, mientras el resto fue absorbido por la energía nuclear; la de mayor potencial de daño y letalidad conocida.

Con el planteamiento de clara motivación política conocido como "net zero 2050", la presión desde algunos países particularmente consumidores, sobre el objetivo de lograr menores emisiones de carbonos, se ha incrementado. Pero el gas sigue teniendo una creciente importancia como fuente más amigable de energía.

Barril a barril (equivalente), la utilización del gas natural produce menor nivel de emisiones al medio ambiente que la quema del crudo. El gas natural es en esencia metano (C1), el cual al ser expuesto a combustión perfecta su bioproducto es CO2, calor y agua. Al ser liberado directamente a la atmosfera resulta ser más nocivo que el CO2 como gas invernadero, sin embargo a diferencia de este ultimo, su tiempo de transito en la atmosfera es sumamente reducido.

El gas natural se cotiza en unidades térmicas de calor (MMBTU). Un barril de crudo equivale a unos 5.7 MMBTU. Mientras que un árbol maduro absorbe cerca de 23 kilos de CO2 por año, cerca de 51 kilos de CO2 se liberan por cada MMBTU producto de la utilización del gas natural. Pero el carbón (91 kilos/MMBTU) y el petróleo (73 kilos/MMBTU) generan aun mayor nivel de dióxido de carbono. Pero la magnitud de las emisiones de gases tóxicos que se producen por fugas de pozos abandonados, significan por si solas cerca del 21% del total mundial estimadas en 38 gigatonne-año y los gobiernos poco han hecho al respecto, desnudando quizá una doble moral.

El gas natural (NatGas) es aun así una fuente relativamente limpia de energía en comparación con el crudo y más aun con el carbón. La relación de precios de mercado entre el crudo y el gas hasta hace poco estuvo inversamente interrelacionada; es decir, cambiando en sentido opuesto una a la otra. Sin embargo esta relación ha cambiado con el reciente requerimiento de la unión europea de romper con dicha correlación y abrir un mercado spot para el gas. En respuesta, la administración Putin no se ha quedado atrás y ha retrasado los envíos de gas a Europa, impulsando los precios hacia un alza sin precedentes precisamente en vísperas de la apertura del NordStream-2. Una lección costosa tanto para la unión europea, como para el reino unido.

La demanda global de NatGas ronda los 390.000 @ 400.000 MMPCD, luego de un descenso observado durante 2020, pero todo apunta hacia un sostenido repunte. Entre los 8 países con mayores reservas de gas natural figura Venezuela como único país en el continente Americano, aparte de los EEUU. Las reservas gasíferas de estos 8 países, podría satisfacer la demanda mundial por cerca de 40 años.

Por ahora el NatGas no tiene competidor. El costo de producirlo es entre 15 a 20 veces menor que su potencial reemplazo; el hidrogeno verde. Muchas corporaciones trabajan para hacer lucir mal al gas natural, con miras a promocionar el uso del hidrogeno verde, pero las economías; particularmente las europeas, no aguantarían tal presión sobre los costos de su ya inaccesible energía, de allí que se consideren aplicar tasas impositivas elevadas sobre el gas natural, lo cual podría terminar en un interminable circulo vicioso.

La realidad es que no tienen manera de competir contra el fósil y no existirá gobierno europeo, que aguante la presión social ante una inusitada elevación en sus costos de vida. No por casualidad, arabia saudita se apresta a desarrollar sus reservas no convencionales de gas natural y un Qatar superavitario en gas y gran visionario, decidió en 2018 deslindarse de la OPEP.

Por su ubicación geográfica, sus ingentes reservas de hidrocarburos y una amplia potencialidad de fuentes de energías renovables, Venezuela es un objetivo estratégico relevante y de mucha importancia. El apalancamiento de nuestras múltiples fuentes de producción de energía bajo una visión holística es realmente clave.

Considerando nuestra cercanía a dos de los 7 mayores centros de consumo de energía del mundo; Brasil y EEUU; sin obviar a México, resto de Suramérica y el Caribe, y considerando que todos ellos están en este momento deficitarios en términos de producción real a requerimiento interno de energía, cobra fuerza la necesidad de mirar hacia el desarrollo estratégico de nuestras potencialidades y sobretodo de la integración regional. Todos estos países están signados a ser cada vez más deficitarios en generación de energía domestica y sus sociedades no aguantarían un excedente presupuestario promovido por el uso de las renovables.

Lo que hoy se decida sobre nuestras potencialidades energéticas, marcara el destino de nuestra patria en el muy corto plazo. Pero mientras existan gobiernos alérgicos a la tecnología y al conocimiento como el actual en Venezuela, difícilmente será posible concebir el amalgamiento de nuestros recursos, y su provecho, capitalización y monetización para beneficio de la patria.

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