El Asalto a Monómeros y Citgo

Viernes, 01/10/2021 12:46 PM

Finalmente la mafia encabezada por Juan Guaido termina por quebrar una empresa otrora rentable como Monómeros, asistido por los remanentes incapaces de la mitocracia de la PDVSA golpista [ https://alnavio.es/sorpresa-en-venezuela-tras-conocerse-que-su-activo-en-el-exterior-monomeros-se-declaro-en-quiebra/ ]. Esa misma mafia de traidores a la patria que llevó a Venezuela a perder unos $20.000 millones en 2002; es decir, unos $31.000 millones de hoy.

El asalto Monómeros sucede luego que en 2020, la cabecilla de la empresa Carmen E. Hernández, quien participó en el paro petrolero de 2002, mentía abiertamente a la AN paralela, al asegurar que Monómeros era una empresa rentable y recuperada en un 99%, siendo luego desnudada por Patricia Poleo [ https://www.youtube.com/watch?v=CU56pLyhKts ].

Carmen E. Hernández trabajaba antes del sabotaje en la gerencia de nuevos negocios bajo la supervisión de Horacio Medina. Era una empleada de bajo nivel, sin ninguna experiencia gerencial, ni operacional. Aparte de haber permanecido en desuso y sin trabajar en industria petrolera alguna desde 2002, Hernández no ocupó cargo gerencial durante su paso por PDVSA. Más allá de su área específica de acción desconocía la industria. De allí la catástrofe que terminó por arrastrar a Monómeros al despeñadero.

Previo a su usurpación por la pandilla de Leopoldo López y los remanentes de la mitocracia golpista, Monómeros y su filial Ecofertil rendían ganancias rutinariamente, hasta que llegaron las sanciones. Para 2018 ambas ocuparon en conjunto, el puesto 103 entre las empresas más grandes de colombia. En 2018 Monómeros cerró con ingresos operacionales superiores a $295 millones y su filial Ecofértil con $62 millones. Para la primera mitad de 2019 debido a las sanciones, el conglomerado mostró saldo negativo, que luego al ser levantadas las mismas, contribuyó a la oxigenación de la empresa.

El problema aparece luego que dicha pandilla comienza a ver flujo de caja, ya hacia el cierre de 2019. El desfalco surge con la corrupción surgida desde la cadena de suministro domestico, la expoliación política del clan Lopez-Guaido y la pésima gerencia de la mitocracia golpista.

Monomeros es sin lugar a dudas un caso idéntico al de Citgo, quien previo a 2019 era una empresa rentable, hasta que le pusieron mano Guaido y los golpistas del sabotaje.


Con el dolor que conlleva la amenaza de perder nuestros activos en el exterior, esta bien que estas cosas sucedan, para que de una vez por todas se caiga ese velo reivindicativo erróneamente construido, en torno al clan López-Guaido y en torno a los remanentes de esa mitocracia, que hemos desnudado consistentemente una y otra vez [ https://www.aporrea.org/energia/a260689.html ]. A pesar de haber sido duramente criticados, siempre alertamos sobre el deficiente patrimonio ético y moral de esa mafia que se hace llamar gobierno paralelo.

En cuanto a Citgo, desde el primer día advertimos sobre el nombramiento de Luisa Palacios y sus nexos con la banca multilateral y los capitales de riesgo. Hoy nuevamente levantamos la voz de alerta.

La filial PDVSA holding con sede en EEUU y accionista indirecta de esta, acaba de celebrar un contrato por "asesoria y acompañamiento" con JPMorgan Chase, donde el esposo de L. Palacios, de nombre Michael Hood, quien trabajo previamente junto a esta en Barclays, es hoy un alto directivo de la misma, en un claro conflicto de intereses.

Hay que detener el saqueo de nuestros bienes, no solo los que suceden en Venezuela, sino también fuera de ella [ https://www.bloomberglinea.com/2021/09/28/venezuela-junta-administradora-ad-hoc-de-pdvsa-confirma-contratacion-de-jpmorgan/ ].

JPMorgan posee profundos amarres [ https://www.wsj.com/articles/j-p-morgan-to-become-custodian-for-1-trillion-in-blackrock-assets-1485350750 ] con la empresa de riesgo Blackrock, quien en 2017 puso en sus manos la custodia de un trillón de dólares, de un total de $8 trillones que posee en inversiones corporativas dicho banco. Un significativo 15% del valor de su portafolio para entonces.

No olvidemos que para 2017, la puja en los mercados sobre Citgo no solo apostaba, sino que aupaba el default en sus compromisos de deuda. Los mayores representantes de los capitales de riesgo estaban a la caza de nuestra corporación en suelo norteamericano.

Blackrock es fondo especulativo (hedge fund) muy cercano a Barclays, que además posee intereses en al menos 3 de las 7 grandes operadoras petroleras del mundo. Es decir, L. Palacios y su esposo M. Hood, se mueven en ese entorno desde mucho antes de llegar la primera a Citgo; específicamente desde sus inicios con Barclays.

La aparición de Palacios en nuestra filial Citgo no es coincidencia. Su nombramiento debió haberse anticipado como una amenaza, o por "lógica corporativa elemental", como un movimiento poco ético.

A nuestro juicio, dicho movimiento pareciera ser producto de intereses ligados a los capitales especulativos que representa Blackrock y las empresas donde ella y su esposo siempre se habían movido, desde su última posición previa a Citgo en Medley Global Advisors, con el fin ulterior de jugar con la valoración de los bonos y luego, de hacerse de forma directa o indirecta, de las acciones de Citgo.

El contratado (JPMorgan), no puede ser juez y parte a la vez. No puede representar imparcialmente a su mayor inversionista; Blackrock, y los intereses de PDVSA Holding en EEUU a la vez, ya que maneja información privilegiada y de primera mano de esta. Una información de interés para uno de sus mayores stakeholders.

Aquellos que una vez creyeron en estos individuos agrupados en torno a J. Guaido y los remanentes putrefactos de la PDVSA azul, deben pensar en revisar seriamente su escala de valores y de una vez por todas acompañarnos a alzar la voz, teniendo los intereses de Venezuela por delante. Una cosa es sacar al madurismo y otra es destruir el país y sus recursos.

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