A 790 días del inicio de la contingencia en la República Bolivariana de Venezuela producto de la pandemia global de la Covid 19, en la finalización de la semana 113 de esta contingencia, y siendo el sábado 14 de mayo de 2022, quiero aprovechar estas líneas, que modestamente son muy leídas, para sumarme a una importante alerta que nos hace llegar un grupo de investigadores expertos petroleros y algunos periodistas comprometidos con las causas populares.
La denuncia que nos hacen los compañeros y compañeras tiene que ver con la decisión que debe tomar entre el día lunes 16 o martes 17 de mayo el Primer Ministro de Curazao, Eugene Rhuggenaath, respecto a la entrega de la refinería De Korsou (RDK), que forma parte de la filial de PDVSA en Curazao.
La refinería de Curazao fue operada por PDVSA desde 1985 hasta 2019 bajo un acuerdo de alquiler con el propietario, el gobierno autónomo del Caribe holandés de Curazao. La planta ha estado cerrada desde 2018, según informes anteriores, indicó Platts.
Para ponernos en contexto, dos grupos venezolanos compiten por encargarse la refinería que PDVSA gestionó hasta 2019 en la referida isla con una capacidad de 335.000 barriles diarios, de acuerdo a fuentes cercanas a las negociaciones.
Según una fuente vinculada a las negociaciones, que habló bajo condición de anonimato, «al menos dos grupos empresariales han presentado propuestas para operar la refinería: El grupo venezolano Aldea, liderado por Luis Gallegos y Luis Alba, y otro grupo liderado por los venezolanos Luis Giusti, ex presidente de la estatal venezolana PDVSA y Reyes Reinoso Yáñez, ex presidente y director general de REFICAR (Refinería de Cartagena S.A.)».
Giusti confirmó su participación en las licitaciones para operar la refinería. «Efectivamente, estoy liderando un grupo que está licitando la operación de la refinería» y añadió que «el ingeniero Reyes fue consultado por el equipo técnico que está a cargo de presentar la oferta», agregó.
Las medidas coercitivas unilaterales estadounidenses representaron la puntilla para determinar la confiscación de la referida refinería, ante el aparente fracaso de un proyecto que, en virtud de la difícil situación financiera en la que se encontraba Pdvsa, lucía imposible de asumir.
Nadie puede olvidar el papel de Luis Giusti, uno de los principales responsables de la debacle y que propugnó por la privatización de la industria petrolera. Lacayo al servicio de empresas como Pacific Rubiales o Socap Corp o Refinería de Cartagena S.A., es decir, de las grandes transnacionales energéticas.
Además de ello, asesor petrolero en EEUU, y seguro uno de los que más impulsó las políticas de asedio y bloqueo en contra de PDVSA desde el año 2015.
Cuando se comienzan a observar los frutos de la implementación del Programa de Recuperación, Crecimiento y Prosperidad Económica implementado desde 2008, y que busca consolidarse en una primera instancia con una recuperación en una primera instancia del primer generador de riquezas en el país, ya algunos se preparan para sabotear ese esfuerzo realizado.
De allí la alerta que se emite por esta vía al Presidente Nicolás Maduro, a la Vicepresidente Ejecutiva Delcy Rodríguez, al Ministro del Poder Popular para el Petróleo y Vicepresidente Sectorial de Economía, Tareck El Aissami, a que tomen las medidas necesarias para preservar los activos de nuestra industria petrolera en el exterior, y evitar así este nuevo asalto como mecanismo de agresión a nuestra patria.
Esperamos que esta necesaria alerta no caiga en saco roto, y que tenga la mayor difusión y receptividad en el país de Bolívar y Chávez.
Lo dejo por ahora hasta aquí.
¡Bolívar y Chávez viven y sus luchas y la Patria que nos legaron siguen!
¡Independencia y patria socialista!
¡Viviremos y Venceremos!