PDVSA De Ramirez a Aissami, Asi se destruye una industria petrolera

Martes, 07/06/2022 10:46 AM

Imposible comprender como los Venezolanos hemos permitido la destrucción progresiva que ha sufrido la nueva PDVSA, tanto por agentes externos, como por agentes internos también.

Una industria pujante, respetada y reconocida por el mundo, luego que se levantó gloriosa después de haber derrotado al nefasto sabotaje petrolero de 2002, que le ocasionara perdidas financieras a nuestra nación superiores a $32,000 millones (dólar'2022), para intentar dar al traste con un gobierno elegido democráticamente [Einstein Millan Arcia: Los herederos del sabotaje petrolero - Emisora Costa del Sol 93.1 FM (costadelsolfm.org); Einstein Millan Arcia: Eddie; Actor fundamental del sabotaje petrolero de 2002 - Emisora Costa del Sol 93.1 FM (costadelsolfm.org)].

Poca gente en realidad sabe que la nueva PDVSA en tiempo récord fue capaz de producir entre 2003 y 2013, a un nivel superior a los 20 años que sucedieron la nacionalización de nuestros hidrocarburos entre 1976 y 1996. Poca gente sabe que para 2005 la nueva PDVSA también fue capaz de producir incluso a un nivel superior, al máximo pico de producción de la mitocracia golpista entre 1997-98. Pico este por cierto logrado; no con esfuerzo propio, sino con apoyo de las transnacionales, luego de triplicar nuestros costos de producción y reducir sustancialmente los ingresos fiscales de nuestra nación.

Para 1998 cuando se logra el tan cacareado pico de producción de la vieja PDVSA golpista de 3,449,000 BPD, la producción total era de 4,133,000 BEPD, representados en 3,279,000 BPD de crudo, 170,000 BPD de LNG y 3,965 MMPCD de gas, equivalentes a unos 684,000 BPED.

Para 2005 ya con la nueva PDVSA, la producción total era de 4,482,000 BEPD, compuesta por unos 3,091,000 BPD de crudo, 165,000 BPD de LNG, 18,000 BPD de condensados y unos 7,008 MMPCD de gas, equivalentes a 1,208,000 BPED.

Hay que reconocer que distinto al caso actual, el mayor potencial de valoración para ese entonces estaba concentrado en el crudo, sin embargo, el gas estaba comenzando a tener cierto auge, impulsado por la esencia de la contaminación y el cambio climático.

Para el arranque de 2005 PDVSA contaba con 38,518 empleados y su costo de producción era de $3,77 (dólar'2005) por barril producido, mientras que para 1998 la industria tenía 44,795 empleados y producía a un costo por barril de cerca de $6.17 (dólar'1999).

En cuanto a la relación entre esfuerzo propio versus esfuerzo de las empresas de la apertura, la contribución de estas llega a ser de hasta 600,000 BPD hacia 1997-98, mientras que; por ejemplo, para 2005, la contribución de las asociaciones estratégicas era de 368,000 BPD.

De manera que, por donde se mire, la nueva PDVSA hasta antes de la puesta en marcha del plan siembra petrolera de Rafael Ramírez en 2008, era mucho más productiva, rentable y eficiente que la vieja PDVSA golpista y entreguista, aun en términos de costos nominales.

Destrucción de la Nueva PDVSA

Muchos somos de la opinión que la mano de Rafael Ramírez llevó ineptitud, destrucción y corrupción a PDVSA [Einstein Millán Arcia: Pdvsa; Las mentiras de Ramírez - Emisora Costa del Sol 93.1 FM (costadelsolfm.org)]. Apenas entra, decide descabezar y echar a un lado a todos los gerentes patriotas que rescatamos la industria; desde vicepresidentes, como el caso del difunto Félix Rodríguez y Nelson Martínez, hasta gerentes de todo nivel. Sacaba a todo aquel que le hacía sombra. Es así como fue sustituyéndolos uno a uno para reemplazarlos por fichas cercanas a el.

Rafael era un individuo arribista y arrogante; un elemento nada humilde; identificado con las elites. Le gustaba paladear langosta y costosos vinos de vieja data en cenas privadas, lo cual no estaría mal sino hubiese sido a costillas de los dineros de PDVSA. Un famoso restaurant de frutos del mar y carnes del Paseo Colon era su favorito en Puerto la Cruz, de donde ordenaba buscar a su chef para llevarlo a la residencia ejecutiva de campo norte; PDVSA, para que le cocinara y sirviera exclusivamente en privado.

Para 1997-98 Ramírez se encontraba asignado por PDVSA a un proyecto fuera de Venezuela. Hizo contacto con Ali valiéndose de su cercanía con el hermano del expresidente Hugo Chávez. Es así como es llamado a dirigir "Enegas" en el entorno del año 2000, cuando apenas contaba con unos 11-12 paños de experiencia, confinado a una pequeña oficina de diseño y AutoCAD en Intevep la mayor parte de dicho tiempo. A los efectos prácticos, sin ninguna experiencia.

Sin pena ni gloria, un tímido y titubeante Ramírez es designado en 2002 a dirigir el ministerio de energía y minas, y en Noviembre’2004 es colocado al frente de PDVSA, aun siendo un simple aprendiz de la industria petrolera, que en realidad desconocía la profundidad de toda su cadena de valor.

La industria llevaba consigo la inercia y solidez en sus operaciones que había resultado en su rescate desde 2002. Pero la cara de la nueva destrucción de nuestra industria vuelve a aparecer específicamente a partir de 2008, cuando Ramírez y su directiva ponen en práctica el plan siembra petrolera. Varios hitos surgieron a partir de entonces marcando el inicio de la caída de la nueva PDVSA, hasta llevarla a donde hoy se encuentra:

  • Expropiaciones de empresas de servicio

  • Las empresas mixtas distrajeron la actividad propia aumentando costos y hundiendo a la industria en perdida de flexibilidad

  • Agravamiento de la situación de salud del expresidente H. Chávez en el entorno de 2009 y 2012 desató el descontrol y la rancia contra los dineros de la nación

  • Endeudamiento innecesario; Fondo chino y Rusia le cerró el paso al desarrollo de actividad

  • Perdida de la eficiencia del 94% al <40%, clientelismo y abundante corrupción

  • Desplome del barril 07’2014

  • Entrada de M. Quevedo en Noviembre’2017

  • Aparición de las sanciones; particularmente las de 2019

  • Entrada del dúo Aissami-Asdrubal; Febrero’2020 y la ley antibloqueo

De acuerdo a la progresión de las perdidas anualizadas, da la sensación que durante la creciente ausencia del país del expresidente H Chávez forzada por su grave enfermedad, tuvo inicio lo que sería una especie de caída y mesa limpia en nuestra industria petrolera en particular (aunque en el país entero en general), en dónde el aumento de costos de producción impulsados por una creciente corrupción, ineficiencia, e indolencia, se comenzó a hacer visible rápidamente. Era un acto de saqueo disfrazado de actividad petrolera y gasífera lo que sucedía puertas adentro en PDVSA, en donde ningún proyecto en realidad prosperaba como estaba previsto, sino que sus presupuestos eran vilmente inflados para sacar provecho personal.

El grafico anexo presenta la respuesta calculada para 3-segmentos específicos de perdidas anualizadas; 1) por diferencial de precios respecto a la cesta OPEP; 2) por aumento de costos de producción e ineficiencia comparado contra el cierre de 2004; y 2) por caída de producción comparada contra 2005.

Por concepto de caída de producción, las perdidas anualizadas se catapultan consistentemente a partir de 2008, como consecuencia de la entrada de mayor actividad en la FPO, el desplome en las operaciones en las áreas tradicionales, las crecientes importaciones de crudos/refinados que se dejaban de producir en nuestros activos por migración de equipos hacia la FPO, la galopante corrupción y el aumento de la ineficiencia en sus operaciones. Nuestra industria pasaba de producir 3.274.000 BPD en 2005 a 2,899,000 BPD al cierre de 2014, habiendo llegado hoy a 775,000 BPD. De dicho desplome, Ramírez es responsable de la perdida de 375,000 BPD aun con un barril criollo que llegó a superar los $110 para promediar sobre $77 pb, entre 2005-2014; sin sanciones. Ramírez tiene un enfermizo afán en decir que su gestión termina en 2013, cuando en realidad, Eulogio del Pino toma el control del MENPET y PDVSA a partir de finales de Agosto’2014.

Entre 09’2014 y 09’2017 desaparecen unos 799,000 BPD de nuestra producción, llegando a 2,100,000 BPD para el cierre de Agosto’2017, mientras el barril criollo pasaba de cotizarse en $88.4 en 2014 a $46.5 en 2017, ya en medio de las primeras y crecientes sanciones impulsadas por verdaderos traidores a Venezuela, en un intento por replicar el criminal golpe petrolero de 2002.

Eulogio es acusado de desviar producción de oriente a occidente, valorada en miles de millones de dólares. Nunca se concluyó el proyecto Gran Mariscal, nunca se llenó el gasoducto a Colombia, nunca prosperó Cardón IV en Falcón y la FPO perdía producción aceleradamente pasando de 1,246,000 BPD en 2014 a 1,017,000 BPD en 2017, mientras PDVSA GAS Anaco apenas producía 555 MMPCD cuando en 2007 producía 1,690 MMPCD.

La industria se venía al suelo mientras se multiplicaba su saqueo. Se desconoce si Del Pino aún sigue detenido. Muchos de los directivos y alta gerencia que acompañaron a Eulogio y que participaron en ese festín desenfrenado de robo a la nación, andan regados por el mundo [Einstein Millan Arcia on Twitter: "Donde está Eulogio delPino, encarcelado por desviar producción entre 2014-2017, valorada en miles de millones de dólares? Sabia usted que Del Pino era extranjero, y por eso no pudo ser "constituyentista". Como pudo ocupar semejantes cargos un extranjero? https://t.co/VPuDgSerLy" / Twitter] disfrutando sus millones.

A partir de 11’2017 ya con Quevedo a bordo las perdidas crecían con mayor celeridad, a medida que se acentuaba la caída de nuestra producción, debido a la combinación de cada vez peores directivas y el arribo de sanciones criminales, poyadas por traidores a la patria. Las pérdidas totales por ese volumen que PDVSA dejó producir entre 2008 y la actualidad, ronda los $290.000 millones.

Por concepto del aumento de costos, gastos, e ineficiencia, las perdidas anualizadas comenzaron a escalar desde 2007-08. Los costos de producción pasaban de $3.77 por barril al cierre de 2004, a $18.05 por barril en 2014, superando hoy los $30 @ $37 por barril producido. Dado que no existe prácticamente inversión, el principal componente de dichos costos, aparte de una baja producción, es sin duda alguna el inclemente gasto. No existen resultados oficiales reportados por PDVSA desde 2016, dificultando precisar en detalle el tamaño del desastre que ocurre puertas adentro. Lo cierto es que el gasto se ha venido abultando y lo único que ha maquillado las cifras de nuestra industria ha sido el alza experimentada en los precios del barril a partir de 2021.

Gran parte del alza en los costos viene representada en los gastos. Entre dichos gastos, aparte de las crecientes importaciones de crudo/refinados que paulatinamente se han ido dejando de producir en el país, está el factor de eficiencia en las operaciones aguas arriba, el cual ha cedido desde un 94% antes de 2007 a menos del 40% en la actualidad.

Mientras el Irán heavy se cotiza en $99.63 por barril en promedio para 2022, el Merey-16 se ha tranza en $76.79 por barril en promedio para el mismo ciclo, haciendo la salvedad que a pesar que la diferencia en contenido de azufre entre ambos crudos es menor al 1%, la gravedad API del primero es cercana a 29, mientras que nuestra cesta es en teoría 16 API.

Vale la pena mencionar que los iranies están sacando provecho de todo su intercambio con Venezuela, mientras que PDVSA sigue con la nariz al raz del agua. La mezcla necesaria entre el Irán-liviano con crudos pesados de la FPO para lograr sintetizar su segregación irán-pesado, solo requiere de una fracción pesada de cerca del 25% al 30% en volumen. Los iranies hacen entrega de sus condensados a precio de mercado; digamos 2,000,000 Bbls/mes, a cambio de un volumen equivalente de crudos-FPO de unos 3,150,000 Bbls.

Las pérdidas totales por aumento en los costos de producción, gastos, e ineficiencia, acumuladas entre 2004 y la actualidad, ronda los $120.000 millones.

Por concepto de diferencial de precios entre la cesta OPEP y nuestro crudo marcador, este se mantuvo prácticamente constante hasta 2008 en unos $2 @ $3 por barril, cuando nuestra cesta referencia aún era el Tia Juana ligero. En 2009 desaparece el Tia Juana ligero como cesta de referencia criolla para dar paso al Merey-16, aun teniendo en nuestro subsuelo sobre 26,000 MMBbls de reservas de crudos condensados, livianos y medianos.

Ese ha sido uno de los vectores fundamentales en la catástrofe de PDVSA, tejida por Rafael Ramírez y sus "estrategas" de entonces. Las acciones del exministro, parecieran haber sido planteadas para destruir nuestra industria petrolera y nuestra competitividad en los mercados. Cual pudo haber sido el beneficio para nuestro país de semejante cambio?

A partir de entonces y ya para 2009, el diferencial entre el marcado de referencia OPEP y nuestra cesta se ensancha hacia los $7 a $8 por cada barril. Una vez que aparecen las sanciones de 2019, ese diferencial sufre un aumento vertiginoso, enrarecido por el riesgo de hacer negocios con Venezuela (risk premium), hasta llegar en la actualidad a superar los $23 por barril, unas 10 veces el diferencial de nuestra cesta para antes de 2009. Ese cambio en nuestra cesta referencia ocurrido en 2009, junto al efecto de las sanciones y la conspiración internacional, le han originado a Venezuela pérdidas superiores a $59,000 millones desde 2009, de las cuales el 31% de ellas ocurre luego de 2017.

 

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