Pdvsa; unos 147,000 BPD podría estar en riesgo al inicio de de 2023

Lunes, 12/12/2022 12:20 PM

Venezuela cuenta con una capacidad instalada de refinación de 1,302,000 BPD, con 279,000 millones de barriles (MMBbls) de reservas de pesados/extrapesados y sobre 26,000 MMbls de reservas (P1+P2) de condensados, livianos y medianos. Pero depende del petróleo de una nación extranjera para poder operar sus campos y refinerías.

Bajo la estructura (o falta de esta) operativa actual de PDVSA, su dependencia de volúmenes de hidrocarburos importados la ha puesto en posición de una elevada fragilidad operativa. Dada la coyuntura de precios vigentes a partir de finales de Noviembre, Petróleos de Venezuela podría verse impedida de continuar importando los crudos y productos que necesita para poder producir los campos de la FPO y operar sus propias refinerías.

PDVSA cayó en la total dependencia de crudos y derivados importados, siendo incapaz de garantizar un nivel de procesamiento y exportación estable, ya que el volumen de su menguada producción es no solo errático, sino a menudo fuera de especificación.

PDVSA requiere alrededor de 36% de dilución fraccional para producir sus crudos de la FPO. Pero mientras la fracción de diluyente importado ha ido en aumento, la fracción propia ha cedido. A la par que disminuye la disponibilidad de diluyentes, la producción de pesados es puesta en riesgo y con ello, la alimentación a mejoradores, refinerías y crudos de exportación.

Todo ello expone a nuestra industria a reducir la tasa de producción y refinación, exponiéndola a incumplir sus compromisos con terceros.

La severa escases de gasolinas observada a partir de Noviembre, tiene su raíz en el reinicio de los envíos a europa y la ausencia de diluyente. Entendemos que para finales de la semana pasada estaría por arribar a Venezuela un nuevo cargamento iraní con 2 MMBbls para palear dicha escasez.

La perversa política de sustitución de producción propia por importaciones ha expuesto peligrosamente a nuestra industria. Las mismas superaron 80,000 BPD en 2012, desde menos de 15 MBD previo a la llegada de Rafael Ramírez en 2005. Desde la llegada de Quevedo estas sobrepasaron 180,000 BPD, mientras que con Asdrúbal y Tareck han llegado a superar los 240,000 BPD (de manera puntual), al importar no solo condensados, sino crudos pesados, gasolinas y diésel.

Como fracción de la producción nacional, jamás en nuestra industria petrolera; a excepción del sabotaje terrorista de 2002, se ha importado tanto como durante la gestión de Asdrubal Chávez y Tareck Aissami, donde las mismas han llegado a superar el 34% de la producción pais. A partir de la instalación de la comisión presidencial en Febrero’2020 las importaciones se han multiplicado, mientras la producción propia no solo se continúa desplomando, sino que se encarece cada barril producido.

Llegando al "llegadero"

Las aguas parecen haber "llegado al llegadero" y la parranda de importaciones y negocios oscuros, podría detenerse muy pronto, no por voluntad propia sino por las condiciones de mercado vigentes, con un WTI que ha cedido actualmente hacía el terreno de los $70 a $72por barril. Ya para la primera semana de Diciembre la cesta criolla se movía en el entorno de los $58 a $59 por cada barril. Ello con total certeza impedirá a PDVSA el poder seguir produciendo bajo la estructura operativa y de descuento actual, sin presentar perdidas severas.

PDVSA ha ido perdiendo producción desde Diciembre’2021. A ello se acopla un severo desplome del barril a partir de Julio’2022. Las implicaciones que el severo desplome del barril tendrá en la semi destruida cadena de valor de PDVSA y la flaca economía Venezolana en el corto plazo son nefastas y apuntan hacia una severa devaluación e inflación.

En un país donde todo se importa y nada se produce, no queda otro remedio que devaluar para "estirar" una cada vez menor cantidad de divisas, destruyendo ahorros y empobreciendo severamente al humilde. Solo los del poder y sus allegados hacen fiesta a diario, ya que controlan el acceso de bienes importados a ese país, además del monopolio de los pocos recursos naturales que se exportan. Lo hacen bajo la sombra del ocultismo, ya que ni informan debidamente, ni rinden cuentas transparentemente a nadie.

La debacle económica que ha golpeado en estas últimas semanas al país fue claramente advertida por nosotros [Einstein Millan Arcia on Twitter: "Advertimos en #Junio; hoy es una realidad. Amárrense los pantalones y preparen sus alpargatas para bailar el verdadero joropo." / Twitter] desde Junio’2022, precisamente en medio del pico de precios del barril.

Hoy el panorama se torna aún más preocupante, ya que PDVSA podría verse impedida de continuar con esa insensata práctica de importaciones de crudos y derivados que la ha puesto en dependencia total. Con ello, nuestra industria podría terminar perdiendo progresivamente producción desde la FPO, viéndose impedida de mejorar y, por ende, viendo disminuida su capacidad de refinar y dar grandes descuentos, con lo que finalmente podría terminar perdiendo los flacos y entredichos mercados que posee. Cerca de unos 147,000 BPD podrían peligrar en la producción propia de la FPO de no tener acceso a dilución.

La ficha Chevron está por verse, aunque a nuestro entender no aportará cambios significativos en el rendimiento operativo ni financiero de PDVSA, ya que al igual que el caso de Eni/Repsol, apuntará principalmente a reducir el grueso de un pasivo vigente.

Irónicamente en el año de mayor nivel de precios del barril experimentado desde 2008, Petróleos de Venezuela muestra las mayores pérdidas de oportunidad, aun en un ambiente de relajación de sanciones en práctica desde llegado Biden al poder.

Es así como el ingreso bruto acumulado del ejercicio 2022 muestra una gran brecha de alrededor de $46,000 millones, cuando se compara contra los ingresos obtenidos de haber mantenido el mismo desempeño operativo de 2016. Es el resultado natural de una PDVSA manejada por una cúpula de indolentes que en realidad desconoce el negocio petrolero. Una cúpula dedicada a la promoción política y no a la búsqueda de un cada vez mejor desempeño.

El 2023 no traerá consigo cambios significativos en el desempeño de PDVSA mientras continue en manos de A. Chávez y T. Aissami, quienes desde 2020 no han hecho más que jurar en vano, manipular la información y vociferar falsas ofertas [Einstein Millan Arcia on Twitter: "Las falsas promesas de producción de tareck #aissami y asdrubal Chávez -2,000,000 BPD para 2022 -1,000,000 BPD para 2021 -1,508,000 BPD para 2021 -1,800,000 BPD para 2021 Realidad: 679,000 BPD para Octubre’2022 Hay que expulsar a la directiva en pleno de #pdvsa y #MENPET. https://t.co/vCziQTJMLA" / Twitter] de producción.

Pensamos que al menos entre Diciembre y el primer trimestre de 2023, la producción podría incluso ceder con mayor celeridad, de conjugarse las condiciones que hemos mencionado, donde unos 147,000 BPD podrían estar en riesgo. A ello se le sumaria, la imposibilidad de suplir la necesaria dieta de crudos a refinación, trayendo consigo nuevamente, una sequía importante de refinados al país similar a la de 2020.

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