María Corina Machado y su plan chucuto de privatización

Lunes, 24/07/2023 12:49 PM

Entre los planteamientos que incluye el plan de recuperación económica presentado por la precandidata María Corina Machado, aparece la privatización masiva de PDVSA. Algunos incluso sostienen que; "lo mejor que podría pasarle a la industria petrolera es que pase a manos privadas". La propuesta de la privatización masiva de la industria petrolera surge; según la precandidata, como consecuencia de los "múltiples problemas gerenciales, financieros y operativos" [Emerge la campaña electoral en Venezuela y con ella de nuevo la privatización de Pdvsa - TalCual (talcualdigital.com)] que enfrenta y que le han impedido servir como proveedor de las divisas que requiere la nación. Habla además de combatir la tesis del estado dueño de todo y de la creación de empleos.

Tal y como hemos sostenido en el pasado, no estamos en desacuerdo con la privatización de otros sectores de la economía que requieren mejorar; llámese manufactura y servicios entre otros. Pero estamos diametralmente en desacuerdo con la privatización masiva de PDVSA. Sostenemos que privatizar PDVSA constituye una seria amenaza para nuestra nación, al ponerla a la merced de los capitales privados.

Privatizar PDVSA es traición a la patria

No se privatiza una corporación que ha llegado a suplir hasta el 96% de los ingresos en divisas de un país. Las implicaciones del dominio de dichos capitales en las decisiones del país serían más que significativas, riesgosas y constituirían un problema de seguridad de estado, además de la necesidad de reformar la misma constitución Venezolana.

Privatizar PDVSA es sinónimo inequívoco de traición a la patria, es entregar a otros el futuro de nuestras generaciones presentes y futuras, máxime cuando dicho recurso está a las puertas de una significativa merma mundial en el mediano plazo. Que la corrupción ha impedido que el dinero de llegue a las manos de todos; cierto, pero ello constituye un problema de índole institucional y no de la industria en sí.

Las reservas probadas de crudo mundiales no superan hoy los 1.56 MMMMBbls, los cuales aun considerando lineal la demanda actual, dan para satisfacer teóricamente unos 42 años de suministro. Pero técnica y operativamente los campos y yacimientos no mantienen tasa constante hasta el vaciamiento final de las reservas, por ende la escasez se hará sentir mucho antes de dicho lapso en el entorno de mediados de 2035-2040, debido al alza de la demanda y el vaciamiento diferencial energético de los activos.

Al 75% percentil de dichas reservas, se calcula que desaparezcan sobre 31 millones de barriles (MMBD) por día del suministro global, mientras que otros 2 MMBD podrían pasar a nivel de producción marginal por vaciamiento energético de los yacimientos, totalizando una fragilidad neta en la oferta de cerca de 33+ MMBD.

Excluyendo el periodo de llenado de los inventarios estratégicos [1981-1998], la presión neta sobre la demanda entre 1998 y 2019 se ubica en el entorno de 1.1 MMBD cada año. La desaparición de ese volumen de 33+ MMBD de la oferta proyectados al 2040, vendría en consecuencia acompañado de un aumento proporcional en la demanda de sobre 20 MMBD al nivel de crecimiento previo a H2’2019. De allí que el déficit de oferta para satisfacer el consumo fósil se estaría traduciendo en unos 53+ MMBD, postulando un descabellado y nunca visto escenario de precios del barril, con una demanda de energía en barriles equivalentes en total cercano a los ~120+ MMBD. La celeridad y extensión con la que realmente entren en juego las renovables marcará el tope de precio final del barril. De allí que el tan cacareado "net zero" es en realidad, una vulnerabilidad que las primeras economías enfrentan, más allá del cambio climático.

El incremento de precios podría ser apoteósico, máxime sabiendo que, del total de demanda energética futura, el crudo apenas podría suplir cerca del 42% de ese total; es decir unos 50 MMBD, mientras que la OPEP estaría en posición de aportar cerca de 28 a 30 MMBD de dicho requerimiento, al salir del juego por agotamiento diferencial de sus reservas, muchos de los hoy países productores. En dicho caso la OPEP tendría control alrededor del 58% del mercado del fósil, versus un 34% en la actualidad.

El intangible a cerca del potencial real de suministro fósil recae sobre Venezuela, país con las mayores reservas de fósil-equivalente del mundo (crudo+gas), sin incluir el carbón/coke, pero también sobre Irak, donde el tope de las reservas por descubrir podría superar incluso a Venezuela, con la diferencia que serían crudos Premium. De tomarse en serio dicho reto, Venezuela podría fácilmente dominar entre el 8% al 9% o hasta 10% de la demanda de energía fósil global.

El tema de la penetración de intereses foráneos vuelve a surgir en medio de la creciente entropía político-social de Venezuela impulsada por la cercanía de las presidenciales. Europa, EEUU y colombia pujan por una salida de Venezuela de la OPEP y/o una penetración de sus tentáculos en PDVSA, impulsadas por el pronto agotamiento de sus reservas de hidrocarburo.

En el escenario de una Venezuela cuya industria petrolera esté en manos privadas; particularmente norteamericanas y europeas, constituye una seria amenaza ya que innegablemente ya estaría fuera de la OPEP para entonces. Su estrategia no sería el control del mercado/precios, sino la satisfacción de las necesidades energéticas de dichos capitales, pero también el deterioro de no solo de la integridad de la OPEP, sino también de la estabilidad de los precios del barril desde los principales centros de consumo energético mundial fuera de China e India.

Por supuesto, tanto la EU como EEUU aun dependerían en gran magnitud de otros suplidores de crudo aparte de Venezuela; sin embargo, dos elementos inclinarían la balanza en contra del interés de los productores de crudo; el cambio progresivo de la matriz energética de consumo y la salida de Venezuela de la OPEP, la cual ante una eventual producción de entre 3,000,000 BPD y 5,000,000 BPD más allá de 2035, se colocaría en línea para suplir entre 8% a 10% del consumo fósil mundial, lo cual ya resultaría significativo para el tamaño de la demanda. El resto de los países alineados/invadidos/militarizados por occidente; llámese Iraq, Kuwait, Libia y los EAU; sin incluir KSA, colocarían para dicho momento el control del suministro global y las mayores reservas probadas del planeta totalmente en manos de Occidente.

El falso tabú de las transnacionales

Existe entre los Venezolanos la falsa creencia generalizada, que con las transnacionales Venezuela percibía mayores ingresos. Nada más lejos de la realidad. Ni durante la época de las transnacionales, ni durante la nefasta apertura petrolera, nuestra nación percibió mayores ingresos netos, que durante la gestión propia.

Durante la apertura petrolera la relación ingreso neto a ganancia bruta, se abatió desde más de 20% previo a 1990, a menos del 3% durante 1998, con un mínimo histórico para entonces de tan solo $663 millones de ganancia neta, durante el año en que precisamente la vieja mitocracia lograba su máxima producción, con la contribución de las transnacionales de la apertura.

Para el caso de las transnacionales previo a 1975-76; para el año 1970; por ejemplo, cuando la producción lograba su máximo nivel histórico de 3,708.000 BPD, los ingresos petroleros al BCV sumaron $1,666 millones de entonces, cuando el barril se ubicaba en $1,87 (RT:1970). Durante el año 1982; por ejemplo, los ingresos petroleros fueron de $18,894 millones, con un barril en $27.47 (RT:1982).

Normalizando las cifras de 1970, tanto por volumen como por el precio del barril y llevando a términos reales el dólar de entonces, las ganancias de 1982 fueron superiores en un 33%, a aquellas del año en que las transnacionales lograron su mayor pico de producción. Lo mismo aplica para toda la extensión desde más allá de 1940; con ligeras fluctuaciones. Aun con el costo de la corrupción, la politización, la militarización y los desaciertos de sus lideres, los ingresos netos nunca fueron superiores duranta la época de las transnacionales hasta el entorno de 2010 y con la excepción de la época de la apertura petrolera.

Con lo anterior no pretendemos decir que en el momento histórico que hoy atraviesa Petróleos de Venezuela, no se hace necesaria la apertura de ciertos activos hacia capitales privados. Pero esta debe ser dirigida hacia áreas muy bien demarcadas de la industria petrolera nacional y jamás se podría justificar una privatización masiva con la excusa de llevar mayores beneficios al país, dado que ello ha probado ser fallido antes y será fallido también ahora.

La realidad de PDVSA

Venezuela es la tierra de los expertos opinadores, que sustentan la tesis de la privatización de PDVSA como medio necesario, conveniente e imprescindible, para impulsar un supuesto cambio hacia su recuperación y el de la economía Venezolana. Economistas y seudo expertos, quizá muchos de ellos jamás han pisado una empresa petrolera, hoy pretenden apoyar la tesis de privatizar una empresa descapitalizada, endeudada y para colmo sancionada. Como consecuencia del despiadado ataque que ha acusado PDVSA tanto externa como internamente, las condiciones para privatizarla y esperar resultados beneficiosos para el país no están dadas, ni lo estarán en el futuro cercano. PDVSA puede y debe saber hacer negocios con todos. Debe dejar por fuera la política para otras cosas. Nuestros recursos no son para asegurar la permanencia de un partico político en el poder; tampoco para ser saqueados y robados por los políticos y militares, sino para asegurar la mayor suma de felicidad y calidad de vida para los Venezolanos.

La presencia masiva de capital foráneo no garantiza riquezas para el pueblo. La industria petrolera de Irak y Libia fue diezmada luego de la invasión y saqueo a que fueron sometidos por potencias occidentales. Aun al día de hoy a casi 5 lustros no han revisado, ni invertido en incorporar nuevas reservas y menos en rescatar su ya decadente infraestructura. Estos países son dos claros ejemplos de presencia foránea en considerable volumen, pero con inversión fallida dirigida a la flagelación y el saqueo de sus recursos. Ese es el futuro que le esperaría a Venezuela y los Venezolanos de ser privatizada.

Del total del crudo producido por Irak, entre 85% y 87% proviene de contratos de servicios con empresas foráneas mayormente localizadas hacia el sur; en Basra, hacia la frontera con Kuwait. Precisamente Basra, es una de las regiones ("governorate") de donde proviene la mayor porción del crudo producido en ese país y es también precisamente la más destruida, descuidada y azotada por la pobreza. Nadie nos los cuenta; nosotros hemos estado allí.

El rescate de la industria no pasa por su privatización en masa, pasa por el fortalecimiento de las instituciones y la reinserción del conocimiento y la experticia, en el liderazgo de PDVSA. PDVSA tiene posibilidad de recuperarse. Muchos modelos de negocios deben ser revisados y renegociados. La figura del ministro y presidente de PDVSA debe separarse. Debe desaparecer cualquier viso de militares y políticos en la industria. Una racionalización de la industria es hoy nuevamente necesaria, así como acciones organizacionales y de reinserción de talento y experticia. Pero nadie que haya participado en el sabotaje terrorista de 2002, ni nadie que haya pedido sanciones o invasión de la patria apoyados en intereses extranjeros, puede formar parte de ninguna empresa del país.

La capitalización de sus operaciones, al menos para el primer año de gestión, no requiere de endeudamiento al existir aun un sólido abanico de opciones viables. Ya en el pasado hemos aportado nuestra opinión sobre la magnitud de la inversión necesaria [Einstein Millán Arcia: ¿Cuánto necesita Pdvsa para alcanzar 3 MMBPD? - Emisora Costa del Sol 93.1 FM (costadelsolfm.org)], además de nuestra propuesta para el plan de acción que consideramos necesario para el nuevo despegue de PDVSA [La viabilidad de recuperar Petróleos de Venezuela - Por: Einstein Millán Arcia @EinsteinMillan (aporrea.org)].

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