La presencia en el Territorio Esequibo de las empresas petroleras ExxonMobil, Shell Plc, Andarko, CGX Energy, Tullow Oil Company; Canacol Energy, GroundStar Resources Ltd. y China National Offshore Oil Corporation (CNOOC) no es casualidad, ni se instalaron allí por predestinación bíblica. Es un plan auspiciado y dirigido desde el Departamento de Estado de EEUU utilizando el poder económico y tecnológico de la ExxonMobil que actúa como dirección ejecutiva de la política petrolera de Guyana. Es un plan político y económico que contempla la desestabilización regional, la participación de la Corte Internacional de Justicia –CIJ- y la apropiación de la reserva petrolera del Esequibo.
Comencemos por recordar que en el año 1999, arbitrariamente Guyana otorgó a la ExxonMobil una concesión para explorar y explotar recursos petroleros en un bloque denominado Stabroek, ubicado en el territorio Esequibo. José Vicente Rangel, como Canciller de la República, fue vocero de una enérgica protesta ante gobierno de Guyana que logró paralizar el proyecto. La transnacional redefinió la estrategia para alcanzar su objetivo. La ExxonMobil se retiró y se mantuvo de bajo perfil hasta que le fueron anulados los contratos leoninos que le daban derechos sobre los campos petroleros "Cerro Negro" y "La Ceiba" en Venezuela.
Las acciones de la ExxonMobil lograron que el bloque Stabroek fuera redimensionado como espacio estratégico para los objetivos del Departamento de Estado. Ahora tiene 26.806 Kmts. cuadrados que penetran al Delta del Orinoco junto con los bloques Pomeron y Roraima porque allí se proyectó la pretendida ampliación de la Plataforma Continental que Guyana solicitó ante la Comisión de Límites de la ONU en el año 2010. Lo cual deja a Venezuela con una limitación para nuestra salida comercial al atlántico. Estamos, prácticamente, ante un cierre parcial de esta salida al atlántico porque para utilizarla tendríamos que pasar por la Zona Económica Exclusiva de varios países del Caribe. Es una ocupación progresiva que está en marcha.
Lo más grave es que al examinar el bloque Stabroek podemos constatar que, en esta ofensiva contra Venezuela, la ExxonMobil no actúa sola porque la explotación de esta concesión se pretende desarrollar en una alianza con participación de China National Offshore Oil Corporation (CNOOC) una corporación que depende directamente del Gobierno de la República Popular China. Esto agrega un elemento delicado a esta compleja situación dado la reciente elevación de la relación bilateral a nivel de Asociación Estratégica Integral acordada entre China y Venezuela.
Estas acciones de la ExxonMobil se desarrollaron acompañadas de la actualización de un inventario de recursos petroleros existentes en el Esequibo y la puesta en marcha de la "Iniciativa de Seguridad Energética para la Cuenca del Caribe" del Departamento de Estado que han colocado la Controversia Territorial en manos de la Corte Internacional de Justicia –CIJ- donde vamos en absoluta desventaja en un contexto internacional desfavorable y una crisis interna que afecta la estructura productiva de PDVSA. Una secuencia de desaciertos, omisiones, aplazamientos injustificados y decisiones intermitentes nos llevaron a esta situación que limita la fuerza de argumentos irrefutables contenidos en un sustancial y nutritivo contencioso.
El plan de la ExxonMobil y el Departamento de Estado contempla la consolidación de nuevos bloques para la exploración y explotación petrolera. Por eso, en diciembre de 2022 Guyana convocó una nueva ronda de licitaciones de 11 bloques petroleros en aguas poco profundas y 3 bloques en aguas profundas (todos ubicados en la zona en reclamación) con el plazo de culminación del proceso en abril de 2023. Luego extendieron el plazo hasta el 15 de julio de 2023 y finalmente concluyeron el proceso de licitación internacional de los bloques petroleros el 12 de septiembre de 2023.
Esa convocatoria es una clara violación de los preceptos del derecho internacional. Es inaceptable la pretensión de licitar los recursos ubicados en una zona en reclamación. La controversia impide cualquier proceso de licitación hasta tanto no se resuelva. La CIJ debe impedir este proceso y Venezuela está obligada a solicitar que tal convocatoria sea anulada de inmediato. Es inexplicable que no se haya hecho oportunamente.
Lo más grave de esta pretendida convocatoria es que Guyana, bajo la asesoría de la ExxonMobil, aumentó las regalías petroleras de 2% a 10% y aprobó una nueva "Ley de Actividades Petroleras" que desplazaron a muchas empresas que aspiraban participar en la licitación internacional. Casualmente, la licitación internacional terminó favoreciendo a la ExxonMobil y Sispro Inc. conformada por empresarios guyaneses bajo la tutela de la ExxonMobil. Estas 2 empresas junto a 4 aliadas económicas se adjudicaron 8 bloques petroleros, dejando 6 bloques para una nueva licitación internacional. La ExxonMobil está instalando un monopolio para el control absoluto de los recursos petroleros del Esequibo.
Ante el reclamo de Venezuela, EEUU intervino en defensa de Guyana dejando claro que todo obedece a un plan del Departamento de Estado. El Esequibo es un factor que puede unificar el país porque, como Controversia Territorial, es un PROBLEMA DE ESTADO con profundas implicaciones geopolíticas y no una simple Política de Gobierno. El momento exige convocar a todos los factores políticos, y económicos, sectores sociales, organizaciones civiles, universidades, academias, colegios profesionales, intelectuales, deportistas, etc. para constituir el Gran Frente Nacional en Defensa de Nuestro Territorio Esequibo, en defensa de nuestra Soberanía Territorial. Un Referéndum Consultivo no basta, necesitamos una Moción de Urgencia con contenido social.