Oxímoron energético

Miércoles, 13/12/2023 12:41 PM

Todo lo que haya pensado una nación productora de petróleo tendrá como resultados lo que haya planificado, y todo esto incluye primeramente a Venezuela por ser la reserva más importante del planeta. Aun cuando su producción no sea el referente de sus reservas, esto no significa que todo continuará igual.

Más vale ser culpables de grandeza que inocentes de pequeñez. En este caso el oxímoron es una circunstancia doble en la que se juntan algo terrible y a la vez el conocer la verdad en el caso único en el mundo vasto y pequeño en cuanto al petróleo.

En todos los recursos del planeta hay uno que se destaca en la geopolítica del gas, petroquímica y demás energías hay un genio, pero la que más brilla en importancia es el petróleo.

Su impacto ha sido brutal en las tres últimas partes de los tres siglos que han acompañado su aventura. En ese mismo tiempo ha hundido al planeta, pero hoy, será el único que pueda salvar al genio global de los habitantes y su futuro.

Inocultablemente sus balizas y amarras se han desatado. Su oscuridad brilla en la noche y se esconde en la larga perseverancia del día. Esto porque sus verdaderos pensadores de los tiempos mágicos han permanecido vestidos entre la negación de extraños en medio de la jaula de un castillo sólido, mágico, impenetrable.

Sus pensadores andan descubiertos, la gran estructura los ha convertidos en los monomaníacos de un malvado genio el cual junto a su poder lo cela desde hace tres siglos.

Para llegar a su descubrimiento, todo comienza con una nueva vida que generacionalmente aclara a la gente que le mira algo que comienza a repetirse nuevamente. Es algo extraño pero el inmenso poder del petróleo prefiere estar reunido en extraños mitos ingenieriles y financieros.

Así como Darwin dedicó un inmenso tiempo al análisis de las lombrices para posteriormente relacionarlas al factor de la evolución, nadie percibía que, en zonas privilegiadas de ambiente, suelos, arcillas, todo en medio de un inmenso anillo que bordea Ecuador, Colombia, Haití, hasta Brasil y en el medio Venezuela dormía el mayor macro ambiente natural que le dio a este último la mayor reserva de hidrocarburos ―petróleo y gas―.

En la década de 1970 su negocio se estremeció como las raíces de una hidra, buscaba enterrarse lo suficiente en el liberalismo económico cuando Friedrich Von Hayek reinventó sus vidas tras observaciones y reflexiones.

El poder del petróleo no va a desaparecer, por lo menos en los próximos siglos así la población pase los diez mil millones de habitantes un día después de 1940 y el número de vehículos aumente a más de dos mil millones otro día después al abrazo del 2030.

La energía es irónica, pues a pesar de su extensión y experiencia de tres siglos, al momento del 2023 deja por fuera a más de seiscientos millones sin acceso a ningún tipo de energía, mientras que trescientos sesenta millones de mujeres junto a sus hijos se incorporarán en esta misma fecha a los precipicios de la pobreza sobre todo en América latina y el Caribe.

No encontramos la fórmula para que el recurso energía, entre esas las más desarrolladas como las del petróleo y del gas, logre liberarnos y al menos logre zafarse de sus abismos profundos.

Resulta que otra persecución mide aceleradamente lo que existe bajo los subsuelos y lo que según la ingeniería puede extraerse, transformarse y diversificarse. Inmediatamente sus perseguidores, como las míticas historias de El Dorado, todos esperan hacerse de su poder.

Las mismas leyes que lo han regido desde su descubrimiento impiden llegar al origen de su solución. Ahora nada queda por descubrir pues se ha develado que su esclavitud no puede extenderse de pocos hacia muchos.

Rebasados al momento de descubrir su fórmula ingenieril para beneficiar a todos, la tecnología se ha reducido a unos pocos para su extracción. Han declarado al mundo que surcar los caminos de la igualdad no está dentro de su fórmula para desarrollarlo. Al menos en este momento y con sus capturadores no está planteado. Sus finanzas se han distribuido entre los necesarios.

Zurcir sus secretos es un umbral que el negocio no desea cruzar. Jamás el control de su igualdad cruzará el abismo al próximo vehículo que transite el equilibrio del clivaje global.

El desarrollo del petróleo es como querer comunicarse con extraterrestres, están en algún lugar, pero hasta ahora se ha mantenido la imposibilidad de comunicarnos con ellos. Así es el petróleo, está allí, pero seguirá siendo imposible traspasar su frontera y llegar a una cobertura más amplia.

Su cobertura en este incontrolable planeta de cientos de millones apenas cuenta con tres grandes refinerías; India, Corea del Sur y Venezuela, esta última atrapada en sanciones e incertidumbres que logre arrancar por lo complejo de sus procesos.

Por más avances que logremos conocer, la destrucción del petróleo ha comenzado. La retórica estacionada hacia energías artificiales difíciles de alcanzar nos indica que la nivelación energética será entre unos cincuenta y tantos países, es decir, una cuarta parte del mundo; Europa, Estados Unidos, Canadá, Japón, Corea del Sur y unos diez más.

Se proponen que el resto del planeta sea un proveedor. El siglo pasado devoró más de un millón de petróleo dulce, el mejor, ahora quedan los extrapesados cuya máxima reserva es Venezuela y Canadá.

Es ilógico llegar a la sensatez de entender cómo sí Venezuela es el máximo en reservas, su industria está asfixiada por medidas internacionales que han dado en el blanco de la paralización.

Lamentablemente han acertado y antes de que esto suceda igualmente con otros países corremos riesgos ubicados en el quiebre global de quienes poseen inimaginables materias primas.

Esto pasará, pues la formación para la conducción es muy escasa, cosa contraria a los países "privilegiados". Estamos frente a un empobrecimiento artificial de la energía. Y esta destrucción global de los países poseedores de crudo los ha atrapado su poca voluntad de hacer, sobreponerse e intentar el crecimiento de un liderazgo.

Pero el hombre sobrevivirá como lo han hecho desde hace siglos pues se han movilizado y han peleado en feroces guerras y esto no va a cambiar. Hay un gran enemigo apenas perceptible; lo tecnológico.

Desde que el hombre ha vivido en la tierra jamás había modificado tan exageradamente la vida de los países productores de energía. Los casos de los países de la OPEP, poseedores del 85% de las reservas mundiales, nunca se habían envuelto tan exageradamente en intervenciones. Todos en la OPEP en conjunto y bloque, no son los enemigos de esta cuarta parte privilegiada del planeta.

El avance en el acceso a la energía ha permitido el amplio repoblamiento global, algo de lo que no nos habíamos percatado, nuestra especie exageradamente ampliada nunca percibió que sus energías estaban tan atrapadas al punto que hoy deciden significativamente su sobrevivencia.

El oscurecimiento global antes que el calentamiento mundial, como nos lo han hecho ver, desde occidente van por toda la captura desarrollada por la combustión de petróleo, gas, petroquímica, carbonización y otras energías, todo esto ha llevado a la desesperación de la vida biológica encerrándose en un mega invernadero de advertencias, sanciones y desestabilizaciones en los países que deberían al menos ser considerados por sus aportes al cambio mundial.

Por eso el pensamiento de occidente represa a los países que almacenan las mejores reservas, como las concentradas en la OPEP y OPEP―PLUS. Ellos ―occidente― creen que el mundo es plano, viven en un pensamiento de era glacial sucedida en medio de la prehistoria trasladada hasta la época actual.

Derriten hielos polares que sepultarán a los Países Bajos y Bangladesh, cuya estimación para este país de Asia es de ciento setenta y tres millones de habitantes antes de culminar el 2023. O del cementerio abierto al que han destinado a la República Democrática del Congo donde dos mujeres dan a luz trece hijos y la esperanza de vida no sobrepasa los veintisiete años.

En el petróleo estamos acorralados de certezas y aún no presentamos soluciones. La aventura científica de las energías aun no presenta una agenda que internamente nos lleve al impulso de sembrar y reproducir en cantidades el invento más antiguo del hombre; la agricultura.

Estamos atrapados. La ocasión de contemplar y completar la perpetuidad de la guerra nos lleva al nivel inaudito de seguir aportando para la destrucción de todos los seres vivos hasta limitarlos mientras muchos gobiernos de América latina y el Caribe ven como logros la inauguración de centros comerciales, gigantescos malls y seguir pluralizando tonterías en negocios de bisuterías.

El petróleo como nunca antes, vive acorazado de certezas, pero las incertidumbres van ganando su batalla. Su poder no ha servido ni para incluirse en las principales agendas que terminan en conclusiones de esferas de poder. Hay que concienciar a las fuerzas que dominan la agenda de cohesión global.

Aun cuando se ha presentado especial atención hacia algunos conflictos, un par de ellos como el del centro del mundo, el corazón de estos: Ucrania o la pretensión de un nuevo canal paralelo al de Suez presentan una geología de guerra, como es el caso de Israel en contra de Palestina. Tel―Aviv contra Gaza como nunca antes lo habíamos presenciado. Si algo marca esto es una tercera guerra global.

Todos los medios occidentales se han apoderado de los conceptos de luchas pasadas, dejando esto sorprendidos a quienes verdaderamente luchaban por causas justas y comunes. Pero ha sido tal la sorpresa que ha sellado respuestas importantes frente a la magnitud que significa adueñarse de la materia prima más destacada del mundo.

No hay ecología del petróleo y hasta ahora es impensable, aun cuando muchos pudieran tener bien puesto su corazón en este recurso, afuera no hay cabeza fría frente a la agresividad que impide la gravidez de voces más acertadas. Al final, aunque sea por ruido, los países productores se merecen que sus voces sean escuchadas.

El horror de los discursos en torno a las naciones productoras frente a los consumidores es aterrador. Unos contaminan colocando exhausto al planeta, pero otros son los que pagan las consecuencias de sus discursos.

Mientras el planeta está amenazado para una guerra mundial, allí están los casos de Ucrania y ahora de Israel. Rusia, con fuerza militar y Palestina, han recuperado su lucha, pero sin tener una fuerza militar suficiente. Las peleas serán duras, de gran resistencia como las de los Hutíes en Yemen, golpear sin descansar.

Los peligros en manipulaciones genéticas son mucho mayores y peligrosas. El Covid―19 (SARS―CoV―2) ha sido la muestra más brutal, millones fallecieron. Hay otros, todavía más peligrosos pero ocultos, y las mismas podrían desembocar en una destrucción más acelerada del planeta si son pluralmente manipuladas.

Muchos ecologistas carecen de información y son bastante raras sus actuaciones. Han sido los países industrializados los que han lanzado las primeras alarmas como cuando lo hicieron advirtiendo los daños ante los CFC, los clorofluorocarbonos utilizados en la industria.

Hay una ignorancia científica en lo que aspiramos a estas alturas que su paulatina madurez sea para los ecologistas un comienzo. Por ejemplo, los daños que ocasiona a la atmósfera proveniente del gas metano que se escapa de los arrozales, mucho más violento que los CFC, y por eso no hay que dejar de comer arroz.

Subyace una ignorancia científica frente a las advertencias de la ciencia. Nada escuchamos en que deben detenerse pesticidas, radiactividad, rayos ultravioletas no filtrados por el ozono los cuales son crueles factores cancerígenos. Esto se oculta.

La credulidad del público es el financiamiento de la comunidad científica, quienes practican con enfermedades y si quisieran pueden desaparecer países, islas, su poder es tan amplio que si lo intentan borrarán a continentes enteros, y esto es algo contradictorio frente al mundo.

No hay nivel de peso intelectual, formativo, académico, discursivo. Hace falta desatar la combinación de tantas ciencias. Si lo vemos desde la base espiritual, los mismos feligreses encarcelaron la libertad de sus dioses. No hay una espiritualidad en este compromiso para hacer respetuosas las diferentes ciencias. Para esto nadie cierra sus ojos y poder soñar con este presentimiento tan escaso o casi nulo.

Esa nulidad no advierte la conducción a proponer frente a Occidente, y el Sur sufre brutales migraciones, esa es la peor de las guerras que involucra a América latina, el Caribe, África, países del Golfo Pérsico y Asia, involucra a más de ciento treinta países.

Es como tener tres grandes guerras mundiales juntas cuyas consecuencias serían millones huyendo de aquí para allá con los resultados a los cuales llegan con varios millones de fallecidos.

Esa comunidad científica que entre sus principales industrias están las armas para financiarse, esconden esa verdad, no saben otra forma que no sea utilizando la credulidad de millones de seres humanos invitándolos a ser compradores de paquetes de seguridad para ir a pelear en contra de sus mismos fantasmas. La libertad de espíritu no es la que guía a muchos, es la desesperación de sus almas lo que ha hecho venir a unos contra otros.

Por eso el clima no cambia, es desfavorable pensar en lo justo, es como imaginar la desilusión de un halado hervido. Esta es la realidad de los países con reservas de crudo. Otros tienen sus tecnologías, y hasta el alejamiento de importantes materias primas se controlan cotizando a su brutal antojo y disposición injusta.

Los pobres pueden morirse en cualquier circunstancia y los pueblos protestan mientras sus gobiernos montarán fórmulas no viables y dirán en concierto que aquel es bueno o malo, mentiras, pues no hay ni buenos ni malos, lo que hay son intereses.

Ante el brutal escenario mundial no habrá un clima terrestre apto para equilibrar la nave pues a occidente le gusta andar de cabeza. Lo que se vive entre los paralelos 20° y 40° es brutal donde hierve el Cuerno de África al dividir a dos Gaza, por tanto, habrá dos Palestinas.

Las observaciones sobre los actuales yacimientos geológicos, por los que hay, no por los que nos anuncian como un mal mago que predice mentiras. En este momento no serán favorables para la vida de este brevísimo momento.

Vamos hacia un planeta totalmente privatizado, armado por los Comandos Unificados. Capturados sus recursos por leyes extraterritoriales, materias primas asignadas por marcas ajenas que para ser obtenidas hay que entregar hasta las futuras generaciones, esto es entregar sin condiciones todos los suelos y los subsuelos.

La libertad quedó reducida a las redes digitales.

Donde la prolongación de las guerras es ilimitada al momento de facturar las ganancias de recursos ajenos. Este es el tiempo de manejar a la fuerza lo que nunca les ha pertenecido. Pero cuidado que esto aún no toca su fin.

Los conflictos energéticos entre policías privados. Muy violentas entre los habitantes de aquellos Estados tal y como sucedió en Irak y luego se replicó con más violencia en Libia, Yemen, Egipto y Túnez sólo es el iceberg de lo que esté preparado por venir.

Venimos a una sociedad extranjerizada, contaminada por reglamentaciones de doctrinas burócratas, sancionatorias y encarnizadas. No hay redistribución ni menos justicia para la piedad de los países extractores que tienen privados todos sus recursos.

Es la esclavitud de países enteros, sobre todo de los poseedores de rutas privilegiadas y pasos navegables como los del Estrecho de Ormuz, el Paso de las lágrimas, Cuerno de África, Mar Rojo, Canal de Suez, Mediterráneo, paso de Bósforo, Canal de Panamá. Estas son la tesis de Makinder y Alfred Teller Mahan: dominar, armarse y controlar.

Es la presencia de una gran noche ineluctable la cual será transmitida por las redes antes de ver algún amanecer. En medio de esto, un Estado de bienestar es inexistente, ni excusable podría verse el abuso de sus aconteceres.

Es el combate de la derecha conservadora defensora de un Estado―ladrón que va con su canon histórico de pillaje y destrucción. Escasea la intermedialidad, ni se asoma para dar soluciones.

No hay descolonización ni independencia, menos acá está la solución al subdesarrollo. Imbuidos en este Tercer Mundo. La demencia del imperialismo hace recordar los puntos muertos de los experimentos de los modelos económicos. Experimentos, modelos sin cambios de algo que jamás nadie ha pedido su incorporación.

Los pueblos contenedores y abastecedores de materias primas se han empobrecido aún más. Los puntos muertos de los últimos años han aumentado. Nadie podría ignorarlos.

Una nación productora si quiere realmente ser y tener clara su participación en el mundo energético, más allá de extraer los productos de sus subsuelos debe distinguir en todas sus partes y circunstancias lo verdadero en medio de todo lo falso.

A pesar de la gloria al tener inmensas cantidades de recursos esto no da el derecho de arruinar su economía. No es fácil su acceso en medio de la agitación fútil en medio de las necesidades de las demandas de quienes necesitan más frente a lo menos que consumen; van a la guerra o a seguir manteniéndose en el centro o en las periferias de ellas.

A pesar de tantos avances tecnológicos con el petróleo no estamos esencialmente en su mejor momento. Aún sus luces persisten oscuras pues lo amplio de sus ciencias se han hecho muy complejas al momento de verse afectados en sus funcionamientos lo cual no hace posibles sus niveles de acercamiento.

La industria petrolera se ha fragmentado en sus conocimientos los cuales se han dispersado en disciplinas especializadas sin necesidad de quedarse reservado en un ritual de expresiones cómodas, él es más que eso, a pesar de todo conduce su fragmentación tras un amplio conocimiento.

Pero su pesimismo es histórico pues no tiene independencia ni autonomía, por siglos su captura ha sido dominada por occidente y ahora esta ha alcanzado niveles de terrorismo por el poder, dinero, inversiones, y contratos que se caracterizan por ser multimillonarios en cada uno de ellos.

El petróleo en su carrera es como un tren el cual marca su marcha a toda velocidad. Su casa es muy modesta pero sus intereses son competitivos y alterarían cualquier amenaza tras inversiones interesadas de poderosos grupos económicos.

El petróleo no es inusual en la consecución de inmensas finanzas. En su alma no habita sino el valor monetario. En su residencia solo descansan paredes adornadas con objetos de inmenso valor. El temperamento de quienes lo manejan está situado en valores inimaginables bajo un concepto como de coleccionistas antes que apostar con la solidaridad de sus recursos.

No deja de ser un arte, es un arte en su desarrollo tecnológico tan parecido a una carrera de inteligencia artificial, redes y diferentes tipos de comunicaciones. Sus consecuencias son muy lamentables. Lo más generoso que pudiera ser parte desde sus sanciones y lo peor el asesinato público de sus mandatarios, como en los bochornosos casos de Irak y Libia. Por eso Irán se prepara para recibirlos con armas nucleares.

Su sobrevivencia es un largo episodio de amenazas en donde sus agresores esperan como lobos mecánicos, no se alteran en su apuro y como fijando una cortante mirada nada los apartará. Entre ellos se definirá su futuro, el de su agresor o el del tenedor de las grandes reservas. Necesariamente tendrán que pelearse por él.

Por eso su desarrollo es intermitente, bien sea por el poder que genera y por el poder de quienes generan sus angustias financieras. El arte de este no está sobre un marco codiciado que permanece protegido, no, su arte no existe sino hay guerra donde hombres de aceite se debatirán por su captura. Reflexionar significa el don de una suerte colocada para quién triunfará o decaerá en sus medias soluciones.

En el petróleo no existe nada racional, su dinámica lo hace imposible y no podremos saber que acontecerá en el próximo destino de un nuevo contrato, o de las entregas pautadas tras muchos chantajes anteriores y también posteriores. Antes y después siempre estará incurso en múltiples problemas y amenazas.

Con esté no podremos saber qué pasará en su próxima temporada. Podría ser la detonación de un edificio entero en Gaza por un comando israelí para celebrar el cumpleaños de una de sus hijas.

Tras sus cadenas de guerras ya no será posible considerar una civilización que disfrute de sus beneficios. Más bien será una odisea no caer en sus golpes. Todo verbo no ha sido incinerado pues como la fe de los santos ha resultado perenne. El negocio ha llegado lejos de sus raíces y la planta de sus orígenes resulta en las ruinas tras los desastres de su extracción.

Pero nadie quiere dejarlo, aunque sea una amenaza y como un prisionero espera debatirse en la presunción de su perdón. Cuando las potencias han decidido su control enfrentándose primeramente a sus mandatarios han protegido lo angosto y riesgoso de su soberanía, sabrán que tarde o temprano vendrán definitivamente por él.

Valdrá la pena defenderlo en soledad, o primero auspiciar su defensa en el seno de los enormes intereses de las dos OPEP´s. esa reunión de veinticuatro países que son una verdadera diplomacia de intereses globales, continentales, mundiales.

Separándose de sus raíces territoriales, entonces la geopolítica actuará sumergiéndolo en un valor sólido apenas rozando la entonación de su institucionalidad, respeto y fuerza.

De hecho, no es ni su aspecto o su propósito de control lo que le hace tan poderoso, al contrario, es su altísima ambición y manejo particular lo que seguirá guiando el manejo de toda la civilización y en especial la occidental donde no hay manejo decente por obtenerlo.

Llega a ser una representación dramática del pacto codificado el cual ya todos han descubierto; la guerra, sobre él no hay otro. Es quien ha transformado el imperio de las últimas guerras que desde la I Guerra Mundial han sido no más que una sola, todas representadas en más de un siglo de luces alumbrando sus blancos.

Los otomanos, Japón, Corea, Siria, Egipto, Irak, Libia, Irán, todo el lugar de los bereberes Del Magreb lugar por donde pone el sol y el cual arropa todos los delitos cometidos en contra de África solo esconden la voracidad de quienes desesperadamente harán lo que sea necesario para su captura.

Su huella en el conflicto es global, pero para los productores se parece a algo casual lo cual no lo es. Sus sacudidas resultan tan fuertes que se llenan de tesoros nacionalistas. El petróleo no será como algunas construcciones que han resistido el paso de tiempos acelerados y de palacios sin vidas, más bien su costo ha sido altísimo y jamás en la historia sus costos han sido inofensivos, más bien su presencia ha significado un precio altísimo, sin dudas sus reservas son un tesoro nacional, pero a qué precio.

El pueblo llano paga su fragilidad tras cada cambio que hay en Washington donde todos los recursos y sus posteriores energías se han unido en una comunión asfixiada. Toda originada desde el hierro, fuego, rueda y el manejo del caballo. Todo se ha unido a la fragilidad del petróleo como una de las más valiosas vidas en las energías.

Un autoritarismo casi llano y aceptable se ha impuesto globalmente el cual hoy las potencias sin pudor han aceptado dirigir como su bandera. Sin presentir la mirada de quienes han sacrificado su presencia por el desarrollo de la locura occidental al consumir en la voracidad.

Vamos hacia una mala época en que nadie tiene un trozo de él. Todas las actitudes occidentales escasas de aptitud pero que han sido capaces de traspasar todas las ideologías provocando casi al bode del suicidio energético de los productores.

El petróleo necesita de un nuevo canon, definitivamente lo requiere, así como le urge una intermedialidad. Zafarse del poder político para que su poder le permita solucionar los más delicados conflictos mundiales. Aun cuando a la cuestión del suicidio energético le incomoda su prolongada tentación y permanencia no se permite superar prolongadas inmolaciones energéticas.

Quizás a este drama no le alcance la vida para entender cómo defenderse, pero si no se mueve en otros caminos entraremos prontamente en una miseria energética en la cual no sabremos si a las demás generaciones les alcance la vida, pues las nuestras sumadas a las que vendrán no serán suficientes en este encadenamiento de campos activados.

Todos los intentos por un petróleo solidario han fracasado. Durante siglos nos ha hundido sobre todo en la última década, pero el único que en esta hora puede salvarnos es el mismo petróleo.

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