En la última cola fallida de gasolina complete 9 horas, sin alcanzar el objetivo, llenar el tanque. No tuve otra opción que recurrir a bachaqueros que por $10 ofrecen 30 litros del preciado líquido.
No se si fue esa la misma semana en que el Presidente de PDVSA, Pedro Tellechea, declaro que solucionaría el problema de las colas con una aplicación y fijando citas a los beneficiarios del subsidio. La verdad es que no sentí mas que indiferencia ante esta noticia que suponía la solución a un problema nacional, que en lo personal en las últimas semanas me afectaba mucho. Pero la verdad es que en la próxima ocasión no me quedo más que recurrir nuevamente a los diligentes bachaqueros quienes volvieron a resolverme el problema.
Llegue ingenuamente a pensar que, al menos en estos días de campaña electoral, decretarían que las estaciones de servicio subsidiadas funcionaran las 24 horas al día para evitar colas en gasolineras y generar una sensación de que el problema de la gasolina estaba resuelto. Pero nada que ver, los responsables de estas políticas no solo son indiferentes ante las penurias que enfrentan quienes dependen de combustible subsidiado, sino que incluso parecen determinados a no hacer nada para cambiar esta realidad.
El Presidente Maduro formo una alharaca en Barinas por las colas de gasolina, exigiendo al Ministro y Presidente de PDVSA solución inmediata al problema, con lo que deja en evidencia que desconoce la terrible realidad que hay sobre la distribución de combustible subsidiado en el país. No hay que ser genio, ni mucho menos para saber que hoy en Barinas el problema de las colas de la gasolina sigue igual o quizás peor aún a como las vio Maduro cuando paso por allí.
Con los ingresos menguados de un trabajador público, que no puede permitirse pagar ni siquiera $ 0,30 por litro de gasolina, en el mercado de los bachaqueros, ayer retome la odisea de las colas. Después de 7 horas, contadas desde las 3 am., logre finalmente surtir 35 litros de combustible subsidiado.
Esta campaña electoral deja claro que los gobernantes no están interesados en resolver los problemas de la gente, ni siquiera les interesa hacerle creer a la gente que se interesan por atender sus problemas y darles respuestas. Se notan cómodos, dedicados a atacar a los pitiyanquis, olvidándose francamente de las necesidades de la gente. Como dice el economista liberal Asdrúbal Oliveros "Esto se parece mucho a lo que sucede en países africanos: una economía pequeña de privilegios, de pocos sectores. Un grupo que vive muy bien mientras la mayoría permanece con sueldos muy bajos y servicios públicos precarios".
Quizás diría la VP Delsy Eloina: - Póngase a vender chicha, ejemplos de profesionales que han incursionado en la informalidad sobran, usted no tiene que ser la excepción.
Carlos Luna Arvelo.