La amenaza energética

Martes, 03/09/2024 06:49 PM

El enfoque principal a la crisis eléctrica que padece Venezuela es el de la corrupción. Hasta ahora los informes conocidos, sean de investigaciones periodísticas, declaraciones de exfuncionarios del gobierno de Hugo Chávez, denuncias y demás, conducen a que todo se reduce a hechos de corrupción, incapacidad, ineficiencia, falta de inversión, entre otros. ¿Es así de sencillo?

Hay muchos exfuncionarios incursos en estos hechos. Algunos están pagando condenas en el extranjero, debido a los escandalosos montos detectados en el movimiento de grandes capitales en el extranjero. En medio de la diatriba política, el sector opositor alega a la llamada corrupción y la incapacidad del gobierno. En cambio, el sector del gobierno, señala de actos de sabotaje.

Lo cierto es que Venezuela se encuentra en una situación vulnerable sumamente delicada en materia energética. Depender de la generación eléctrica del Guri pone a este país en un contexto enorme de desventaja, más en medio de un entorno geopolítico mundial, en que las enormes reservas petroleras de este país son una clave. Más allá de los hechos de corrupción y de que algunos exfuncionarios están presos en el extranjero, la amenaza que se cierne sobre todos los venezolanos es de grandes proporciones.

Para citar un ejemplo. Suponiendo que entre Venezuela y Guyana se produjera un evento bélico, debido al reclamo del territorio Esequibo. Para Guyana y sus aliados, sería muy sencillo bombardear con misiles la represa del Guri y dejar a casi toda Venezuela sin electricidad, quién sabe por cuánto tiempo. Eso significaría una derrota casi que inmediata.

En el mundo moderno, las formas de guerra evolucionan. La independencia energética es una fortaleza que los enemigos en los diversos bandos siempre van a buscar debilitar en el grupo adversario. Se puede citar como ejemplo el ciberataque que sufrió el oleoducto Colonial por parte de un grupo ruso. Ese oleoducto es el que entrega 45 % del combustible que consume la costa este de Estados Unidos. El ataque fue dirigido a detener sus operaciones, lo que fue efectivo por pocos días, impactando el suministro y precios del combustible en ese país.

Otro ejemplo es la destrucción del oleoducto Nord Stream en el marco de la guerra entre Ucrania y Rusia. Ese oleoducto fue construido en la gestión de Angela Merkel con el propósito de aprovechar el gas barato de Rusia para la industria alemana. Esto último no fue visto con buenos ojos para Occidente, debido a la influencia que Rusia tendría sobre Europa, en materia energética, que finalmente se podría convertir en influencia política. "Casualmente", la instalación fue volada y ese nexo se ha cortado.

En Venezuela, es simple decir, que todo fue un acto de corrupción, en cuanto a lo ocurrido con el sector eléctrico. Los impresionantes montos robados en los hechos de corrupción, respecto al Sistema Eléctrico Nacional (SEN), no son ocultables fácilmente. Todavía hay muchos de los señalados en esos actos que viven libres y tienen enormes fortunas en el extranjero, como el caso de los llamados "bolichicos". Es evidente que hay otros tantos protegidos por diversos factores de poder, de un lado y de otro. Pero con estos actuaron exfuncionarios del gobierno que fueron ministros y que casualmente coinciden con la destrucción de Pdvsa, a través del caos que se generó desde Bariven, al no hacer inversiones y llevar el mantenimiento debido a las instalaciones petroleras en los últimos 20 años.

Hay más allá de la corrupción que ya es condenable porque incide en la crisis económica vivida. Pero, ¿Es la corrupción una forma de ataque contra los intereses de los venezolanos? Eso es posible. Aunque por ahora sea una especulación, es posible. Al final, Venezuela está debilitada en esa materia y es el resultado de todo lo ocurrido, partiendo desde la crisis política, la crisis económica y ahora el entorno geopolítico global. Además de enriquecer ilegalmente a unos, nuestro país está de rodillas en esa materia. Solamente hay que preguntarse quiénes ganan algo con esto, más allá de los nuevos ricos que robaron los dineros públicos.

En los últimos eventos relacionados con la materia energética, se puede encontrar que, en medio del enfrentamiento político, el sector eléctrico es un terreno de batalla. Se pudo ver como en 2019, la Corporación Andina de Fomento (CAF) ofreció un crédito a Venezuela, para ejecutar trabajos de reparación de plantas termoeléctricas para superar la crisis en Zulia, Mérida, Táchira y Nueva Esparta, el mismo debía ser aprobado por la Asamblea Nacional (2015) y no sucedió. La mayoría de diputados opositores dijeron que rehabilitar la electricidad en Venezuela, era volver a la normalidad que beneficiaría popularmente al gobierno chavista. Llama la atención, como también en medio de dos crisis políticas fuertes, como la de marzo de 2019 y la actual en agosto de 2024, ocurrieron dos apagones masivos.

Pero en esto cuenta también la ineficiencia gubernamental. Esta tiene que ver con que el gobierno falló en combatir la corrupción internamente, sobre todo en la materia eléctrica. Además de no gestionar la crisis de manera proactiva, en la que se sumó la emigración de personal especializado, el clientelismo político, la caída del valor de los salarios, la falta de mantenimiento e inversión, entre otras debilidades. También cuentan las sanciones extranjeras contra Venezuela, que no permiten el acceso al financiamiento extranjero.

Un gobierno serio y responsable con los venezolanos y sus intereses, en medio de tales circunstancias, debería enfocar esfuerzos en reducir la exposición tan alta a la generación eléctrica del Guri. Debe buscar alternativas e independizar y regionalizar la generación eléctrica, mientras tanto los venezolanos no podrán dormir tranquilos, ante la amenaza que tienen.

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Twitter: @alexvallenilla

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