Según el plan integral de producción [PRIP] de 2023, PDVSA se había comprometido a producir 1.000.000 BPD para el mes de Agosto de dicho año. Llegado dicho mes y al no poder satisfacer el objetivo volumétrico, Tellechea decide cambiarlo para el cierre del mismo año, fallando nuevamente. Durante 2024 vuelven a presentar un "nuevo plan" donde se comprometen a producir un volumen de 1.235.000 BPD de crudo durante dicho ciclo [ Einstein Millan Arcia on X: "En resumen, #PDVSA ha fallado en honrar tanto la oferta de 1.000.000 BPD del 2023, como la oferta del 1.235.000 BPD del 2024. https://t.co/CWhojecirb" / X ]. Ni durante 2023, ni durante lo que va de 2024, uno solo de los objetivos volumétricos fue honrado por PDVSA.
De acuerdo al último reporte mensual de la OPEP, Venezuela produjo 943.000/877.000 BPD al cierre del mes de Septiembre, según fuentes directas/secundarias. Tomando con ciertas las cifras directas, al menos 200.000 BPD de dicho volumen son producidos por Chevron, unos 62.000 BPD por Repsol, y cerca de 20.000 BPD por Maurel & Prom, dejando para la actividad propia de PDVSA más el resto de sus asociaciones, una producción remanente en el entorno de 695.000 BPD. Dicha cifra es muy similar a la producción nación para los meses de Noviembre-Diciembre 2022, previo al reinicio de la actividad de Chevron en Venezuela.
De acuerdo al "plan" presentado a comienzo de 2024, PDVSA debió haber cerrado Septiembre con una producción de 1.152.000 BPD, sugiriendo que en el mejor de los casos esos 943.000 BPD, representan un déficit respecto al planificado de unos 209.000 BPD, tornando en imposible cumplir con el objetivo de fin de año de 1.235.000 BPD.
Privatizar o no Privatizar
Un volumen de 943.000 BPD, es un nivel de producción que podría ser respetable para cualquier país, pero no para PDVSA y ciertamente no para una nación con más de 300.000 millones de barriles de reservas probadas, de las cuales menos del 45% de estas, están siendo desarrolladas.
Tampoco es aceptable para una nación que apenas cerca de una década atrás producía cerca de 3.000.000 BPD, con una industria donde para entonces, los componentes básicos de su cadena de valor aún estaban a tiempo para ser mejorados y optimizados. Desafortunadamente no fue así y el gobierno decidió no solo descapitalizar PDVSA, sino que además ponerla en manos de individuos que por el contrario prefirieron saquearla y contribuir a su destrucción.
Hoy algunos ven como única solución factible para reposicionar nuestra industria petrolera hacia los 3+ MMBD, su privatización masiva. Privatizar la industria petrolera bajo un gobierno democrático y suficientemente honesto, con reglas claras e instituciones confiable y además con el atractivo de no solo una envidiable ubicación geográfica, sino con el soporte de poseer un inmenso volumen de reservas aun por desarrollar y otro tanto por descubrir, podría tener sus ventajas, pero también sus desventajas. Maxime ante la coyuntura geopolítica y energética que se avecina dentro de los próximos 15 años [ Einstein Millán Arcia: Entre 8% y 9% del suministro fósil recaerá sobre Venezuela (costadelsolfm.org) ].
Fuimos uno de los primeros en advertir durante 2021, que el mundo se aproxima irremediablemente hacia una difícil coyuntura donde habrá una fragilidad en la demanda de al menos 53 MMBD para 2040+, como consecuencia de la desaparición de reservas en países que actualmente producen un volumen cercano a 33 MMBD. Aparte de ello, se suma el eventual aumento en el nivel de consumo/demanda fósil por el orden de los 20 MMBD.
Al 2024 la producción proveniente de esos países donde el tiempo de vida de sus reservas es menor a 15 años al 75 percentil de estas, totaliza unos 38 MMBD. Ese 75 percentil refleja el efecto de la productividad de las mismas y por ende debe ser reflejado en los cálculos. La clave de todo ello radica en la llegada del "peak oil", el cual a nuestro juicio ocurrirá entre 2035 y 2040.
Geopolíticamente para entonces, la balanza del control del mercado fósil se inclinará sin lugar a dudas hacia el golfo pérsico, sin embargo Venezuela y Canadá podrían posicionarse para controlar una fracción importante del mismo.
En dicho contexto algunos pensarán que las energías renovables y verdes saldrán a la caza de los mercados dejados atrás por la desaparición de las reservas fósiles y el acoplamiento del crecimiento de la demanda. No pensamos que sea así.
No existe hasta el momento ni la celeridad en la incorporación de dichas fuentes alternativas a la matriz de consumo, ni menos la confiabilidad comprobada técnicamente en la sostenibilidad de las mismas en el tiempo, al contabilizar el efecto de la estacionalidad.
Desde 1990 la demanda fósil continua con una contribución histórica similar con un 81% a 82% del total de la matriz energética. Las renovables en su conjunto [bio, hydro, solar, viento, et al.] han permanecido en su conjunto en un entorno similar al 14% desde 2006. La clave; la razón de crecimiento de la demanda fósil se ha mantenido a un nivel similar de entre 1.0 y 1.2 MMBD por año en la última década.
Desde un pensamiento simplista por supuesto que todo ello podría servir de "estimulo" para pensar en privatización como único medio para apalancar un rápido despegue de nuestra producción de fósiles y la aceleración del desarrollo de nuestras reservas. No estamos del todo convencidos de que la privatización masiva es en realidad la única opción factible. Poner un bien estratégico para Venezuela y el mundo, en control de manos extranjeras, es tan o más riesgoso que colocarlo en manos de un gobierno corrupto e incapaz. Es más una amenaza y una debilidad que una ventaja para nuestra nación y su seguridad estratégica, al no garantizar el dominio, el aprovechamiento, ni el control de las mismas [reservas], sino que por el contrario exponer más a nuestro país a vivir la misma ilusión que vivió desde los tiempos de las transnacionales y la misma ilusión que hoy hunde a Guyana [ World Bank says poverty in Guyana among highest in Latin America, Caribbean - Stabroek News ] y que ayer hundió a colombia en el mismo fango de la pobreza que históricamente la ha caracterizado [ PDVSA: La Huella Putrefacta de la Mitocracia Ad-Hoc. Conspiración y Retos - Por: Einstein Millán Arcia @EinsteinMillan (aporrea.org) ], teniendo que apelar a la siembra de coca y la venta de cocaína para poder compensar los déficits en su cuenta corriente [ Einstein Millan Arcia on X: "Así lo hemos expresado; #colombia es el germen del mal, la contaminación del mundo, el peor vecino ????https://t.co/X0jLFKn6IZ #narcolombia compensa activamente el déficit de ingresos corrientes con siembra de coca y venta de cocaina A cerrar permanentemente la nefasta frontera https://t.co/V5yeOKluEG" / X ].
Nosotros hemos sostenido en el pasado que PDVSA posee múltiples opciones para su rescate sin apelar al endeudamiento, ni su privatización masiva [ PDVSA es perfectamente recuperable. Privatizarla es conspirar contra el futuro de Venezuela - Por: Einstein Millán Arcia @EinsteinMillan (aporrea.org) ]. Privatizar masivamente PDVSA se constituiría en el mediano y largo plazo más en una amenaza, que en una bendición para nuestra nación.
Es por ello que insistimos en que privatizar masivamente no es ni la mejor, ni la única vía y abogamos más bien por una estrategia más bien segmentada, pero siempre y cuando exista un gobierno verdaderamente democrático y volcado hacia el único interés de Venezuela y los Venezolanos.