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Maduro: ¡Con hambre no existe lealtad!

Miércoles, 08/05/2019 04:50 PM

Hoy, después de muchas dificultades, tratamos de concretar un deseo, un sueño, algo largamente esperado y buscado; cuando explico a otros en otras naciones, los problemas que hemos tenido que enfrentar, les cuento que "Que estamos pasando las de Caín": ¿por qué elegí esta frase? ¿Qué significa y cuál es su historia? El Diccionario registra esta locución, con el significado de "vivir momentos difíciles, peligrosos o complicados".

La historia bíblica nos cuenta que, tras matar a su hermano menor Abel, Caín fue condenado a vagar durante toda su vida por la tierra con una marca en la frente, sin poder hablar con nadie; entonces, traslaticiamente, ‘pasar las de Caín’ significa pasarlo muy mal, como este personaje. Fin de la cita. Anónimo.

Mientras la mitad de la población venezolana que no ha huido del país, no consume las calorías que necesita, la otra mitad que emigró no tenía casi nada que llevarse a la boca, y se moría de hambre. Mientras los llamados enchufados siguen dietas para perder peso, en los barrios de Venezuela, niños, adultos, y hasta los perros luchan contra el hambre.

Según informes sobre la cacareada ayuda humanitaria, millones de venezolanos pasan hambre en el otrora país petrolero más rico del mundo.

¿Desastre del sistema político imperante? ¿Guerra económica? ¿Maldición divina? Es posible. El hambre señor presidente siempre es el fruto de la injusticia, de una injusticia permanente y enquistada que no se quiere corregir. Vivimos una situación injusta y soportamos un sistema económico social muy desigual que se mueve sólo por los beneficios del control social totalitario, por un irracional decrecimiento económico. Esta injusticia que vemos en Venezuela, con tremendas consecuencias que sufren millones y millones de venezolanos. ¿No se lo han dicho de verdad sus asesores? Por ejemplo, millones de personas viven por debajo del umbral de la pobreza, uno de cada 4 venezolanos ya es pobre.

Más allá de las conjeturas estadísticas, la pobreza significa sufrimiento, y es lo contrario al desarrollo del ser humano, que consiste que todos, y cada una de los venezolanos sin excepción tengan una vida digna que les permita aprovechar su potencial como ser humano. Lo que vemos en las calles, mercados, farmacias, es a cientos de miles de personas que no viven ni pueden vivir como corresponde a un ser humano por no tener capacidad de compra por el alto costo de la vida, conforme a sus repetidos llamados de lealtad. Hay que ver la totalidad de venezolanos hipertensos que se mueren porque el medicamento mas barato para controlar la HTA, sobre pasa al reciente aumento del salario mínimo de bolívares 65000, esto no baja la hipertensión, y no la puede bajar tampoco, su aunado y frecuente llamado de buenas intenciones a la lealtad a su mandato, dirigido a la mayoría de los sobrevivientes de la patria.

Según Emilio Lledó, el filosofo español, que dijo: "la justicia, por muy lejana que esté su plena consecución, tendrá que empezar con algo tan elemental como la democratización del cuerpo, que no es otra cosa que la liberación de la miseria, del hambre; el hambre que deteriora toda posibilidad de vivir y de crear". Fin de la cita.

El "vivir" señor presidente; no se refiere a vivir con el cinturón en el ultimo hueco, sino a algo que da mayor sentido a la vida, que como vemos hoy a muchos venezolanos en la miseria, lo que deviene sólo en sobrevivir para muchos. La posibilidad de ser "leales siempre, traidores nunca" frase no entendida como hacer para salir de algo de lo que no existe, o continuar con lo que hacen otros de pararse firmes mientras se les caen los pantalones producto de la flacura, como emerger esto de una mente con hambre. En fin, todo lo contrario al buen vivir, al pensamiento, o la cultura.

Acabar con esta vergüenza venezolana que es el hambre señor presidente en el año 2019, si es lealtad hacia el pueblo venezolano por eso hay un dicho que dice: "que amor, con amor se paga" como modestamente se lo proponemos como Objetivos del Milenio para las generaciones futuras, así como la hegemonía que queremos no es la totalitaria, sino la hegemonía del desarrollo del potencial humano, por encima, y contra la corrupción desenfrenada, y el derroche sin límites. Solo espero, y no tengo la menor duda de su capacidad de rectificación por el restablecimiento de estas prioridades esenciales, vitales, que conseguirían eliminar o reducir de manera considerable las graves consecuencias de este sistema socioeconómico que ha hecho colapsar todos los servicios públicos, creando un estado de cosas injustas, desiguales, crueles y, además, estúpidas, porque amenaza ser el principio del fin de Venezuela como nación. Y no me refiero sólo al cambio hacia un estado fallido que, por cierto, ha sido reconocido como un peligro real por la mayoría de gobernantes del mundo.

Por último señor presidente acabar con el hambre en Venezuela no debe ser por caridad ni tampoco por asistencialismo. Acabar con el hambre en nuestro bello país, no es solo acabar con la pobreza, no sólo es justicia, es la suprema lealtad constitucional con el pueblo venezolano.

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