El problema de la identidad Política en la revolución bolivariana

Sábado, 01/06/2019 02:30 PM

Como reconocernos que somos parte de una sociedad, de un país, de una nación, que nos une, que nos liga con la tierra que nos vio nacer, cómo asumir que somos lo que somos, un ser social colectivo, un ser nacional, soberano y único, independiente, libre, con plenos derechos sociales, económicos, políticos y culturales, además derechos humanos que nos otorgan dignidad, valores inapreciables, derechos que nos dignifica como ser humano, como ser social, como ciudadano con plenos derechos, capaz de asumir nuestra identidad histórica y cultural. ¿Como hacerlo?, No hay otro camino que redistribuyendo la riqueza social, la plusvalía social en aras del desarrollo humano, y eso significa mas que redistribución empoderamiento de la riqueza social.

Visto así el planteamiento de la identidad política y su construcción está asociada a una intensa lucha política social, nacional e internacional, en particular en la era de la neo globalización, tocar los problemas de la existencia social de la vida cotidiana, las demandas concretas, portadora de la legitimidad social y política, camino hacia "la transformación de la comunidad, la sociedad y el Estado. Se trata de dar contenido a la identidad sobre la base de la problemática social, de manera que esta pueda revelar como un instrumento de organización social para la lucha, para las reivindicaciones humanas.

Se trata en consiguiente de construir significados, lazos, vínculos, capaces de unirnos para liquidar "las exclusiones sociales", las desigualdades sociales, hacer una sociedad mas equitativas, construir una identidad colectiva basada en "el nosotros" sin eliminar la individualidad, sostener la diversidad la base de una plataforma común, de "un mínimo de significados sociales" como propuesta de unidad para crear liderazgos colectivos, diversos, no limitado a un solo sujeto de transformación social, el proletariado, un sujeto plural, con diversidad de intereses e identidades, pero creando la identidad política única, la identidad de nación como pueblo emancipado e independiente.

El "momento estratégico" exige una identidad colectiva, diversa, plural pero a su vez única, unida alrededor de un discurso soberano, independiente, antiimperialista, de profundas raíces sociales, étnica, culturales, a los fines de sustentar la hegemonía del poder popular, un bloque de fuerzas sociales, económicas, políticas y culturales unidas por un discurso contra hegemónico, contra la dominación capitalista, machista, sexista, discriminatoria, "un discurso rebelde", anticapitalista, anti neocolonialista, "un nuevo bloque histórico", "un nuevo poder popular", capaz de empoderarse de los espacios del Estado, con participación política y social.

La unidad de ese frente anti hegemónico es tarea de la vanguardia política, construir un nuevo "bloque histórico de Poder", incluido los partidos políticos tradicionales, en defensa de la democracia, el socialismo, la paz, la soberanía, la independencia y la autonomía de los pueblos frente a la neo globalización capitalista que re mercantiliza todo intento de la sociedad por ser libre. Un bloque histórico que abra los espacios de poder y participación diversa, plural, que de nuevos significados social a la democracia, a la lucha política por el poder popular.

De modo que se trata de apreciar la construcción de una nueva correlación política de fuerzas sociales, considerando las relaciones entre las demandas sociales entre la infraestructuras y la supraestructura, construir desde esta mirada, "una nueva perspectiva de poder, de alternativas al capitalismo hegemónico", partiendo de la transversalidad de aquellas estructuras, lo que toque a cada uno como demanda común, como demanda concreta, usarla luego como bandera política, como bandera social en el marco de la lucha electoral lo cual implica ampliar el contenido social de la política, enriquecer su sentido. El terreno del combate.

A los fines que la lucha no se evapore, no se difumine, es necesario actuar en concreto, sumar las mayorías en acciones de demandas concretas, "explotar los malestares sociales", valorar las luchas pasadas, mirar hacia el futuro, enfrentar las coyunturas, enriquecer los compromisos, crear programas comunes de acciones, renovarlos, en pocas palabras enriquecer la experiencia política, preparar al pueblo mediante la participación popular para el ejercicio del poder para ir desplazando poco a poco a las élites políticas y con ello, socializar la política.

En el caso venezolano; toca evaluar la renta petrolera, la forma como se ha redistribuido en la sociedad, en el pasado su forma se asocia al populismo, a un mecanismo clientelar donde las masas populares son vaciadas de contenido político, de participación social, son vistos como simple intercambio de mercancía, valores contra mercancía, una equivalencia injusta, donde los venezolanos han sido sometido a una relación de poder que los ha pervertido, los ha vuelto infantiles políticamente, tal ha sido el populismo de derecha representado en los partidos tradicionales de la burguesía, Acción Democrática y Copey.

Ahora desde la llegada del Chavismo al poder, una ideología de izquierda, un constructo de izquierda, sustentado no solo en las mejores tradiciones de los partidos de izquierda venezolano, sino también una corriente política que recoge los mejor del pensamiento bolivariano, las raíces histórica, la identidad social, ha devenido en reivindicador de los valores, tradiciones y creencias del pueblo, pues bien la derecha ha creído, que el chavismo es populista, incluso, pensadores de izquierda no habla del "neorentismo socialista", para referir el mecanismo clientelar que impide elevar la participación política del pueblo en los asuntos públicos, vale decir un mecanismo de paralización e inercia social.

Sin embargo; el rentismo petrolero en cuanto riqueza en nuestra raíces histórica bolivariana, es una reivindicación para el Estado y el pueblo del Padre de la Patria, fue el quien estableció un Decreto de Minas, el del año 1829, allí se dice a quien debe destinarse los beneficios de la renta petrolera, lamentablemente, la misma ha sido objeto de mala administración, en redistribución de divisas para enriquecer ciertas capas sociales de la población burguesa, ella conjuntamente con el Estado, los gobiernos, han dilapidado tal riqueza en operaciones económicas ineficaces, no han podido industrializar el país, excepto, por los mecanismos de industrialización sustitutivas dependiente a través de las concesiones petroleras que han degenerado en explotación y dilapidador de nuestros recursos.

En el gobierno de Chávez (El Chavismo) pese a implementar mecanismos de redistribución de los beneficios de la renta petrolera, aún a al precio de ser acusado de populismo de izquierda, llevó a cabo un programa de misiones socialistas, democratizador de la renta petrolera, misiones de toda índole a los fines de mejorar la calidad de vida, incluso de las capas sociales media de la población, y en mayor medida de la clase popular, el proletariado, desde el punto de vista del acceso a la salud, la educación, la participación en el trabajo, a la vivienda, la identidad, entre otras).

Esa reivindicación social, luego del Golpe de Abril del 2002, abrió las puertas al chavismo en la idea de construir programas sociales a causa de una política de "amor como amor se paga", esa política reivindicó al pueblo, luego que el mismo salvara a su líder del Golpe de Estado, así fue como el chavismo se creció, fue legitimado políticamente ante el pueblo, se ganó el amor del pueblo cerrando la brecha social heredada del neoliberalismo, .la gran herida social, una deuda histórica que el neoliberalismo dejó como resultado de aplicar programas neoliberales de corte monetarista.

Hoy el chavismo en la gestión de Maduro ha seguido su curso Las Misiones, pese a ser afectada por la coyuntura política, la agresión imperialista al mercado petrolero, la caída de los precios del petróleo, el bloqueo comercial, financiero y económico ye en no medida la corrupción por parte de ciertos ex funcionarios de la industria petrolera como gerentes de las empresas del Estado que han desbancado las finanzas de las mismas, todo esto ha creado déficit presupuestarios, debilidades para operar en los mercados así como para responder al pueblo en sus demandas sociales.

El chavismo con Nicolás Maduro continua siendo una gran fuerza política, reconocido por el pueblo, sobrevive pese a las agresiones imperialistas en complicidad con fuerzas política opositoras internas que han solicitado dirimir los asuntos políticos de confrontación de clases apelando a la intervención del país, a la invasión militar, sin embargo el pueblo sabe, que su casamiento con el chavismo les ha traido la miel, el mana que cae del cielo (El Estado), sin muchos sacrificios de lucha social, tan solo ejerciendo los derechos que la Constitución Bolivariana de Venezuela, (Primera Constitución Chavista), le permite.

Hoy por hoy hay la necesidad de ampliar los derechos políticos sociales del pueblo, se prepara la gestación de una nueva Constitución, ésta será la segunda constitución chavista, allí debe ponerse la mirada en ampliar los derechos políticos populares de participación social, en particular, aquellos del poder popular, los que hace ampliar los derechos económicos del pueblo, asumiendo las riendas de la economía popular, sobre todo para dejar de depender del Estado, de las políticas redistributivas de la renta petrolera, acrecentar las capacidad económicas del pueblo, hacerlos digno con su trabajo, pues no hay mejor dignidad que alcanzar los frutos del bienestar con esfuerzo propio, con esfuerzo laboral, contribuyendo a realizar al pueblo con trabajo y dedicación libre, asociada, cooperando en la emancipación del trabajo de la sociedad capitalista.

El socialismo venezolano debe tener claro que el mecanismo de redistribución de riqueza ha sido un paliativo, debe irse más allá, pese al esfuerzo de cerrarse la herida social, hoy la agresión dei imperialismo ha procurado ir mas allá, pero a la inversa, desmantelar todos los programas sociales de las misiones, ha desmejorado la calidad de vida, "el vivir viviendo", el capitalismo con su guerra económica ha logrado deteriorar el nivel de vida y los logros sociales de la población, el mecanismo hiperinflacionarios de los precios, las especulaciones monetarias desde la frontera colombiana con el dólar y el peso colombiano, la fuga de circulante económicos (el bolívar soberano) han traído entre otros la perdida del poder adquisitivo, la escasez del dinero para el intercambio, la estanflación.

Ahora el el referente del pueblo se ha debilitado políticamente, el chavismo ha sufrido bajas, sobre todo, el nuevo golpe político, el shock eléctrico, las agresiones a las instalaciones eléctrica ha afectado la vida cotidiana, el funcionamiento de los servicios generales tales como del agua, las estaciones de gasolina, el funcionamiento bancario, del transporte público, toda la vida social ha sufrido un descalabro, existe la amenaza de colapso del país, pese a los esfuerzos del Gobierno de Nicolás Maduro de solventar ciertas situaciones, en especial los apagones eléctricos.

La revolución bolivariana faro de América Latina y el mundo debe continuar ofreciéndonos su caudal de experiencia política, en especial aquella asociada a la reivindicación del Poder Popular, truncada en la revolución de Octubre con la llegada del Poder de los Soviets, de los obreros y campesinos, esta vez, repotenciada con la alianza de las capas medias de la población, con el bloque histórico antiimperialista, antifascistas, con el bloque de los pueblos que lucha por su soberanía, independencia, la paz y el socialismo, garantía de legitimidad e identidad política del pueblo.

Nota leída aproximadamente 1567 veces.

Las noticias más leídas: