Qué necesidad hay en revelar un trabajo de inteligencia bien hecho. Cuba mantuvo 10 años o más un agente infiltrado en la CIA como directivo, y no lo descubrió sino por razones políticas serias, para denunciar el crimen del equipo de esgrima en Aruba en manos de agentes cubanos al servicio de la CIA luego de salvar al agente y traerlo a la isla. Lo hizo Fidel ante una multitud para moralizar a su pueblo, no para mostrarse más "inteligentes" que el enemigo. Un buen jugador de ajedrez no descubre su juego hasta que se sabe ganador, no antes. A menos que desvíe la atención de su estrategia principal, pero en "otro" juego. Estos están en otro tipo de juego y con otra estrategia.
Cuáles son las razones del gobierno para descubrir su trabajo de inteligencia. Lo natural es que se mantuviera oculto, no hay una razón de peso para mostrarlo, al menos que se quiera desviar la atención de algo, de otro plan, de otros objetivos. Por ejemplo, el de la entrega gradual de nuestra economía en manos de los privados y lo que queda de la revolución. A nuestra manera de ver esta puede ser la verdadera razón del show de la última conspiración. Si fuera por distraernos de la visita de Bachelet, en ese caso solo lo postergaron (al show), lo que quiere decir que si ella no viene al país lo hubiesen descubierto antes, y antes capturado a los responsables.
Pero son suposiciones, el tiempo lo dirá. En estos meses se sabrá por dónde van los tiros, cuáles son los resultados de las conversaciones de Oslo, qué concede el gobierno y a cambio de qué, cuántas elecciones habrá desde este año en adelante. Se dice que están llamando a reincorporarse a los diputados del PSUV a la AN ¿Por qué? Lo cierto es que esas conversaciones son secretas, típico en el mundo de los negocios, de la diplomacia burguesa; todo se debe hacer de espaldas al pueblo elector, al trabajador, a los soldados, padre y madre de las revoluciones sociales.
En una revolución socialista se supone que hay que actuar de forma abierta dando la cara al pueblo. Este acto "público- privado" de los diálogos de Oslo es otro argumento de peso para calificar al gobierno de Maduro de negociador misterioso, porque todo lo acuerda en secreto y de manera inconsulta. Hasta ahora se nos ha ocultado los negocios con los capitales nacionales y extranjeros; claudicaciones polítcas, concesiones de minas, venta de pozos, liberación de precios, de presos, aprobación de leyes entreguistas… etc. (hay mucho más secretos que no conocemos todavía pero se descubrirán en el tiempo…, eso es lo malo, en el tiempo).
Para controlar la actuación caprichosa del ejecutivo estaba la AN, y luego la ANC, sin embargo ninguna de las dos asambleas funciona; una, por ser impotente desde el punto de vista institucional y la otra tampoco, pero por ser impotente por la incapacidad política de sus diputados, agarrados de las bolas por Maduro y Diosdado Cabello.
Al show de la conspiración ahora se suma el del fiscal, el cual no se puede menos que el gobierno en "arrastrar marcas", haciendo detenciones, sustanciando denuncias, exhibiéndose como el gran inquisidor metiendo miedo con la mirada perdida de Pinochet… mientras dejan escapar a los ladrones.
Se acerca el 18 brumario de Luis Bonaparte, o algo parecido. Esta develadera de casos y cosas no es normal en un gobierno de por sí paranoico, que no tiene amigos sino cómplices, que sospecha de todo el mundo, que tiene que comprar lealtades, pagar o chantajear a sus fieles. Algo va a pasar o está pasando.
¿De qué sirve descubrir un complot si no podemos defendernos de los abusos de los especuladores y poderosos protegidos desde el mismo gobierno? La maquinación está en pleno desarrollo. Porque el gobierno de Maduro dice, en su propio plan de desarrollo y prosperidad económica, que hay que desarrollar las fuerzas productivas dándole el control de todo el capital privados. El súper plan de Maduro nada tiene que ver con el Plan de la patria de Chávez, el cual, a pesar de haber sido adecuado por unos picaros conspiradores a los intereses de la empresa privada, nunca se puso en práctica.
El dinero que debería invertir el gobierno en las empresas socialistas y en la revolución hay dárselo casi todo a los privados, que según Maduro y sus expertos son los que saben de producción y desarrollo; dólares a los banqueros para que sirvan de agentes cambiarios, a los importadores como Polar para que produzca bastante harina pan o se los roben, da igual, nadie los vigila; dólares a tramposos con empresas de maletín porque son chéveres o amigos de la casa; según él las empresas socialistas tienen que ser eliminadas y para eso puso a cargo de las privatizaciones al ministro Castro Soteldo, que las está "traspasando", porque comprobó en estos años que en manos del Estado solo han sido improductivas –Imagino que pensaron que el socialismo se reproduciría por generación espontánea, como los hongos de leche. Porque, según su fantasía, los socialistas son flojos, o los trabajadores socialistas no existen, o se murieron con Chávez, él tiene su propia filosofía al respecto.
Pero lo que no dice Maduro ni Castro Soteldo es que la burocracia del gobierno vive bien con buena parte de esos dólares, que son producto de la renta del petróleo y de la venta del oro; lo que no descubre el Sebin de pronto es que son ellos los verdaderos responsables de que las empresas socialistas sean improductivas. Son ellos, los líderes y dirigentes del gobernó de Maduro los auténticos flojos, unos pendejos ineptos disfrazados de socialistas, aprovechadores, oportunistas embaucadores. Hay que averiguar bien por qué Castro Soteldo quiere revertir las expropiaciones de tierras y de empresas "paradas" e improductivas de los privados y cuál es el nombre de su "filosofía".
Con esta tontería de hacerse el indispensable, como si fuera Fidel o Arafat o Chávez, Maduro está tentando al diablo. Cuando de verdad lo vayan a borrar del mapa lo van a llevar preso, a manera de humillación, y no va haber nadie, ni siquiera su guardia de honor, para que lo defiendan. Repito, Maduro no tiene amigos, solo socios y cómplices.