Hace seis horas que me la pasaba hoy escribiendo un nuevo artículo sobre la frase con la cual me he despertado todos los días desde hace varias semanas (ver el final de este artículo), pero no pude terminarlo, o sea, no pude escribir un artículo lo suficientemente coherente para mi gusto.
Esto me ocurre cuando el tema se basa en mucha información variada proveniente desde diferentes fuentes, no siempre todas confiables, y cuando esa información tiene demasiadas maneras de ser interpretada dependiendo de las personas y cómo uno la perciba, como por ejemplo cuando uno habla de la religión.
Entonces, decidí escribir este artículo en vez, el otro se fue a la basura del ciberespacio, o al infierno, o a las cavernas oscuras de mi memoria.
Durante esas seis horas, hice unas tres horas de investigación sobre “dictadores,” y encontré que hay una cosa en común entre todos los “dictadores,” y eso es, que los “dictadores” reprimen a sus detractores, reprimen a sus oponentes, los encarcelan, los torturan, los desaparecen, y los matan.
El problema para escribir sobre “dictadores” --- lo que intenté hacer --- no es de escribir sobre lo que hacen los “dictadores,” no, el problema es de definir quien pudiera ser un “dictador,” por eso pasé seis horas investigando y escribiendo un artículo que finalmente no pude terminar satisfactoriamente.
Entonces, para este artículo, para evitar de alargarlo y para evitar confundirme aun más (y a ustedes los lectores), creo que todos podríamos estar más o menos de acuerdo con que un “dictador” puede ser impuesto o electo, pero lo que los define es que son básicamente unos tiranos amantes de ellos mismos y del poder que están dispuestos a hacer todo lo posible para mantenerse en el poder sin tomar en consideración las leyes vigentes, las tradiciones, o las costumbres de la sociedad en cuestión, ni el bienestar o estabilidad de la población a largo plazo, y quienes están dispuestos a utilizar todo tipo de tácticas, incluso la violencia y los crímenes de lesa humanidad para alcanzar sus metas.
¿Están de acuerdo con esa descripción?
Bueno, entonces, si nos basamos en esa definición de “dictador,” creo que todos podemos fácilmente concluir que Maduro es un dictador, ¿verdad?
También podemos fácilmente confirmar --- en base a todas las noticias al respecto--- que Maduro reprime a sus detractores, reprime a sus oponentes, los encarcela y permite que sean torturados, desaparecidos, y asesinados, hay muchos casos comprobados y notorios, ¿verdad?
Entonces, para finalizar, esta combinación de:
1- “dictador,” y
2- represión (desapariciones, torturas, etc.,)
3- además, el hecho de que Maduro es un latinoamericano quien también pareciera trabajar para el imperio estadounidense (tengo muchas evidencias que apuntan a eso) …
… estos tres factores me indican a mí que uno pudiera razonablemente concluir con la siguiente expresión:
Maduro, el Pinochet de Venezuela.
El Pinochet de Venezuela
Por: Oscar Heck
Sábado, 29/06/2019 04:27 PM