Puedo muy rápidamente salir de esta reflexión con un una cora frase: Elías Jaua nos está jugando quiquirigüiqui. Quedarse (por ahora) con Elías Jaua es como irse por la tangente para llegar y quedarnos en el mismo punto.
Tengo la impresión, que Jaua nos distrae. Es como ese viejo bolero de amor sin esperanza, ese es el mío. Se deja ver como un disidente o uno que no está muy de acuerdo sobre como viene manejando la revolución a esta revolución y nos deja en el mismo punto. Jaua es como un antidepresivo. Nos aparta momentáneamente de la depresión y al pasar los efectos de sus escritos, volvemos al estado depresivo.
Este lunes amanecimos con Elías Jaua abriendo brecha. Brechas que se cerraran a más tardar en dos días. En dos días, la brecha que abrió Elías Jaua con este nuevo artículo quedaran cerradas para abrirse el próximo lunes. En este "Abre Brecha", que es el título de su nuevo artículo. Elías nos invita a "desatar la locura creativa para refundar los cimientos del proyecto bolivariano". En esta locura creativa, Jaua lleva un tiempo y no sé si por ahora hay algo concreto para darle inicio a esta locura creativa. (www.aporrea.org/actualidad/a280020.html )
La locura creativa va a la calle. No dice Jaua, cómo se va a la calle. Ahí está el detalle. Nos señala siete puntos y por razones de espacio o no ser tan complicado, me abocaré a tratar uno sólo y creo que es suficiente para decir lo que quiero decir.
En el primer punto, Elías sugiere: "Genere opinión (...) No se quede callado" Particularmente siento que esto es algo casi imposible. Lo que uno capta, es que lo normal y revolucionario es estar callado, aunque para disimular esto, la revolución se ha inventado cientos de congresos, cientos de asambleas, cientos de reuniones con cajas de propuestas y estamos en un punto peor, después de cada "debate" que la revolución promueve.
El viento de agua, no sé por donde anda. Tengo dudas de que pueda estar soplando efectivamente. Claro no hay que rendirse, pero así como estamos, es como si estuviéramos un buen rato deprimidos y otro rato más largo, muy rendido. La militancia, como se entiende, anda muy extraviada, frente a un conformismo pasivo.