Izquierda Venezolana

Me doy por aludido:¡Yo también soy de izquierda!

Viernes, 09/08/2019 10:53 AM

Darnos por aludido es la fundamental razón por lo que consideramos esencial que el presente debate se debe empeñar en la búsqueda y formulación de un Proyecto Político Liberador del Pueblo Venezolano. Y en esto no acompañamos a los compatriotas Juan Barreto, Javier Biardeau y Héctor Sánchez por considerar que no puntualizaron nuestras angustias ante la carencia de esta proposición de pedagogía politica que esta extraña.

EL PROYECTO POLÍTICO

Es importante decidir qué es lo que se quiere construir: ¿Un partido vertical?, ¿Una coordinación de grupos?, ¿Una coordinación de un movimiento de movimientos?, ¿Una red de redes?, ¿Un frente de organizaciones? En principio se puede decir que cada una de estas opciones tiene ventajas y desventajas, según el grado actual de desarrollo del movimiento popular venezolano y las tendencias que puedan vislumbrarse o según el proyecto societario que se proponga.

El debate sobre la organización política ha sido un punto crucial para todas las revoluciones, pero también para los partidos, grupos, asociaciones, que de una manera u otra han estado involucrados en los procesos de cambio. Probablemente se requiera de la urgencia de crear una fuerza social, no solamente política, que contribuya a impulsar las transformaciones societarias. Ahora le toca a la Izquierda Venezolana solucionar este asunto tan lleno de dilemas, de angustias futuristas, de esperanzas inminentes y seguramente de viejas obsesiones a sabiendas de la obligación de crear una fuerza social que contribuya a impulsar las transformaciones societarias.

Lo cierto es que las causas de esta imposibilidad, tienen que ver con la dependencia cultural de la militancia de estos partidos políticos más cercanos a corrientes de pensamiento reformista de derecha, los cuales se hacen evidentes por sus carencias de una línea general, que no podrán resolver a corto plazo esa izquierda partidista tradicional, influida por las "reglas matemáticas" de la institucionalidad burguesa, esto es, reparto de cargos burocráticos en la administración pública y posiciones en los cargos de elección popular

EL DEBATE PLANTEADO

El debate planteado, muestra en sus páginas como el proyecto político, debe partir tanto del esfuerzo permanente y metodológico por adquirir un conocimiento objetivo de la realidad social que pretendemos transformar, como de la construcción de la teoría de la revolución nacional que requerimos asumir conscientemente como pueblo, dado el compromiso histórico necesario para la conducción científica de los procesos teóricos-prácticos que de ello se deriven. Las distintas formas de lucha, a que ello da lugar permitirán, no solamente el proceso de reproducción del propósito asumido, sino los cambios y transformaciones conducentes a la nueva sociedad y a la periódica actualización de la referida conducción.

Este proyecto político, como hemos dicho, constituye una necesidad urgente que no está en proceso de construcción. Es esta afirmación la que nos lleva a una labor de arqueología política para captar los aportes populares en la formulación de su propio ideal redentor.

De acuerdo a los referidos planteamientos, el lugar protagónico lo ejerce el pueblo directamente o a través de sus dirigentes. Aquí debemos reconocer el referido espíritu autocritico en ese arduo camino de expresar y representar el sentimiento y la legitimidad popular.

La virtual relación de la calidad de la dirección popular y el conocimiento de la realidad que se intenta transformar se hace evidente a lo largo de este debate planteado, en su aspecto medular; el cual no es otro que asumir y dominar el método científico social con capacidad de interpretar la realidad social objetiva, material y en constante transformación. Generalizando diríamos que es imprescindible generar, a lo interno de la Izquierda Venezolana, una revolución teórica-metodológica que transforme a sus "militantes y dirigentes de la fe marxista", negadora del método de Marx, en sujetos políticos con capacidad para dominar científicamente el materialismo histórico como instrumento válido para producir el conocimiento objetivo de la realidad que vivimos y aspiramos conducir.

Pareciera una cuestión simple el afirmar que sin método científico no puede haber un conocimiento objetivo de la realidad; que, además, la fe no conduce al conocimiento de la realidad y mucho menos a la capacidad para conducir los procesos sociales. El problema está en que los últimos sesenta años acusan a la dirección de nuestra Izquierda Venezolana de una carencia metodológica-científica y de la conformación de una teoría de la revolución nacional.

La búsqueda de un proyecto político liberador del pueblo venezolano no puede ni debe darse de manera ocasional. Este debe ser expresión de las necesidades históricas y estratégicas del pueblo en su unidad y diversidad dialéctica.

DESDE LA CIVILIDAD

La pregunta central, entonces, es: ¿Existe algún país en el mundo donde derechas e izquierdas o gobierno y oposición política hayan acordado influir positivamente en su ciudadanía para no proyectar sus conflictos internos y reforzar la constructividad, la colaboración productiva y la paz ciudadana?

Si este país existe, no lo conocemos, y dudamos que exista, por lo menos un inventario de la prensa mundial actual no muestra una repuesta positiva a la pregunta planteada. Por lo contrario, en la actualidad parece acentuarse cada vez en mayor magnitud la violencia interna entre los pueblos desde sus estímulos político-económicos. Venezuela no es una excepción y un grupo de venezolanos, sintiéndonos también ciudadanos del mundo, nos hemos dado a la tarea de reunirnos, primero en el espacio virtual y luego en la cara a cara, para discutir de alguna posible solución a esta tendencia.

Cabría preguntarse si sería posible construir nuevas condiciones socio económicas para revertir esa situación de violencia política creciente y si podríamos estar a tiempo de implementar algún plan o proyecto en ese sentido.

De allí que un grupo de tercos soñadores hemos querido iniciar un movimiento, aparentemente contra toda lógica, en esa dirección de unificación real de criterios finalistas positivos y a favor de la vida en armonía sistémica humanista y globalmente ecológica para darle un vuelco rotundo a esa tendencia política a la que nos han habituado los partidos políticos de utilizar los votos y trabajo de la ciudadanía a nombre de una alternabilidad del poder dentro de una pugna eterna que insisten en llamar democracia.

Hemos tomado esta iniciativa, porque somos ciertos de que estamos bajo un engaño de gigantescas proporciones, tanto en su realidad semántica como práctica. Vemos con preocupación que se nos pretenda inculcar, desde los poderes mediáticos hegemónicos, un significado trastocado de la democracia participativa y protagónica. Este equipo de ciudadanos hemos coincidido en que la nueva etapa de "Cambio de Estructura" contiene dos fases:

  • Preparar las condiciones.

  • Consolidar la nueva estructura de la sociedad.

En consecuencia, proponemos pues que, sin tiempo que perder, comencemos desde hoy mismo a construir ese programa y para lo cual te convocamos, sin discriminación alguna de partido, rangos, profesión, raza, sexo, o cualquier otro tipo de calificador, sino tu voluntad soberana y tus deseos de ver un mundo y una patria de futuro brillante, próspero, justo y de libertad y paz armónicas, a dos objetivos complementarios:

  • Fortalecer y masificar la formación ideológica en el colectivo nacional.

  • Crear una organización política basada en la Democracia Directa para asumir la dirección de la sociedad en el mediano y largo plazo.

Desde estas premisas básicas, hacemos un llamado a toda la población política de Venezuela para concentrar voluntades, recursos y esfuerzos a deslastrarnos de ese hábito de eternos contendores, de enemistad antihumana en el cual nos han metido los partidos políticos y, desde un movimiento civilista de base económica, cambiemos el rumbo de nuestro país.

Esto sólo puede lograrse con el compromiso de todos ante un programa de acción político-económica construido entre todos y para todos, no un programa construido por un grupito de vivos o de iluminados para imponerles a los demás por cualquier medio o método. Por eso tiene que ser también un programa adaptado a las vocaciones geo-humanas de las regiones locales, armonizado a la globalidad y ejecutado por y bajo la contraloría de toda la unidad ciudadana.

ADHESIÓN

Esto se lo viene planteando y lo está haciendo mucha gente. He tomado esta iniciativa porque estoy bajo un engaño de gigantescas proporciones. Veo con preocupación que se me pretenda inculcar un significado trastocado de Izquierda Venezolana. Quiero aclarar que hablo como un revolucionario creyente de la necesidad de hacer críticas profundas por lo que está ocurriendo. Como voz vinculada a un debate total y absolutamente abierto solicitamos nuestra adhesión a los desafectos, contrarios, opuestos, hostiles, adversos, antipáticos y refractarios. Pues, me doy por aludido: yo también soy de izquierda… ¡

¡Que se abran cien flores y florezcan cien escuelas de pensamiento… ¡

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