Desechado Guaido como candidato presidencial, el viejo COPEI debe dejar el cambur del Psuv- AD

Viernes, 30/08/2019 02:56 PM

Con el ascenso del populismo en los países desarrollados, la globalización económica cada día que pasa tiene peor fama, de forma injusta e inmerecida. Cada vez son más las personas que rechazan la globalización con el argumento de que es injusta y que además es la fuente de los males existentes en el mundo. Incluso, algunos afirman que es en la globalización económica donde está el origen de las crisis económicas, de las guerras, de las migraciones, de la pobreza, de la desigualdad y de todo aquello que nadie desea.

Quienes afirman tales maldades de la globalización económica, ignoran consciente o inconscientemente que la globalización ha aumentado el nivel de vida de la mayoría de los habitantes del planeta tierra.

Una cosa es el globalismo y otra bien distinta la globalización. El globalismo es un concepto político. La globalización es un concepto económico. Confundir ambas cosas es mezclar las churras con las merinas que, aunque son ovejas no son iguales.

Globalización económica significa "división del trabajo a escala mundial"

Se trata de sacarle la mayor rentabilidad a las habilidades y los recursos. Es por ello que la población de cada país se especializa en aquello en que mejor sabe hacer, adquiriendo así una ventaja comparativa en relación a la de otras naciones: hago aquello en lo que soy mejor que los otros y les vendo; y compro de los otros aquello que ellos hacen mejor que yo. Todos esos intercambios, esas transacciones económicas se deberían realizar lo más libremente posible, sin que los gobiernos impongan tarifas proteccionistas y barreras arancelarias.

Allí donde funciona este esquema, siempre se acaba dando un enorme aumento en el nivel de vida de todos los implicados.

En la actualidad es casi imposible que algún lugar del mundo aspire a vivir en una situación de autarquía, de autosuficiencia y aspirando a producir absolutamente todo lo que sus habitantes necesitan para vivir dignamente. Si los dirigentes de algún país intentasen tal cosa, producir todo lo que consumen sus conciudadanos, no solo sería un monumental desperdicio de recursos escasos, sino que elevaría los costes de producción y, como consecuencia los precios de los bienes y servicios acabarían siendo increíblemente altos, afectando de forma negativa al bienestar de la población.

¿Cómo es posible que, actualmente, un trabajador corriente tenga a su alcance una amplia variedad de bienes y servicios, cuya producción requiere los esfuerzos coordinadores de millones de trabajadores?

La respuesta es que cada uno de esos trabajadores forma parte de un mercado de tal magnitud, tan amplio que, facilita que muchos emprendedores e inversores de todo el mundo organicen actividades de producción altamente especializadas, que les resultan enormemente rentables debido a que el mercado para sus productos es a escala global.

Esta especialización tanto de trabajo como de producción, a lo largo de diferentes sectores industriales en todo el mundo, es la característica fundamental de la globalización económica.

La globalización económica, acompañada del libre comercio (conditio sine qua non para que se pueda dar la globalización económica) aumenta la productividad de todas las partes implicadas. Y por lo tanto el nivel de vida de todos. Sin la globalización económica, hubiera sido imposible que la pobreza se redujera con la intensidad con que lo ha hecho en las últimas décadas, en todo el mundo.

A pesar de la mala fama -inmerecida- de la globalización, cualquier persona que elijamos al azar, aunque no lo sepa es un entusiasta defensor de la globalización económica, Raro es quien no madruga, se levanta temprano y va a trabajar con la intención de ganar la mayor cantidad de dinero posible y, con él, poder consumir lo que desee. Las personas trabajan y producen para poder consumir productos buenos y baratos, independientemente de su lugar de origen. Le trae al fresco la parte del mundo de dónde vengan; lo que les interesa es que sean buenos y baratos.

En Venezuela estamos entrando a un túnel negro, nadie quiso obedecer desde que Hugo Chávez Frías asumió el poder, menos con el presidente Nicolás Maduro Moros, aunque modernizaron al Estado y lo colocaron por igual al mundo europeo. Es, triste como han sido engañados y manipulados por la misma gente de su contexto geopolítico y territorial. Cauchras, Rualca, Mercados Bicentenarios, Pdval, Mercal y empresas agrícolas y pecuarias fueron lanzadas al abandono y los choferes en menos de tres meses dañaron los buses chinos. Lo peor de todo, es que ninguno se encuentra detenido y la impunidad se pasea por el mercado de mayorista de Valencia y el Estado Bolívar. Un grupo de personas utilizando el nombre de Socialismo jugaron y se burlaron de la estructura del Estado.

El globalismo es exactamente lo contrario de la globalización económica: Es un pacto de políticos y burócratas, para que exista el globalismo es imprescindible que haya políticos y burócratas.

El globalismo es una política internacionalista, creada, puesta en marcha, dirigida por burócratas, que ven el mundo entero como una esfera en la cual pueden influir y de la cual pueden parasitar. El objetivo del globalismo es dirigir y controlar todas las relaciones ente los ciudadanos de los diversos países del mundo, de los habitantes de todos los continentes creando organizaciones internacionales y legislando de manera autoritaria, para poder finalmente actuar, también, de manera autoritaria.

He aquí el principal pretexto del globalismo: Buscar soluciones y ponerlas en prácticas para abordar los problemas cada vez más complejos de este mundo y de quienes en él habitamos (crisis económica, "calentamiento global", refugiados, lucha contra la "desigualdad", y cuantas nobles causas a usted se le ocurra nombrar), para lograr esa bondad extrema se requiere tomar decisiones de forma centralizada, un gobierno mundial que actúe a escala mundial.

Los políticos y burócratas globalistas promueven leyes sociales, laborales, reglamentaciones económicas y toda clase, con la pretensión de hacerlas extensivas a todos los habitantes del planeta, para lo cual es necesario un cuerpo burocrático supranacional, que las imponga de manera uniforme en cada país.

Como consecuencia de lo que vengo exponiendo, para los globalistas, el estado-nación como representante del pueblo soberano es considerado obsoleto y es necesario sustituirlo por un poder político transnacional, globalmente activo y alejado por completo de los deseos de la gente

El presidente de Rusia, aclaro, es un conciliador y más allá de sus ideas y del Estado que preside, busca que los países progresistas del hemisferio crezcan y se hagan emprendedores. Al igual que el presidente Evo Morales, dos grandes de la historia.

Venezuela se fue a pique por la carencia de autoridad del presidente hacia sus subalternos que se dedicaron a desfalcar al Estado y, el único que era cabal en sus funciones, es el sociólogo Elías Jaua Milano, el único izquierdista de ese gran grupo, lo demás son hijos de viejos copeyanos, COPEI se dividió en dos grupos, Primero Justicia y Voluntad Popular y por eso, Guaido por estar aferrado a sus viejos amigos no puede ser candidato presidencial de Venezuela.

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