Ya es hora, ante la emergencia apliquemos el Plan B

Esto no es socialismo, esto no es lo que soñamos

Lunes, 02/09/2019 10:26 AM

Domingo, 01 de septiembre de 2019.- Usted tiene un sueño, un proyecto, una idea que quiere hacer realidad, usted se la imagina en su mente, la tiene clarísima en su cabeza y arranca para verla plasmada en la práctica.

Arranca con la concepción que ha ido madurando, con la elaboración consciente o no de un proyecto de ejecución de esa idea, un plan, una serie de etapas que le van permitir ver realizado ese sueño inicial.

Pero, ahí está la vida frente a su idea, conspirando con constancia y albergando otras ideas de otra gente que también sueña, que compiten, que manejan otra concepción y que se oponen a su idea.

Le llaman la realidad circundante.

Arrancando comienza la batalla.

Ese proyecto inicial comienza a madurar y muchas veces a sufrir modificaciones, debemos adaptarnos a las circunstancias que nos rodean, ajustarnos al nivel tecnológico dentro del cual nos movemos, precisando cuales son esas circunstancias a las que necesariamente tenemos que enfrentar, incluyendo el entorno cultural donde tenemos que operar, las costumbres, usos y hábitos que determinan el ambiente donde va a crecer y desarrollarse la idea inicial, el sueño originario.

La capacidad de adaptación y el manejo de las variables son fundamentales para el éxito del proyecto, cuidando preservar la sustancia con la cual fue concebido.

El manejo calculado de los riesgos y el enfrentar situaciones conflictivas y delicadas, pueden ser el pan nuestro de cada día.

No todo puede ser adaptación y búsqueda de la supervivencia.

En Venezuela tuvimos el proyecto de transformar un sistema injusto, el de la IV República, cuyo modelo se agotó, dejó de responder a las necesidades de la población, implosionó, la idea era de llevarlo, de cambiarlo a un sistema de mayor justicia social a través de la implantación de un modelo socialista propio, nuestro, esa fue la idea original, el sueño que tuvimos.

Ese proyecto de transformación ha pasado por diferentes etapas hasta llegar a donde estamos hoy en día, a una situación que no se parece en nada a lo que soñamos, esto no es socialismo, esto no es lo que soñamos.

El deterioro de la calidad de vida en nuestro país es alarmante, las condiciones de vida para la mayoría de la población se han deteriorado, hay una mala administración de los recursos, una corrupción galopante, sin culpables ni responsables, sin sancionados, con una Contraloría Nacional muda, invisible y con una Contraloría Social defectuosa, tímida que no se manifiesta, tartamudea, apenas habla, con un Poder Moral inexistente.

Y para complicar el cuadro los gringos nos bloquean, nos declaran una guerra híbrida, económica, nos aprietan el pescuezo, nos quieren arrodillar y someternos a sus designios de salvadores nombrados por ellos mismos.

Hay dentro del gobierno quienes le atribuyen descaradamente todos nuestros males a la intervención que hacen los del norte, sin asumir la menor responsabilidad sobre lo que estamos pasando, como si aquí estuviésemos boyantes y todo se deterioró por culpa de lo gringos, estos camaradas padecen de problemas de memoria o están escurriendo el bulto, una de dos o las dos a la vez.

Ayer sábado 31 de agosto, observé lo nutrido de la marcha de los trabajadores en Caracas, marcha internacional la llamaron, donde muchos de nuestros hermanos y hermanas trabajadoras hicieron acto de presencia en las calles y me preguntaba ¿será que a los que marchan no les afecta la actual situación, lo caro que está todo? y la verdad es que no le consigo una explicación lógica a este fenómeno, marchar apoyando a quienes son corresponsables de la crisis que estamos padeciendo.

Lo que si pensé es que a quien logró organizar esta marcha, en medio de tantas dificultades, deberían darle responsabilidades mayores, darle proyectos difíciles para que los ejecute.

Y pienso que ya está bueno de diagnósticos, y que ya es hora y ante la emergencia apliquemos el Plan B.

Debemos atacar a los problemas de raíz, empezando por los cambios macroeconómicos que impliquen un cambio de patrón de la economía de puertos a una economía nacional vigorosa, basta de comprar afuera la mayoría de lo que necesitamos, debemos producir en Venezuela, debemos cambiar nuestra mentalidad rentista.

Tenemos tierra, tenemos agua y gente dispuesta a trabajar, tenemos que partir por darle de comer a nuestra gente, mas comida y a buenos y mejores precios, atacar a la especulación y a la corrupción, usar el torniquete del control de precios sin miedo, hasta que las cosas se regularicen.

Poner a nuestros campesinos, que bien dispuestos están, a producir alimentos, tenemos que apoyarlos política, financiera y técnicamente, en vez de quitarles las tierras, de destruir sus cultivos, de obstaculizarlos.

Y no me digan que no hay corrupción, los signos exteriores de riqueza delatan a quienes están metiendo la mano, es fundamental reconocer y atacar a la crisis ética que estamos padeciendo.

Debemos recuperar el valor del trabajo, premiar al que trabaja con mas oportunidades de crecer, de desarrollarse, de dar a su familia una vida digna y castigar al que roba, al que está zambullido en un mar de corrupción y vagabunderías, investigar y actuar en consecuencia.

Lo llaman reingeniería social, el arte de recomponer la sociedad, de rearmar el orden para salir adelante y alcanzar un mejor futuro, antes lo llamaban cambio de estructuras.

Y ante la emergencia apliquemos el Plan B.

Frente a todo este panorama que tiende a deprimir al mas entusiasta recordé un poema de Rudyark Kipling que leí hace años en casa de mi amigo Ricardo y que deseo compartir con ustedes.

No Desistas

Cuando vayan mal las cosas como a veces suelen ir,

cuando ofrezca tu camino solo cuestas que subir,

cuando tengas poco haber, pero mucho que pagar,

y precises sonreír aún teniendo que llorar,

cuando ya el dolor te agobie y no puedas mas sufrir,

descansar acaso debas, pero nunca desistir.

 

Tras la sombra de la duda, ya plateadas ya sombrías,

puede bien surgir el triunfo, no el fracaso que temías,

y no es dable a tu ignorancia figurarse cuan cercano,

puede estar el bien que anhelas y que juzgas tan lejano,

lucha, pues por mas que en la brega tengas que sufrir.

 

!Cuando todo esté peor, más debemos insistir!

 

Si en la lucha el destino te derriba,

si todo en tu camino es cuesta arriba,

si tu sonrisa es ansia satisfecha,

si hay faena excesiva y vil cosecha,

si a tu caudal se contraponen diques,

 

Date una tregua !pero no claudiques!

''Porque en esta vida nada es definitivo,

toma en cuenta que: todo pasa, todo llega y todo vuelve''

 

Cuando vayan mal las cosas como a veces suelen ir,

descansar acaso debas, pero nunca desistir.

 

No desistas. ¡Carajo! (el carajo es mío)

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