La capacidad del venezolano para resistir, tiene características muy particulares, aparte del ingenio de sustituir el modo de vida, también es excepcional en lo creativo para sobrellevar su estado de ánimo y, en una especie de terapia para la salud mental, improvisa un chiste en el día a día, incluso, tomado del mismo sufrimiento del cual es parte, es decir, una especie de "sana locura" si es que existe un término así en la medicina psiquiátrica.
El bombardeo informativo diario al que nos someten con manipulación y mentiras, el ataque guerrerista con que nos tratan para silenciarnos en una forma de exterminio, más que arrodillarnos, nos fortalece en ese gen de rebeldía que nos caracteriza pero que, sarcásticamente, manifestamos riendo con una extraña alegría, aun cuando no es nada gracioso ni chistoso lo que sucede en la crisis más agresiva que hallamos vivido alguna vez.
Un ejemplo reciente de risa irónica se percibe en la abrupta y absurda subida del dólar frente a nuestra moneda nacional, acompañamiento que hacen desde grandes comercios hasta minoristas para aumentar los precios en bolívares pero calculados en dólares, en este sentido, tomado como un chiste peligroso pues esa risa del pueblo, es de cuidado al darse cuenta que la excusa para aumentarle los precios basados en el dólar son una burda mentira ya que éste aunque se comporte en baja, no así mantiene el incremento de los precios en alimentos, medicinas y todo lo comercial tomando la referencia de ese dólar a conveniencia cuando se comporta como portaviones pero desestimando su acción cuando se comporta como submarino y, aunque nos afecta, lo hacemos chistoso y lo resistimos con ingenio en una especie de lo que llamamos "papa caliente" o especie de umbral a la explosión social contenida justamente por nuestro carácter bonachón y pacífico más no pendejo.
La gracia es una de las cosas que nos acompaña para resistir tanto sufrimiento y arrechera, a veces, con chistes, pero otras cantando y bailando, aunque esa tranquilidad contenida en el higiene mental o catarsis que nos damos para seguir adelante, es la yoga en práctica que hacemos para ese mantra cotidiano que nos imponen con fabricación "made in usa", aliada también en esa vergüenza de acompañamiento anti patriota de algunos en una pretendida entrega no solo de nuestro territorio o bienes materiales, sino hasta del alma de ser venezolano o lo que significa y por lo que nos resistimos perder o dejar de lado sin sentido de pertenencia en el modo de ser que nos caracteriza.
Obviamente sentimos dolor cuando vemos el sufrimiento en lo interno del país y rabia por la xenofobia hacia nuestros connacionales que se encuentran fuera del territorio a causa de esta crisis inducida, y peor, por "los supuestos hermanos" a quienes más hemos ayudado en el pasado con el afecto que expresamos y el amor que entregamos como ciudadanos xenófilos que somos. También nos duele ver como el hábito alimenticio, la merma en la salud, la diversión y descanso en general por la calidad de vida que nos arrebatan, se vuelve sonrisa horrible en el rostro de los malévolos que la auspician y que luego salen ante el mundo con caras de angustia a hablar en defensa de nuestros derechos humanos con la ironía de ofrecer ayuda, es aquí cuando aparece cualquier chiste popular de resistencia y soltamos alguna frase loca como: ¡zape gato!, ¡así no me defienda compadre!
La pelota es redonda y aunque nos nieguen hasta nuestros propios peloteros grandeligas por razones de bloqueos y contratos profesionales desde la tierra del Tío Sam, la sonrisa no será borrada de nuestros rostros pues así sea con pelotica de goma y peloteros anónimos, reiremos para pasar el mal rato que nos provocan tratando de vernos sufrir, apagando la sana diversión y alegría que nos da el béisbol como parte del alimento de nuestro espíritu navideño.
El régimen de sanciones y bloqueos contra mi país Venezuela, la soñada intervención de nuestro territorio y soberanía, el intento de arrebato de la patria y nuestros recursos naturales de "oros" renovables como el agua y no renovables como el petróleo y otros minerales, se pone en juego como botín para quienes creen que es un chiste nuestra resistencia. Dudo que exista en el mundo un Estado que pueda soportar algo similar, pero, es el mismo pueblo venezolano arrecho que ha descubierto la clave para resistir y no es otra que la terapia de la risa cotidiana y la sonrisa, pero, como dicen por allí en un juego de barajas: ¡la banca pierde y se ríe!,
Los venezolanos, nunca olvidaremos este episodio de la historia y tenemos anotados a nuestros amigos y enemigos en la lista de cuidado para el futuro. En los próximos años, el mundo se verá envuelto en desplazados medioambientales y necesitados de recursos naturales que comienzan a escasear y verán en esta tierra de alegría y belleza, un paraíso para sobrevivir, aunque el bumerán les contará la resistencia del pasado como un chiste, seguramente nuestra nobleza tenderá de nuevo el puente de la solidaridad sempiterna que nos entregó Dios con su bendición y el padre Bolívar con su libertad.