Sin duda la única alternativa deseable para solucionar situaciones de conflicto de cualquier nivel es el dialogo. Siempre es posible llegar a acuerdos donde ambos lados ganen o al menos no pierdan demasiado…de lo contrario el único camino es la violencia, la destrucción y la muerte. Y en estos casos ya sabemos quienes salen ganando al final…
Lamentablemente la historia de los "arreglos" a los que llegaban las fuerzas adeco/copeyanas ambas al servicio de los gringos nos muestra que siempre había un gran perdedor: el pueblo venezolano en general, sobre todo el más necesitado. Esperemos que en esta ocasión teniendo de un lado un gobierno revolucionario y patriota las cosas sean diferentes.
Algunos se quejan de que la revolución ya ha claudicado demasiado y que incluso en muchos casos ha actuado con debilidad. Muchos nos quejamos de la corrupción y la ineficiencia (el comandante Chaves y el compañero presidente Maduro siempre fueron críticos ante la corrupción, la ineficiencia y la impunidad).
Otros viven echándole la culpa de todo al gobierno revolucionario sin tener en cuenta la dura realidad de una revolución que desde el principio ha tenido que enfrentar los ataques cada vez más brutales de una mafia internacional que controla las finanzas, el tráfico de drogas y de armas, y las trampas y la violencia de una oligarquía nacional corrupta siempre arrodillada ante las fuerzas colonialistas.
El conflicto y la crisis por la que hoy atraviesa la patria de Bolívar son lamentablemente la repetición de una historia vivida hace 200 años (Bien dijo alguien que aquel que no conoce su historia está condenado a repetirla). Los actores siguen siendo los mismos: las fuerzas imperiales y colonialistas y sus socios en las oligarquías locales, especialmente las colombianas, frente a ellos las fuerzas patriotas que hoy se ven amenazadas por el imperio más poderoso y tecnológicamente avanzado que el mundo haya conocido.
Los planes de las mafias guerreristas en Washington y la oposición violenta son ya evidentes: sembrar el caos, destruir el tejido social del país y llevarnos a un enfrentamiento entre hermanos sur americanos que terminaría por destruir el estado nación venezolano y nos partiría en pedazos gobernados por la anarquía. Este escenario, ya vivido por varias otras naciones, les permitiría a las grandes transnacionales eurocéntricas repartirse y explotar sin control alguno las grandes riquezas de nuestra tierra.
Ante estas circunstancias el dialogo, los acuerdos y la búsqueda de la paz y la estabilidad se vuelven objetivos imprescindibles para mantener la integridad de la patria. Pero mientras los de arriba dialogan, los de abajo debemos seguir organizándonos, trabajando, inventando y ganando espacios horizontalmente para seguir construyendo el país que queremos.
Ahora bien, en este tipo de situaciones los de abajo debemos estar muy pendientes (entre muchas otras cosas) de lo que está pasando con los bienes de todos. Me refiero en especial a compañías públicas que son grandes productores de divisas y que aportan miles de millones de bolívares a las arcas del estado, en especial Movilnet y PDVSA entre otras. Hay un oscuro plan para, con la excusa de la falta de divisas, ir poco a poco destruyendo las empresas con la complicidad de empleados y gerentes tarifados al servicio de las elites nacionales e internacionales. El fin es privatizar parcial o si les es posible totalmente estas empresas .Las oligarquías terminan comprándolas a precio de gallina flaca y como siempre es el pueblo el que sale perdiendo. Eso pasó en México con Pemex (bajo la batuta del neoliberal Peña Nieto) y es más que conocido el saqueo de las empresas públicas de la ex unión soviética durante su derrumbe.
Personalmente estoy muy consciente de los errores que se han cometido y lamentablemente se siguen cometiendo desde el estado y el gobierno. Errores de los que debemos aprender y hacer lo posible para corregirlos y que no se repitan. Es terrible ver el sufrimiento de nuestros abuelitos, la decepción de nuestros jóvenes y es imposible no sentir indignación ante la especulación feroz, descarada e impune a la que nos someten comerciantes inescrupulosos y que vuelven nada los salarios y pensiones. Pero el peligroso panorama mundial al que nos enfrentamos y lo que parece ser una decisión ya tomada por los delincuentes que hoy ocupan casi que por asalto la casa blanca deben llevarnos a pensar profundamente sobre el futuro de nuestra América y en especial el de nuestro país.
El dialogo necesario entre el gobierno y un gran segmento de la oposición que entiende que un conflicto como el que plantean los guerreristas en nuestra región traería únicamente muerte y destrucción y solo beneficiaría a la industria armamentista y a las oligarquías de siempre, una fuerte ofensiva diplomática como la que se está llevando a cabo para desenmascarar a los fascistas que siempre juegan a convertir a los verdugos en víctimas, la unión de todos los venezolanos en búsqueda de soluciones a los graves problemas que atraviesa nuestra patria y sobre todo una campaña permanente para mantener la paz deben volverse nuestras principales banderas de lucha.
Casi todo lo demás va a tener que esperar a que entre todos podamos superar la peligrosa situación por la que estamos atravesando. Hoy más que nunca resuenan las palabras del comandante Chávez: "UNIDAD, LUCHA, BATALLA Y VICTORIA"
Rendirse es perecer.