El poder de lo simbólico, como arma del capitalismo (I)

Viernes, 18/10/2019 03:53 PM

"NO TOQUEMOS EL SISTEMA". Lula Da Silva 2003.

Lo simbólico como expresión cultural, está por doquiera. Nos atañe a todos. Con intención o sin ella, estamos bajo su cerco. Puede emerger de la lógica de un proceso, o de la naturalidad de un devenir, pero también de un propósito manipulador, que puede ser intencionadamente malévolo. Puede serlo personal o social. Gestualidades, creencias, lenguajes, prácticas, mitos, tradiciones, escogencias, nacionalismos, fascismos y revoluciones, pueden encarnar lo simbólico y visibilizarse en lo cultura.

El capital invierte millonarias sumas de dinero, en investigaciones sobre la conducta humana: conocerla para controlarla. El capital direcciona a los mercados, es su Columna vertebral, su hechura. Sabe más de nosotros que nosotros mismos; conocimiento para el control social. El capital no es abstracto, es concreto. Nuestras burguesías, parasitas en todo, hasta en el conocimiento científico, giran hacia donde se mueve el mercado. Son sumisas, pero ganan mucho dinero. También cobran y en cuantía jugosa, su conducta apátrida. Siempre han sido y serán solo importadoras, se trata de considerables ganancias en menor tiempo y con poco riesgo. Casi siempre con dinero público. Importan un basurero de productos, y exportan dólares; los suyos, provenientes de estafas sociales. Cuentan con el aval de gobiernos sumisos al capital. Tienen sus símbolos, que los identifican. Por tener "conciencia en sí", usan "sus" símbolos como instrumentos clasistas de superioridad. Admiten las diferencias, y creen en las desigualdades. Suponen infinito y eterno al sistema que les beneficia, pretendiendo minimizar las contradicciones que señalan la temporalidad finita del capital.

Para captar la esencia, intencionalidad, representación, expresión, pobreza o riqueza de lo simbólico, es menester, acuñar la mayor información posible sobre LA IDEOLOGÍA. Nos referimos a una categoría de análisis, no a un concepto ni definición. La apreciación de lo que es ideología, viene de lejos. "El Mito de La Caverna" de Platón, nos propone una realidad y una apariencia. El cristianismo habla de una "verdad" etérea, inmaterial, pero absoluta. Está en todas partes, pero no se ve, "se siente". Es antropomórfica y lo que es más complejo: es un Dios pensante. Los metafísicos tienen sus "ideas", hay otros practicantes y hacedores de conductas humanas. El pensador alemán F Hegel, se refiere a la ideología como "Falsa Consciencia", Marx habla de la "putrefacción del espíritu absoluto" (la religiosidad alemana y el sujeto central hegeliano: la "idea absoluta" o Dios), que se concatena con sus ataques a Hegel. Napoleón, la tilda de "metafísica". El común humano, la asocia con "IDEAS" preferentemente políticas, o culturales, que se colocan de una u otra parte de la sociedad. Insólitamente se llega a hablar de "ideología revolucionaria": IMPOSIBLE, toda ideología es contra revolucionaria. Se puede y se debe hacer uso de LO SIMBOLICO REVOLUCIONARIO, PARA IMPÙLSAR LA REVOLUCIÓN.

Ludovico Silva nos advirtió de los peligros de la ideología; desde ella no se puede hacer revolución, por el contrario, se le usa para impedirla. Al capital le sirve, para ocultar, disfrazar, maquillar, o encubrir sus contradicciones. Legitimarlas, naturalizarlas y hacerlas necesarias e imprescindibles. La ideología contiene en su seno a la enajenación, la alienación, el fetichismo y otras "harinas del mismo costal". Lo simbólico puede sintetizar contradicciones,

El prodigioso desarrollo científico humano de los últimos cien años, ha apalancado la iniciativa de los medios de comunicación y de toda la cibernética comunicacional. El Conductismo y algunos descubrimientos de Freud, habilidosamente se propalan y aplican perversamente en el tejido social. Se suele oponer ciencia a ideología. Si la ciencia devela, la ideología oscurece. El debate está en la ciencia ideologizada: ciencia-mercancía, con valores de cambio, a costa de los de uso. El neoliberalismo se plantea un mundo mecanizado; la razón industrial por sobre la sensorialidad humana. "La imaginación al poder" sale de la subjetividad, no de la fábrica. La ciencia ideologizada, encubre las contradicciones sociales. "Ciencia sin consciencia, es ruina del alma".

El ser humano es razón y emoción, lo objetivo y lo subjetivo. La razón, en particular la cartesiana, es un poderoso arsenal de ideas y símbolos, que han servido para manipular y controlar. La razón puede y con frecuencia lo hace, controlar lo emocional. Lo emocional está intervenido; el sujeto está cautivo, "los árboles no le dejan ver el bosque". Lo que él interpreta como realidad, puede no serlo, él está controlado, manipulado: ideologizado. "Su visión" del mundo, está alienada, enajenada, fetichizada, no se compadece con "su realidad" material, sino con los deseos o manipulaciones de otros. Hacer "revolución" desde estas confusiones, es harto peligroso, será una nueva derrota social popular. No pocos, señalan a los políticos como demagogos- ideologizadores.

NOTA: El Pentágono, en Centro y Sur América, pronto armará y financiará pueblos indígenas, para enfrentarlos entre sí, hasta dividirlos. Creará conflictos entre aborígenes y citadinos. Impulsará partidos y líderes "ancestrales". Serán unos preservativos. Quieren balcanizar territorialmente a nuestros países. Generalmente en estos "Bolsones" indígenas, hay considerables riquezas estratégicas. Están ubicados casi siempre en zonas limítrofes. El imperialismo busca desestabilizar al continente. Desde los medios privados y gobiernos genuflexos, la CIA instiga xenofobias contra los migrantes venezolanos. Le temen a nuestra factible unidad continental. Quieren debilitar el sueño integracionista de Miranda, Bolívar, Martí, el Che y Chávez. Es un asunto geopolítico fundamental. HASTA EL PRÓXIMO SÁBADO.

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