Las camionetas 4X4, símbolo de la Revolución Bolivariana

Martes, 22/10/2019 01:53 PM

Las supercamionetas cuatro por cuatro, blindadas, último modelo, fabricadas por empresas automotrices yanquis, las más costosas del mercado, equipadas con hipercauchos banda ancha, conducidas por nuestros sacrificados y humildes dirigentes bolivarianos, constituyen hoy día, en la Venezuela presidida por nicolás maduro, el verdadero símbolo de la muy exitosa Revolución Socialista, Marxista, leninista, Comunista, Guevarista, Fidelista, Maoista, Trotkista y Cristiana, que hoy, dicen sus mentores, y que cristaliza en Venezuela.

Tales camionetas, conducidas por los rojos rojitos nos dicen que vamos por buen camino, que este proceso es un exitazo, que se está triunfando sobre los valores perversos del capitalismo, sobre el individualismo egoísta aprendido en la sociedad del libre mercado.

El hombre nuevo ha aparecido en nuestro país, gracias a nuestra ejemplar revolución. Ese hombre nuevo, solidario, humilde, desprendido, sacrificado, bondadoso, tierno, cariñoso, servicial e incapaz de cogerse una locha del dinero público, anda hoy al volante de uno de estos vehículos.

Debemos entender que sus propietarios rojitos las prefieren por necesidad revolucionaria. Es un sacrificio que nuestros dirigentes hacen por el "proceso". No se confunda eso con hedonismo, con debilidades pequeño burguesas, con derroche, con exhibicionismo, con desviaciones de derecha. Nada de eso. Conducir el volante de estos llamativos vehículos es una acción revolucionaria que comporta compromisos, sacrificios, riesgos, entrega. Es que tales vehículos son los que nuestros esplendidos dirigentes socialistas deben tener a su servicio para poder cumplir con eficacia y prontitud las tareas encomendadas a ellos por la revolución.

La Revolución Bolivariana no podrá triunfar si sus hombres y mujeres más destacados no tienen a su disposición una, dos o tres camionetas 4X4. En este momento crucial, de duro batallar en nuestro país, cuando la suerte de la revolución está en juego, cuando el imperialismo norteamericano agrede al gobierno de nicolás, las camionetas son tan importantes hoy como fue la caballería llanera para las armas republicanas durante la guerra de independencia. Estamos en plena batalla antimperialista, libertadora, socialista, y las camionetas son las armas de combate de nuestros aguerridos soldados de la Revolución Bonitica, que eso es lo que son los hombres y mujeres del PSUV. Cabeza e Mango, por ejemplo, la necesita para apuntalar el proceso y para trasladar en su interior cosas que la policía le quiere sembrar; Pedro Carreno también requiere su camionetota para llegar a tiempo a las reuniones de la inservible Asamblea Constituyente y lucir allí sus refinados trajes, sus corbatas Louis Vouittoin, su costoso reloj Rolex y hacer además, malabares con su exquisito y refinado verbo. Diosdado y su hermano no se pueden quedar atrás, pues el primero como Presidente del partido, cuyos militantes rezan al todopoderoso para poder adquirir una de esas bichas, se la merece. Él tiene que andar todo el día sobre cuatro ruedas presidiendo reuniones donde se refrita hasta el cansancio viejos y anodinos videos del extinto Hugo Chávez; en otras reuniones el chico poderoso del Furrial se asegura que las rectoras del CNE muevan a su conveniencia los procesos electorales en nuestro país de manera que los comicios se realicen fuera del tiempo constitucional y los gane el PSUV; son tareas exigentes las que cumple el hijo preferido de Monagas, por cuya razón le toca la camioneta más costosa y lujosa, la más nueva de todas, fabricada por una de las reconocidas compañías norteamericana. El otro Cabello, como presidente del SENIAT merece también unas de esas 4X4, pues es el hombre de las finanzas del país, maneja mucha plata de la República; es el que suministra a Miraflores cuanto dinero demande su inquilino. Todo esto justifica para el menor de los cabello la camionetota blindada, con vidrios ahumados, un poderoso animalón con cauchos de buldozzer capaz de cubrir raudo la distancia existente entre el SENIAT, Miraflores, el Banco Central y el Ministerio de Finanzas.

Una de estas bichas la debe tener también el profesor aristobulo, pues jamás antes este destacado revolucionario había sentado sus posaderas sobre tan lujosos vehículos. Ahora, para pasarle correspondiente factura a la Cuarta, deberá tener no una sino varias. Hasta las trabajadoras domésticas, empleadas en las viviendas de los nuevos oligarcas, conducirán la suya.

Es que la Revolución tiene que ser total, absoluta, completa. Así es la lucha de clases y para demostrar que se está ganando ésta, los que no fueron propietarios de estos artefactos, durante los gobiernos puntofijistas, deben restregarles a los viejos oligarcas que deben contar ahora con nuevos competidores, con los oligarcas boliburgueses de reciente factura y con plata de la buena, obtenida por caminos verdes.

También los hermanitos rodríguez, los hijos del fundador de la Liga Socialista, deben tener a su disposición numerosas 4X4. Ellos se merecen más que nadie estos supervehículos, por su condición de hijos de mártir. La república de Venezuela debe pagarles esta onerosa deuda y ellos se la cobran con tales artefactos, y otros privilegios más. Lo cierto es que con este gobierno ha aflorado una fiebre enloquecedora por estas camionetas, y desde los concejales del PSUV para arriba, hasta llegar al inquilino de Miraflores, se muestran sin ningún tapujo ante el país conduciendo una de estas bichas. Orgullosos cruzan las calles, carreteras, avenidas y autopistas del país los muy sacrificados socialistas venezolanos. A ellos no les gusta para nada el dinero ni las exquisiteces características de los oligarcas. Claro que no. Son marxistas, comunistas doctrinarios y come candela. Pero tales camionetas deben ser suyas para poder ganar la guerra económica y la guerra en general que el imperialismo yanqui y el resto de las potencias capitalistas acometen contra nuestra patria bolivariana.

Los demás venezolanos debemos interpretar tal situación como la respectiva cuota de sacrificio pagadera por nuestro líderes; y nuestra cuota de sacrificio revolucionaria, la de nosotros los pata en el suelo, es olvidarnos para siempre de tener en nuestras casas aunque sea el más modesto Wolkswagen, pues la propiedad vehicular queda reservada por derecho revolucionario, con el gobierno de maduro, para los robolucionarios. Que el "protegido" pueblo choluo use los destartalados autobuses, perreras y camiones que hoy ofrece el servicio de transporte público. Jódanse todos ustedes, es la consigna proferida por la dirigencia rojita. Sepan que el PSUV está en Miraflores no para acometer una buena gestión de gobierno sino para conformar una nueva Boliburguesía y para ensenarles a todos los venezolanos que vivir arruinados, enfermos y con hambre es chévere. Y ya estamos logrando este objetivo. Pueden ver nuestra excelente gestión en Maracaibo, en Puerto Ordaz, en Maturín, y en decenas de pueblos y ciudades de nuestro país.

Bueno. La verdad es que no son, por ahora, muy refinados nuestros camaradas encamionetados, pero pronto lo serán o lo aparentarán. Sus modales y gustos mejorarán, pues cuentan con bastante biyuyo para comprarse estas cosas también. Ya dejan ver sus debilidades por las exquisiteces burguesas. Prendas y atuendos de marcas costosas lucen muchos de ellos. Y lo más evidente son las camionetotas 4X4, mostradas sin tapujos. El asunto es tan extraordinario que en las reuniones de la directiva del PSUV uno de los puntos a abordar siempre es este de las pata e goma. La instrucción oficial es que no debe haber un solo camarada asistente a estas reuniones sin parquear frente a la casa del partido su estrambótico vehículo. Así, el pueblo sabrá que dentro están los miembros de la muy sacrificada plana mayor de la revolución, trabajando, acordando políticas protectoras, populares, soberanas, socialistas, antimperialistas, una de las cuales, la más importante quizá, sea la compra y asignación a los camaradas dirigentes, destacados y comprometidos bolivarianos, su correspondiente gigantesco vehículo, el signo distintivo de nuestra revolución 4X4. Es que, armados con camionetas, es como ganaremos esta guerra por la segunda independencia.

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