Los millonarios y el caos mundial

Martes, 22/10/2019 01:54 PM

Muchos hablan del caos que existiría en el mundo y la mayoría lo hace como si fuera algo muy malo, y acaso lo sea. Otros creen, yo entre ellos, que sí, el mundo está en estado de caos, pero que esto podría llegar a ser algo bueno ¿Quién sabe?

El caos es la situación creativa por excelencia y así lo plantean filosofías y religiones atávicas. En la mayoría de los relatos mitológicos griegos sobre la creación del Universo aparece preexistente el Caos concebido como un abismo sin fondo, espacio abierto sumido en la oscuridad donde andaban revueltos todos los elementos: el agua, la tierra, el fuego y el aire. En el Caos nada tenía forma fija y durable, todo estaba en constante movimiento con inevitables choques, los elementos congelados contra los abrasadores, los húmedos contra los secos, los blandos contra los duros y los pesados contra los ligeros. El Caos era nada y algo, materia y antimateria al mismo tiempo. Dialéctica pura. En la gran metáfora bíblica del Génesis se asienta algo parecido: "En el principio, cuando Dios creó los cielos y la tierra, todo era confusión y no había nada en la tierra. Las tinieblas cubrían los abismos mientras el espíritu de Dios aleteaba sobre la superficie de las aguas".

¿Acaso el mundo de hoy no es igual al Caos mitológico griego? ¿No parece vivir la Humanidad en un abismo sin fondo, espacio abierto sumido en la oscuridad donde andan revueltos todos los elementos y en ebullición todas las contradicciones acumuladas y en lucha? Los elementos congelados contra los abrasadores, los húmedos contra los secos, los blandos contra los duros y los pesados contra los ligeros.

Del Caos de hoy surgirá lo nuevo, y no necesariamente lo bueno. Los hombres de buena voluntad queremos que se cumpla otra gran metáfora bíblica, la del Apocalipsis, según la cual habrá caos también al final de los tiempos, pero de él saldrá el mundo regido por los justos: "No habrá ya maldición alguna; el trono de Dios y del Cordero estará en la ciudad, y sus servidores le rendirán culto. Verán su rostro y llevarán su nombre en la frente. Ya no habrá noche. No necesitarán luz de lámpara ni de sol, porque Dios mismo será su luz, y reinarán por los siglos para siempre". También puede ser que el Caos se encamine hacia la extinción de la Humanidad y el mundo termine regido por las cucarachas. Una de las premisas del Caos es que su desarrollo es imprevisible.

En las matemáticas, la física y otras ciencias, la teoría del caos trata ciertos tipos de sistemas complejos y sistemas dinámicos no lineales muy sensibles a las variaciones en las condiciones iniciales. Pequeñas variaciones en dichas condiciones iniciales pueden implicar grandes diferencias en el comportamiento futuro, imposibilitando la predicción a largo plazo ¿Cuáles son las condiciones iniciales de nuestro actual caos? ¿Qué variaciones en ellas pueden implicar grandes diferencias en el comportamiento futuro?

Las condiciones iniciales del Caos actual tienen que ver con lo que llamo las "cinco supremacías": en lo económico, supremacía de la propiedad individual sobre la propiedad colectiva; en lo político, supremacía de la representación sobre la participación; en lo social, supremacía de la exclusión sobre la inclusión; en lo cultural, supremacía del egoísmo sobre el altruismo; y en lo espiritual, supremacía del pragmatismo sobre la religiosidad.

En la base de estas condiciones está la gran desigualdad entre los humanos en todos los aspectos de la sociedad. Por supuesto, el dato fundamental es el económico, ya que las oportunidades para los hombres tienen relación directa con el disfrute de los bienes que nos ofrece la naturaleza, de manera que en la medida en que la desigualdad económica se profundiza y se extiende, tal variación de las condiciones iniciales alimenta el desarrollo del caos hacia cada vez menos estabilidad política y social.

Veamos cifras que presenta el Informe sobre la Riqueza Mundial publicado recientemente por el banco suizo Credit Suisse. El patrimonio global de los millonarios sumó 360 billones de dólares entre mediados de 2018 y mediados de 2019, un aumento interanual del 2,6 %. El número de millonarios (personas con un patrimonio superior al millón de dólares) aumentó un 2,4 % hasta los 46,8 millones, de los que un 40 % viven en Estados Unidos. China (segunda revolución histórica de inspiración marxista) ocupa el segundo puesto en número de millonarios, con un 10 % del total, seguido de Japón (6 %) y Reino Unido y Alemania (ambos con el 5 %).

El informe refleja también cómo continúa una fuerte desigualdad en un mundo donde el 45 % de la riqueza mundial está en manos del 1 % más rico mientras que la mitad de la población más pobre posee menos del 1 % del patrimonio económico global. Hay que decir que según la entidad financiera suiza, ha habido cierta disminución de la desigualdad: el 90 % menos rico del mundo posee actualmente el 18 % de la riqueza mundial, cuando a principios de este siglo el porcentaje era aún menor, del 11 %. También refleja un aumento de la riqueza media por adulto, de un 1,2 % hasta los 70.850 dólares, aunque casi el 60 % de la población mundial está por debajo de los 10.000. Sin embargo, estos últimos datos son tan relativos como engañosos, puesto que en esos porcentajes se combina los cambios en las grandes metrópolis con los de las zonas "intermedias" y con las más deprimidas económicamente del planeta. En términos absolutos, el mundo es hoy más desigual que a comienzos de siglo.

Ahora bien, las condiciones económicas no son las únicas que están jugando un papel en el desarrollo del caos. Recientemente ha habido grandes movilizaciones contra el neoliberalismo en países como Ecuador y Chile, y en Argentina está por sufrir una importante derrota la derecha neoliberal representada por Mauricio Macri. Sin embargo, los gobiernos progresistas han sufrido retrocesos, como en el caso de la misma Argentina, de Brasil y de Ecuador, lo cual se relativiza un poco con la victoria de AMLO en México. En los casos de Venezuela y Bolivia, las más recientes elecciones presidenciales victoriosas han mostrado desgaste y merma del apoyo popular a los gobiernos de tendencia socialista. Esto ocurre en buena medida porque ninguna de las "cinco supremacías" se ha resuelto cabalmente, siguen predominando la propiedad individual, la representación, la exclusión, el egoísmo y el pragmatismo. Ha habido avances, pero son insuficientes antes las aspiraciones generales de las masas populares, que se rebelan por doquier y exigen más participación, más democracia y menos desigualdad.

Precisamente, son las luchas populares, con expresiones de protesta que pueden ser ruidosas o sordas, las que imprimen mayores variaciones a las condiciones iniciales del caos, augurando grandes diferencias en el comportamiento futuro e imposibilitando las predicciones a largo plazo. El Caos prefigura grandes cambios, ojalá sean para bien y logremos preservar la existencia de la especie, y construyamos otro mundo más justo ¿Quién sabe?

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