¿Familias rotas vs sociedades marginales?

Lunes, 11/11/2019 07:41 AM

Según Rousseau (Russó), 1712-1778: "La familia es el primer modelo de las sociedades políticas". Muchos siglos antes, ya se había adelantado Aristóteles con esta premisa: "La primera asociación de muchas familias, pero formada en virtud de relaciones que no son cotidianas, es el pueblo, que justamente pueden llamarse colonias naturales de la familia (…)". De todo esto, puede desprenderse, que la familia viene a ser el núcleo, el epicentro del surgimiento de las sociedades. Soy el que opina, que el conjunto de familias con sus diferencias, costumbres, debilidades y fortalezas, a través de las diferentes generaciones, ha contribuido con la consolidación de esa gran estructura llamada sociedad. La familia es a la sociedad, lo que el oxígeno es a la vida. Una familia sin afectos no puede integrarse con afectos a una sociedad. No es sencillo escribir en estos tiempos donde la familia se encuentra en un gran ámbito de desafíos y compromisos. Hablar de familias es un tema variopinto, donde confluyen muchos criterios. Criterios, que deben ser manejados con mucha tolerancia, con estoicismo, distanciados de comportamientos viscerales y actitudes reactivas inconducentes.

Es significativo señalar, que la familia no corresponde, únicamente, a la vinculación de padres e hijos; va más allá de eso. Hay que considerar el Parentesco por afinidad y consanguinidad. Parentesco, que en alguna medida, se circunscribe en deberes y obligaciones. Sin pretender adueñarme de la verdad, en estos tiempos, el manejo de las necesidades familiares es complejo. Complejidad que se acentúa con la desviación de valores en la familia. Valores, que si bien no están erradicados, parecieran tener otro rumbo. Hermanos que se tratan como si fueran enemigos en pleno campo de batalla, hijos que desafían a los padres, madres que abandonan a los hijos, sin justificación. Es un asunto de índole axiológico. En esta gran complexidad actual, que se vive en muchas familias, no debe perderse el espíritu de tal; a pesar de las nuevas uniones de parejas homosexuales (Del mismo sexo); tema que está latente en la palestra social en muchas naciones. No es un delito. La familia es impermutable.

Una familia está formada por humanos; y por esencia, está sujeta a perturbaciones. En esta sintonía, me atrevo a decir, que toda familia pasa por dificultades ¿Quién no ha vivido una experiencia ingrata en su familia, en cualquier grado del parentesco? Quien lo niegue, es un "Sin familia, sin leyes, sin hogar", según Aristóteles, parafraseando a Homero en la Ilíada. Como las olas del mar, los valores y normas de la familia, deben salir de ella misma. Cada familia es una comunidad que acumula una gran experiencia; y juntas van conformando realidades integradas; que van a dar paso a la estructura de sociedad. No hay que dejar pasar por debajo de la mesa, que muchas veces, lo frecuente es el hambre de empatía familiar, el resentimiento, la descalificación, la envidia entre el grupo familiar, la carencia de conciencia de cuál es el objeto de una familia. Los vagos recuerdos del pasado, en ciertas ocasiones, conducen a la tumba la unión familiar. Las familias son puntos de pivote, no pistas de competencia. No son demostraciones de fuerzas. Mientras haya familias rotas, habrá sociedades marginales.

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