Análisis del caso boliviano

Lunes, 11/11/2019 01:48 PM

Es bueno empezar por recordar que Evo Morales, viene de una larga tradición de lucha, fue encarcelado, secuestrado, incluso fue salvajemente golpeado y dado por muerto en una ocasión. Lo cual indica que estamos en presencia de un líder que no se acobarda, y que tiene el suficiente temple para resistir, como en efecto lo hizo en otras ocasiones.

Una vez que Evo es electo presidente se dedica por entero a un plan para tratar de revertir la exclusión social en uno de los países más pobres de nuestra América. Los logros económicos están a la vista del hemisferio, logró su gobierno atacar y disminuir la pobreza extrema, y crear las bases para el desarrollo económico de su país.

Sin embargo hay coincidencia en señalar que Evo descuido el trabajo ideológico, sobre todo no pudo revertir el carácter anti comunista de un ejercito que carga el peso histórico de haber capturado y ejecutado al Che Guevara. El trabajo político se centro en la organización de la comunidades indígenas en enseñarles a ser productivos, en recupérale su confianza, y su auto estima después de tantas persecuciones y humillaciones por parte de la derecha supremacista de Bolivia, esa misma que intentó asesinar al Mariscal Antonio José de Sucre.

El compañero Evo no pudo depurar los cuerpos policiales y crear una policía más vinculada al pueblo indígena, no pudo crear una rama de milicianos populares ligada a la raza originaria de su país, por lo que ante el avasallamiento de la derecha nos recordó aquellas horas infames en las que el presidente Mártir Salvador Allende decidió ponerse un casco y tomar un fusil. Hugo Chávez fue muy enfático al señalar: "Allende estaba solo".

La confianza en el éxito económico alcanzado dejó a un lado las normales tareas de inteligencia, sobre todo las que deben ejecutarse a aquellos militares con antecedentes y vinculaciones al sistema de castas que ha creado el imperialismo y que tiene más de cien años en América.

El no tener un sistema de inteligencia propio evitó que se pudiera detectar a tiempo los movimientos de grupos paramilitares financiados por Estados Unidos, y sostenido bajo la fachada del comité cívico de Santa Cruz, los cuales estaban muy bien armados, por eso el ejercito se va a los cuarteles para dejarles el campo libre y que pudieran asesinar al presidente, porque esa era el plan inicialmente planteado.

La trayectoria de lucha de Evo y su conocimiento de la clase política que enfrentaba, lo llevó a la dolorosa certeza de que los para-militares de Camacho, iban a ejecutar una limpieza étnica que incluso podía propicia una invasión directa a territorio boliviano.

Una de las lecciones que quedan y que la dirigencia revolucionaria debe tratar de comprender a cabalidad es como usar la alternancia política que construyo la derecha. La misma que no le funciono a Rafael Correa porque privilegio la lealtad por encima de lo ideológico. Pero funciono en Argentina con Kristina volviendo como vice presidenta.

Los caso de Nicaragua y Venezuela que han soportado el asedio del imperialismo y sus lacayos, evidencia que ese asedio es más manejable cuando se cuenta con una fuerza militar compenetrada con su pueblo. El ejercito Sandinista es un ejercito de pueblo con una larga tradición de lucha, el ejercito venezolano además de su tradición de lucha independentista encarnada por el genio de América Simón Bolívar, esta en perfecta unión con su pueblo.

En Bolivia no todo esta dicho para el fascismo que tendrá que lidiar con un pueblo que como todo pueblo sabe labrarse su propio destino.

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