La rebelión de las masas

Martes, 17/12/2019 02:40 PM

Desde los tiempos inmemoriales de Espartaco, el esclavo de origen tracio, quien dirigiera una de las rebeliones de masas más sangrientas contra la república de Roma, en el año 73 a.c. El descontento de Espartaco, hizo organizar toda una legión de esclavos, para liberasen del yugo del imperio Romano, la Libertad, ese era su fin. Estas es quizás una de las primeras rebeliones de masas, que marco la historia entre esclavizados y esclavizadores.

Otra de las grandes rebeliones de masas, que se da en el antiguo testamento, fue la de Jesús de Nazaret. Como prueba de su perturbadora palabra para orientar a sus masas; era el don de la palabra. Como prueba de su intención perturbadora, los sacerdotes quizá apelaran al alboroto en el Templo cuando Jesús volcó las mesas de los que cambiaban el dinero y los echó del lugar como prueba de la renta acumuladora capitalista de época. "Jesús de Nazaret fue ejecutado probablemente por ser opositor político del Estado imperial romano".

La Revolución francesa, la revolución industrial, la revolución Bolchevique, la revolución de la gesta de la independencia de América, el Manifiesto de Córdoba, en Argentina, la mismas revoluciones del 68, en Francia, la revolución Cubana, la Primavera Árabe, etc. Hicieron que el derecho a la rebelión, fuera reconocido por los pueblos, frente a gobiernos tiránicos. "Considerando esencial que los derechos humanos sean protegidos por un régimen de Derecho, a fin de que el hombre no se vea compelido al supremo recurso de la rebelión contra la tiranía y la opresión" ( P.D.U.D.H).


Hoy, en plena ebullición de las masas inconformes, en algunos países del continente latinoamericano, en Bolivia con las ruanas rojas, en Ecuador con los guerreros amazónicos, en Argentina con los piqueteros, en Chile con los mapuches, en Francia con los chalecos amarillos, en Hon Kong con los prodemocracia radical; y Colombia con las ciudadanías emergentes, hacen que la diáspora de las masas movilizadas —pueblo—, sienta una vez más su voz, la voz de los que no tiene voz.

Para escribir este artículo, solo he copiado el título, del famoso libro La rebelión de las masas, del filósofo español José Ortega y Gasset. Fue publicado en plena era del fascismo europeo a mediados del siglo XX —en Italia Benito Mussolini, en Alemania Adolfo Hitler y en España el general Franco—. Ortega y Gasset, nunca se pronunció a favor del fascismo, al menos abiertamente; por el contrario se declaró abiertamente contra la revolución bolchevique, tratando de estéril dicha revolución.
No cabe duda el ensayo La rebelión de las masas, del filósofo español, revoluciono las ciencias políticas de Europa, traspolando sus ideas en otros continentes, en especial el latinoamericano.

En prevención de todo posible equívoco, Ortega desmarca explícitamente su noción de hombre-masa de cualquier connotación ideológica, como lo sería la identificación de semejante modelo humano con cualquier suerte de clase social: "La masa es el conjunto de personas no especialmente cualificadas. No se entienda, pues, por masas solo ni principalmente ‘masas obreras’. Masa es el ‘hombre medio’» —IV, 377—.

El ensayo de Ortega y Gasset, se convertirá en el faro antirrevolucionario de las masas movilizadas, donde planteaba que el poder no pude estar en manos de una muchedumbre en rebelión.

Pero Lenin se preguntaba. Pero camaradas, ¿qué es la masa popular? Si no contara con una fuerza aglutinante, con una clase dirigente y heredera histórica del capitalismo monopolista, sería un conjunto heterogéneo de hombres e incapaz de una acción coordinada hacia una finalidad concreta.

Otro gran intelectual español, Joan Comorera Soler, escritor y político, planteaba la siguiente tesis: "Por ello, necesariamente, al hablar de la masa popular como entidad histórica que debe reconquistar la nación, restablece su soberanía y construye su civilización, surge con esplendor deslumbrante la clase obrera, la clase dirigente, la clase columna vertebral de la nación. Y surge necesariamente, como una inevitable conclusión histórica, la clase obrera, porque es la más nacional, la más consecuente, la heredera indiscutible del capitalismo monopolista, la que contiene y ha asimilado la teoría y la práctica del nuevo mundo a crear. La clase dirigente y constructiva de la nación socialista de la clase obrera". La nación en una nueva etapa histórica.

Hoy, las masas están organizadas, orientadas, informadas, movilizadas; es posible que entren, en apaciguamiento navideño, pero en el 2020, entrarán otra vez en ebullición y restablecerán su soberanía, soberanía que reside exclusivamente en el pueblo; bajo el esplendor de un nueva era histórica, de jóvenes, que claman una sociedad más justa e igualitaria.

 

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