Asambleístas y sus púlpitos portátiles

Lunes, 06/01/2020 01:48 PM

Ningún asambleísta ha dialogado con el pueblo venezolano, desde que fueron electos en el año 2015. Por lo general, tienen veinte, 20, años criticando el gobierno socialista y, cada una de sus actuaciones para traer en folios un conjunto de denuncias que lo que da alas para observar los ordenamientos jurídicos y vuelva a repetirse a manera de presión lo expresado por Leopoldo López hacia el Estado Bolivariano de Venezuela.

Para ser presidente del Gobierno solo tiene que dar un paso al centro, y pactar con los constitucionalistas donde hubiese existido una auténtica negociación sin presiones ni sometimientos que comprometiesen la seguridad jurídica, económica y social del país. Hay que mostrar con sinceridad los debates, porque es el mejor regalo que los presidentes y asambleístas pueden hacerle al pueblo.

En todo este período 2015- 2020 el dialogo ha sido infructuoso de ambas partes y siempre ha existido una posición anarquista de parte de los partidos constitucionales, principales y, después de las festividades y celebración de Reyes Magos, nos damo cuenta que, todo ha sido una sorpresa.

Estamos aplicando una política de andamios.

¿Consulta?

Los diputados, llevan su sermón en púlpitos portátiles que se crece ante la admiración del follaje y, todos, lo vemos claroscuro, sin olvidar que los conflictos traen el delito encubierto en locuaces palabras y plúmbeas voces de una falsedad trastocada por la verdad.

Es la nueva prosa que, en su espesura detona en los jardines del viejo Congreso Nacional, donde, antes, se entraba con flux y zapatos pulidos por limpiabotas de la esquina de pajaritos.

Ya, todo aturde.

Ni siquiera, un punto para el debate se pudo encontrar en la mesa y Juan Guaido, que nunca respeto su investidura se quedo afuera matando plagas y escuchando voces lisonjeras.

Es el país, donde residimos. Poco a poco, seguiremos siendo engañados y, porque no, utilizados.

¿Referéndum? ¿Para quienes? «La política no es un corsé. La política es algo dinámico. Las realidades políticas se van construyendo a partir del parlamentarismo», nos ilumina Iglesias, anunciando a la España, aquella de una traición. Si se trata de «buscar acuerdos que susciten la mayor adhesión de la sociedad venezolana», el Gobierno en funciones debería comenzar por admitir, por aceptar, por entender, que la independencia no representa a toda la sociedad, sino a la mitad. Con este discurso, están sacando a Caracas de Venezuela, antes de escucharla. Lo querrán Hézbola, Irán, y los cubanos que hacen injerencia en nuestra tierra, aunque seamos de izquierda.

Esta guerra comercial de aranceles tiene varias vertientes. En primer lugar, es un contencioso comercial clásico, de los muchos protagonizados por USA y la UE. En los primeros años 90 hubo medidas agrícolas de protección y represalia durante la Ronda Uruguay. El conflicto actual se inició hace 15 años contra Chávez y continua con una doble acusación ante la Organización Mundial de Comercio y ONU por ayudas públicas y concesiones. En segundo término, se ha convertido Trump, en el líder mundial en un sector que era un monopolio americano hace medio siglo, El dólar se recupera y el capitalismo prosigue, lo mejor es dialogar y competir, el país necesita un giro político con un nuevo CNE y un IVSS que sea verdaderamente de los trabajadores y, a su lado crear un departamento para ayudar a los ancianos de amor mayor, darle al IPAS- me su verdadera jerarquía, los docentes no tenemos un Ministerio de Educación gallardo.

Es el momento del parlamentarismo.

Otro aspecto del contencioso es el militar, ellos saben que deben regresar a los cuarteles de acuerdo al ordenamiento constitucional e ir ir civiles, de la izquierda o derecha a los cargos de control de alimentos

Los americanos aprietan a los europeos para que gasten en Defensa al menos el 4% de su PIB. Algunos como España no llegan a la mitad. El interés de Washington incluye la compra de armamento americano. No quieren que les pase en el campo militar lo mismo que en la aviación comercial, por el auge de la industria europea de Defensa. Y entre los daños colaterales de esa batalla ajena está el olivar sudamericano: un castigo para el líder mundial y una ventaja para competidores menores como Grecia e Italia. Injusto. Mientras, tenemos un Ministerio de Defensa débil en hombres para la guerra, actualizamos el armamento, pero, tenemos un cuerpo militar débil, lo débil de nuestros hombres, muchos militares dejaron de un lado su carrera militar por ir a cuidar galpones de alimentos.

Miren el caso iraní, de que sirvieron los misiles rusos y campamentos de resguardo del general asesinado, nada, el dron, lo cocino como un pollo frito. Paso inadvertido entre las fuerzas rebeldes de Irán Alianza y Hezbola.

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