LA ORGANIZACIÓN REVOLUCIONARIA COMO VANGUARDIA
SINTESIS (*)
Para cambiar la actual sociedad rumbo al socialismo, hay que erradicar la explotación del trabajo, la opresión política y la dominación cultural, siendo necesarias la preparación y organización de las fuerzas revolucionarias que se identifican con tales objetivos estratégicos. En tal sentido, es necesario tomar en consideración los peligros de la fragmentación y dispersión teórico-ideológica de la corriente histórico-social.
De allí la importancia de una política de reagrupación de las fuerzas, a través de un plan de trabajo que postule la UNIDAD EN LA DIVERSIDAD, construyendo espacios de encuentros, canales de comunicación y enlace, coordinación de acciones e iniciativas.
Es en esta última dirección, donde se inscribe la iniciativa de materializar espacios de reagrupamiento de los sectores revolucionarios, como corriente histórico-social. Tal iniciativa la realizamos sin desconocer los esfuerzos y las experiencias previas, ni ignorar la existencia de la corriente en diversos ámbitos del proceso revolucionario: en el PSUV, en el GPP, en el seno del gobierno revolucionario, entre los militares patriotas, en las organizaciones sociales, en los frentes, movimientos, sectores intelectuales, entre otros.
Este esfuerzo unitario también requiere reconocer las diversas formulaciones y experiencias organizativas que le han abierto campo a la participación popular en los asuntos públicos, desde hace décadas: Redes Sociales, CTU, Mesas Técnicas de Agua, Círculos Bolivarianos, UBES, Colectivos de Trabajo, Asambleas Populares, corrientes clasistas de trabajadores, Consejos de trabajadores, etc.
En esa dirección, se trata de articular este acumulado de experiencias organizativas, valorando adecuadamente los diversos ritmos y tiempos de cada colectivo. Por ello, como corriente hemos propuesto adoptar la modalidad de RED DE REDES.
La anterior visión de la red de redes, es una respuesta a las prácticas burocrática que se presentan bajo el enfoque de la partidocracia como ORGANIZACION UNICA, el cual se ha caracterizado por el predominio de la división social del trabajo capitalista, expresadas en la separación de las actividades manuales de las intelectuales, la cual se manifiesta en:
*Organización como aparato, como un fin en sí mismo.
* Estructura única y cerrada, predominio del monolitismo, topografía centro-periferia.
* Espacios comunitarios y gremios como "correas de transmisión" del partido.
* Jerarquías y verticalismo en la dirección y en las tomas de decisiones.
Estas son las prácticas que predominan en las concepciones partidistas tradicionales; por ello nos planteamos superarlas a través de la democracia directa, instaurando la democracia real y no solamente formal y representativa.
Este enfoque implica una serie de exigencias en el terreno organizativo:
- Organización como un medio, resultado de un proceso y de una praxis, donde están involucrados aspectos cognoscitivos, pedagógicos y comunicativos, en una onda liberadora.
- Sistema de organización o redes, superando la concepción que plantea una sola manera de organizarse, imponiendo modelos y esquemas que no están en correspondencias ni con las experiencias ni las necesidades e intereses de los explotados y oprimidos.
Ahora bien, esta caracterización del proceso organizativo, debe concebirse como una tensión contradictoria entre lo nuevo y lo viejo, como dinámica que ocurre en la cotidianidad. De allí la importancia de precisar los obstáculos y resistencias que encuentran las nuevas propuestas.
La razón dominante, (la alienación) no es una metáfora, sino que comporta tanto una práctica material (relaciones de producciones concretas) como una racionalidad (formas de saber, representaciones, significados). Ello le impone un sentido al modo de vida y se refleja por supuesto en cualquier individuo, colectivo o movimiento social.
Por lo tanto, los esfuerzos de cambio no operan en el vacío ni en el equilibrio, sino con un alto nivel de incertidumbre y de contradicciones generadas por la trama material del régimen de producción capitalista.
Es bueno advertir que no solo se trata de aristas morales, incongruencias individuales, sino que se trata de un fenómeno social colectivo.
El conjunto de relaciones sociales capitalistas (apropiación egoísta de la producción material y simbólica, competencia por la distribución y reparto, la división de tareas, funciones y roles, que surgen del divorcio entre las actividades manuales e intelectuales) originan un sistema de contradicciones supraindividuales:
* Espontaneidad y dirección consciente: hay un choque permanente entre la tendencias espontáneas que reproducen formas de dominación (son parte de un sentido común programado ideológicamente) y la acción consciente que apunta hacia la transformación.
* Democracia y centralismo: igualmente en este caso opera una dinámica contradictoria, una que apunta hacia el ejercicio de la soberanía plena y la otra que la cautela o usurpa.
* Particularismo y globalización: se trata de obstáculos epistemológicos que se polarizan entre tener una visión micro sin contextualización o una globalización que no aterriza en ningún lado.
* Individualización - colectivización: pareja excluyente, donde el egocentrismo niega lo gregario - comunitario o la abstracción general del "interés general" (estado - partido) niega al sujeto.
Este sistema de contradicciones se traduce en los siguientes comportamientos organizativos:
- Espontaneistas o Voluntaristas
- Democratistas o Centralistas
-Localistas o Ciudadanos del mundo
En la construcción de salidas alternativas al problema organizativo, proponemos los siguientes horizontes de búsqueda:
- Se trata de construir un clima cultural, como proceso de reforma intelectual y moral como decía Gramsci, dicho proceso precede la construcción de la voluntad colectiva
Aquí las mediaciones cognoscitivas, pedagógicas y comunicativas forman parte de una estrategia global de cambio con el METODO INVEDECOR, ya que se combinan para golpear centralmente la parcelación y el monopolio del saber, la pedagogía paternalista, la manipulación informativa, y en su lugar ayudar al desarrollo de una cultura del debate tal como fue reseñado anteriormente, un nuevo modo de producción de conocimiento, que permita la participación real y la identificación con los intereses generales, partiendo de la cotidianidad y de las dinámicas existenciales concretas de la gente.
- En tal sentido, se trata de construir una nueva subjetividad, una nueva mentalidad.
De allí que, todo el acento de nuestra búsqueda, de respuestas al problema organizativo, está colocado en construir espacios y prácticas emancipadoras: la organización como "prefiguración" de la nueva sociedad, escuela de nueva civilización, donde sus miembros se asocian libremente, crecen como persona, sin compulsión sin temores.
- Se trata de lograr nuevas formas de existencia, y si bien toda organización implica niveles de dependencia y de otorgar mandatos, enajenando una parte de la soberanía política, este tipo de delegación debe controlarse conscientemente. Los mecanismos que hemos propuesto para el control de la delegación son: elección directa, delegación funcional, rendición de cuenta, rotación de cargos, revocatoria del mandato, democratización del saber. Particular papel asume la praxis del "referéndum" para revocar el mandato, corregir prácticas equivocadas y garantizar la participación permanente de los ciudadanos (vecinos, maestros, maestras, obreros, obreras estudiantes).
Todo colectivo, grupo o individualidad se inserta en proyectos sociales específicos en la cotidianidad. Como corriente estamos presentes en proyectos, programas y planes, que poseen diversos grados de desarrollo e inserción social. En algunos casos vienen desarrollándose desde hace tiempo, en otros casos son de reciente data o están como incubándose. Entre estos proyectos podemos señalar algunos con los cuales tenemos diversos grados de afinidad e identidad programática.
Al no tratarse de una organización única o cerrada, para la cultura política tradicional se presenta como un caos e incluso aparece la figura del "todero" ya que tenemos presencia en múltiples proyectos. Hay colectivos, organizaciones o redes que tienen militancia y realizan experiencias en varios espacios a la vez.
Por ello, hay que partir del reconocimiento de la DIVERSIDAD, construyendo la UNIDAD. En este camino, proponemos la siguiente estrategia de articulación:
a.- Construir el mínimo común denominador en lo ideológico-programático.
b.- Caracterizar y adoptar un método de trabajo basado en las bisagras de INVEDECOR: articulación de los procesos de Investigación, Educación, Comunicación y Organización.
c.- Concretar el sistema organizativo propuesto anteriormente, evitando la figura del "agente libre" o militancia de fin de semana.
d.- Elaborar un plan operativo, donde cada colectivo e individualidad define su inserción en los proyecto, estableciendo metas y tareas.
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(*) Fragmentos tomados de la compilación "CONTRIBUCION PARA TRASPASAR LA LINEA DE NO RETORNO Y HACER IRREVERSIBLE EL TRANSITO AL SOCIALISMO" (SINTESIS-RESUMEN PARA EL PLAN DE ESTUDIO 2020).
Carlos Lanz Rodríguez