INSURGENCIA CULTURAL Y NUEVA SUBJETIVIDAD REVOLUCIONARIA (*)
En la actual coyuntura que vive la revolución venezolana, cobra fuerza como conciencia colectiva, el planteamiento de "GOLPE DE TIMON", como herramienta indispensable para impulsar un proceso de rectificación y de cambio de mentalidad en nuestro proceso.
Esta exigencia transformadora demanda tomar muy en cuenta las razones que han conducido al fracaso de otros esfuerzos cambios en otras latitudes:
Una primera lección que se desprende de las experiencias conocidas, es que concibieron el poder como una cosa que se puede "tomar" en un rápido asalto al Palacio de Invierno Moscovita, basado en el ejemplo de la revolución soviética. El Estado es reducido a la maquinaria policial-militar, subestimando las trincheras y casamatas de la sociedad
Una segunda enseñanza, está referida a la aplicación en el proceso revolucionario de fórmulas y modelos al margen de las condiciones histórico-concretas, lo que condujo a ignorar las particularidades e idiosincrasia de los pueblos.
Un tercer aspecto, está relacionado con las concepciones evolucionistas y reformistas que no aprecian correctamente el nexo entre reforma y revolución, el vínculo dialéctico entre la acumulación gradual de fuerzas y el salto revolucionario.
Lo que nos parece que queda claro de estas tres enseñanzas, es que en su conjunto, ellas nos indican un abandono en el esfuerzo por construir la subjetividad revolucionaria, con su complejidad étnico-cultural.
Por ello, como una contribución al esclarecimiento de las implicaciones de esta problemática y su incidencia en los cambios actuales en nuestro país, vamos a realizar un conjunto de reflexiones en torno a los principales aspectos político – ideológicos en esta esfera de lucha, donde debemos librar cruentas batallas, si realmente queremos profundizar la revolución, La líneas que siguen están recogidas del ensayo "LA REVOLUCION ES CULTURAL O REPRODUCIRA LA DOMINACION". Caracas 30 de Agosto de 2004.
Sin el ánimo de agotar la totalidad de aspectos que hay que discutir en estos momentos en torno al ámbito cultural, vamos a puntualizar los principales déficits ideológicos heredados de la cuarta república.
Alguien con justa razón podría argumentar por qué no hablar de cultura dominante a secas. Reconociendo que la cultura tiene raíces y nexos con las relaciones de dominación burguesas, queremos resaltar su cristalización socio-política en los últimos 50 años de lo que hemos denominado como CULTURA PUNTOFIJISTA O adeco-copeyana.
Igualmente, el concepto de cultura en estas reflexiones apunta más hacia lo ético-político y el modo de vida, siendo poco sistematizada la dimensión estética y las expresiones artísticas en general del .De allí los tópicos donde colocaremos el acento:
- Desarraigo, individualismo competitivo, egoísmo posesivo.
- Predominio del pragmatismo y el sectarismo.
- Enfoques superficiales y reproducción de las relaciones de producción.
- Desarrollo de la burocracia, el burocratismo y la burocratización.
- Descrédito y desencanto en torno a la política.
Uno de los rasgos sobresalientes de esta cultura puntofijista es la desnacionalización progresiva, ahora mucho más profunda por el impacto de la globalización.
Esa matriz cultural ha implicado la adopción de un modo de vida ajeno, básicamente piti-yanky, generando diversas expresiones de vergüenza étnica, endoracismo y crisis de identidad en general, donde no hay sentido de pertenencia, voluntad para defender lo propio o querer el lugar.
El afán por aparentar, el esnobismo, el apego a las modas, el ocio enajenante, generados por las campañas consumistas de los medios de comunicación, generan una expectativa creciente que al no poder satisfacerse hacen estrago en la existencia y la conciencia social. El colorario lógico no es otro que las conductas evasivas, la drogadicción, la violencia y la anomia.
Actitudes no solidarias ni cooperativas son otros de los rasgos destacados de la cultura adeco-copeyana de la IV república. En su lugar, se impulsó el darwinismo social y la destrucción de la naturaleza, donde en medio de la competencia, sobreviven los que poseen ventajas. Por otro lado, el tener se convierte en un valor supremo, que no sólo conduce al afán de lucro, sino al desarrollo de la inmoralidad, el cinismo y la falsedad también como valores. Esta matriz cultural permite comprender el desprecio que hay por lo público, por el interés común, lo que deviene en la irresponsabilidad social. El encierro personal y el privatismo son también una consecuencia obligada de este modo de vida.
Ubicado en esa matriz cultural que hemos heredado, hay que tener claro que en el proceso de transición al socialismo hay que construir una nueva hegemonía, como dirección intelectual y moral, al decir de Gramsci, la cual demanda reivindicar los "bolsones de resistencia cultural" donde nuestro pueblo ha preservado elementos de identidad con tradiciones y costumbres que poseen carga revolucionaria:
- Valores y actitudes solidarias en comunidades campesinas e indígenas.
- Modalidades de trabajo cooperativo como la cayapa y el convite, como expresión del apoyo mutuo.
- Gastronomía popular y patrones de consumo saludables y en correspondencia con la producción local.
- Relación armónica con la naturaleza, que respeta el medioAmbiente-· Cultura del ahorro y del trabajo creador
- Formas de comunicación auténtica, centradas en la conversa y el valor de la palabra.
- Formas de ocio y de recreación donde se dignifica la naturaleza y la persona humana.
- Valoración de lo público como espacio de encuentro ciudadano, como suelen ser las plazas y otros patrimonios arquitectónicos de los pueblos.
- Sueños y esperanzas, animados por la religiosidad popular.
- Fibra patriótica que se enraíza en las gestas y luchas independentistas
En la actual coyuntura histórica, la revolución bolivariana tiene sabor a pueblo porque enlazó con muchos de estos bolsones de resistencia cultural y los reivindicó como parte de la memoria y del imaginario social de los explotados y oprimidos, siendo esta una de las contribuciones del Cmdt. Chávez, quien en su condición de veguero le ha dado golpes mortales a la vergüenza étnica y el desarraigo, en la medida que ha desmitificado la investidura presidencial, la forma de dirigirse al pueblo y reconocer lo propio.
Sin embargo; las prácticas solidarias no son predominantes, ni la reivindicación de la idiosincrasia es un todo coherente, si no que se mantiene muchas veces aislada en colectivos específicos o aparece en forma fragmentada en algunas experiencias sociales. Por lo que antecede, en la coyuntura se nos plantea una serie de cursos de acción o de combate en el ámbito cultural, entre los que se encuentran:
-- Impulso y desarrollo de la insurgencia cultural que permita superar la alienación consumista y la estética de la mercancía burguesa
-- Promoción de las necesidades radicales, basadas en el ser y no en el tener
-- Redefinición y racionalización de los patrones de consumo
-- Construcción estética y arte liberador
-- Conquista del tiempo libre y ocio creador
-- Organización de redes socio-culturales
Con esa prospectiva, nos planteamos animar la discusión entre factores afines que nos encontramos dispersos en la geografía nacional, para lo cual proponemos algunas líneas de acción más específicas:
-- Impulsar un proceso de investigación que permita identificar los diversos bolsones de resistencias y los colectivos e individualidades que lo conforman.
-- Construir espacios locales-regionales y nacionales para el encuentro .
-- Establecer sistemas de enlace y comunicaciones que posibilite la coordinación permanente.
-- Promover experiencias formativas en correspondencia con necesidades
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(*) Fragmentos tomados de la compilación "CONTRIBUCION PARA TRASPASAR LA LINEA DE NO RETORNO Y HACER IRREVERSIBLE EL TRANSITO AL SOCIALISMO" (SINTESIS-RESUMEN PARA EL PLAN DE ESTUDIO 2020 ).