Actualidad y pertinencia de Baruch Spinoza después de 343 años de su muerte (I)

Viernes, 21/02/2020 10:14 AM

¿Cómo puede constituirse una identidad colectiva racional a partir de la irracionalidad de los individuos que la conforman? ¿Cómo es posible que se conviertan en sujetos racionales quienes por necesidad de su naturaleza están sujetos a afectos pasionales y tienen una percepción de la realidad confusa?

Baruch Spinoza

"paz y democracia significan la posibilidad de construir acuerdos siempre revisables, siempre susceptibles de mejora mediante el logos, mediante la palabra. Logos y ratio, palabra y razón, son las claves, si el juego que queremos jugar no es el dilema del prisionero en cualquiera de sus variantes."

Douglas J. Den Uyl

"La civilidad es la única alternativa posible para superar el dilema del prisionero y garantizar la máxima aspiración de perseverar en el ser"

Rosalba Durán Forero

"Cuando Spinoza habla de organizar un Estado conforme a las enseñanzas de la razón, y en el que todos se comporten como si fueran racionales, piensa sin duda en un Estado democrático"

Javier Peña

Introducción

Baruch Spinoza es uno de los tres grandes filósofos racionalistas del siglo XVII, junto con Descartes y Leibniz. A raíz de la lectura del primero, cuyo pensamiento le pareció adecuado pero insuficiente, Spinoza concibió el proyecto de explicar la realidad (el mundo y todo su contenido, incluyendo al hombre con su interioridad) a partir de los conceptos de la razón. Creyó que si se pensaba correctamente se podía alcanzar un conocimiento cierto y fiable tanto del mundo físico como del moral, de las cosas de fuera y de las vivencias interiores. El racionalismo spinoziano tiene tres proyecciones básicas: metafísica, porque sostiene que en la realidad subyace un orden racional necesario; epistemológica, en el sentido de que el intelecto humano puede conocer este orden; y ética, por la convicción de que el bien para el hombre consiste en regir su vida por el conocimiento del orden universal.

Baruch Spinoza nació en Ámsterdam el 24 de noviembre de 1632 y murió en La Haya el 21 de febrero de 1677.Acérrimo defensor de la libertad de pensamiento, desde muy pronto se formó en torno a él una especie de mito, como ejemplo de ateo virtuoso. Partiendo del método geométrico cartesiano, Spinoza llega al más estricto deísmo, el cual fue calificado de ateísmo. Precursor de la democracia más amplia posible, lo que era anatema en el siglo XVII, entendía que el Estado tenía la finalidad de hacer a todos los seres humanos libres. Spinoza coincide con numerosas filosofías panteístas de oriente, sabiéndose que era imposible que hubiese accedido a textos indios o confucianos. Su Ethica more geometrico demonstrata, es una ética que para la época en que fue escrita era revolucionaria y que hoy en día sirve de mejor camino interior y exterior a quienes se acerquen a Spinoza.

Spinoza fue criado en el seno de una familia judía procedente de Portugal -a su vez oriunda de España-. Su nombre original era Baruch Espinosa. Después de aprender latín, estudió a Cicerón, a Séneca y a los escolásticos, y más tarde a los filósofos contemporáneos, como F. Bacon, Descartes y Hobbes. Crítico con la comunidad ortodoxa judía, fue expulsado de la sinagoga. Habiéndosele negado la participación en la actividad comercial de su familia, optó por una pobreza digna y ejerció hasta su muerte el oficio de pulidor de lentes para telescopios y microscopios. Entre sus escogidas amistades, hay que contar a Jan de Witt, jefe de la oposición liberal a la política de los príncipes de Orange, y abanderado de la tolerancia religiosa. Fue profesor de filosofía en la universidad de Heidelberg. Tras la caída de Witt, Spinoza renunció también a su cátedra para no comprometer su propia libertad de pensamiento. Murió en La Haya, víctima de la tuberculosis.

Obras principales

 Ética demostrada según el orden geométrico (Ethica ordine geométrico demonstrata): la obra magna de Spinoza. Dividida en cinco partes: Ia (metafísica): «De Dios»; 2a (antropología): «De la naturaleza y origen del alma»; 3a(psicología): «De la naturaleza y origen de los afectos»; 4a (ética): «De la servidumbre humana o de la fuerza de los afectos»; 5a (ética): «Del poder del entendimiento o de la libertad humana».

 Tratado teológico-político (Tractatus Theologico-politicus): Propuesta de un modelo social y político favorable a la paz civil y a la libertad depensamiento. Puesto que las autoridades eclesiásticas pretendían acaparar el poder y la verdad en los Países Bajos de su tiempo esgrimiendo argumentos revelados. Spinoza se enfrenta a ellas mediante un profundo estudio filológico e histórico del Antiguo Testamento, así como de la evolución del pueblo judío. Concluye que sus diversos libros fueron escritos en momentos distantes en el tiempo y que no presentan una doctrina ni un mensaje coherentes, al margen de un conjunto de preceptos morales básicos. Niega que se produjeran milagros y que el pueblo judío sea el elegido. La conclusión de este meditado y documentado estudio es el rechazo a que las autoridades religiosas puedan inmiscuirse en el poder civil. Por añadidura, es un alegato a favor de la libertad de conciencia y de la opción personal de elegir religión, o de no elegir ninguna. El libro, publicado anónimamente, despertó las iras de las altas esferas políticas y religiosas, que se apresuraron a lanzar sus maldiciones contra él. La polémica fue enorme, pero no detuvo la amplia circulación del Tratado por los círculos cultos de buena parte de Europa.

 Tratado político (Tractatus politicus): Libro que Spinoza dejó inconcluso al morir, es una indagación sobre las diversas formas de organización política, en busca de la idónea que garantice la convivencia pacífica entre hombres libres. Examina las posibles relaciones entre Estado, derecho y sociedad civil. El análisis de la monarquía y la aristocracia, completos, muestran los fundamentos legales y políticos de la estructura estatal. La obra debía finalizar en el estudio de la democracia y sus posibilidades de viabilidad.

Cooperación, simpatía, democracia y dilema del prisionero

Según Douglas J. Den Uyl es posible rastrear en Spinoza un claro antecedente de la estrategia de la cooperación. A partir de E 3P27 se puede constatar que la tendencia de la imitación de los afectos en Spinoza se inicia con un acto cooperador. En otras palabras, con una "acción" que tiende a aumentar la potencia de obrar. Lo que se ha dicho de la ética hasta ahora podría servir para Robinson Crusoe en su isla, pero Spinoza no cree que el ser humanó sea un ser solitario. Aunque para conocer su visión del hombre en sociedad hay que ir a los tratados que dedicó a la política, en la 'Ética demuestra ya la necesidad que tiene el individuo de convivir y cooperar con sus semejantes. Importa subrayar que esta dimensión social y comunicativa del hombre no es un contrapeso a la tendencia hacia su realización egoísta, sino que se deriva necesariamente de ella y es una consecuencia suya. Como sabemos, Spinoza no admite hechos brutos. El egoísmo racionalista, el esfuerzo por incrementar la propia capacidad de obrar que constituye la naturaleza o esencia humana, exigen el trato y el compromiso con los demás.

El individuo que se esfuerza por favorecer su verdadero interés particular y su potencia necesita a sus semejantes para realizarse intelectualmente: "No hay nada singular en la naturaleza que seamás útil al hombre que un hombre que vive bajo la guía de la razón"

. Cuando los seres humanos se rigen por la razón, viven en armonía entre sí y se benefician los unos a los otros. Ocurre lo contrario cuando viven sujetos a las pasiones, como se puede observar en cualquier congestión de tráfico, en las gradas de un estadio de fútbol, o el primer día de rebajas en unos grandes almacenes. El espectáculo poco edificante de estas situaciones es debido a que la gente está determinada por cosas externas a ella, está sometida a pasiones derivadas de causas externas. Cuando predomina la razón, en cambio, las personas participan de una misma naturaleza porque se dejan gobernar por las leyes comunes de la esencia humana, no por pasiones causadas por objetos externos, con lo que les es posible convivir en armonía en vez de entrar en conflicto. Como puede advertirse, Spinoza observa un relativo optimismo antropológico que no todo el mundo comparte, en especial el filósofo inglés Thomas Hobbes (que tanto influyó en Spinoza en otros aspectos), autor de la máxima «El lobo es un lobo para el hombre», reformulada por Sartre («el infierno son los otros» añadir]) y Schopenhauer, quien decía que los hombres son como erizos que quieren darse calor en una noche fría, pero que al apretujar sus cuerpos se clavan las púas unos a otros. Desde luego, Spinoza no es un iluso que ignore la capacidad del hombre para dañar a su semejante, de la que las guerras religiosas y los conflictos políticos le habían dado abundantes muestras, y como sabemos desestimó una tentadora oferta para enseñar en la Universidad de Heidelberg. Que le habría sacado de la pobreza material, porque no creía que pudiera expresar sus ideas sin sufrir represalias (lo cual explica también que casi toda su obra se publicara póstumamente). Pero confía en una naturaleza humana común que aflora cuando se instituye la razón como guía; cuanto menos sujeto están los hombres a las pasiones, más participan de una misma naturaleza y menos se distinguen por características contrarias. Esta confianza le lleva a creer en la capacidad de cooperación humana cuando es la razón la que gobierna: «el bien supremo de quienes siguen la virtud es común a todos, y todos pueden gozar de él igualmente». Buscando cada cual su interés propio, coopera sin entrar en conflicto porque el bien que persigue,el conocimiento, está disponible para todos, a diferencia de la riqueza material. Si uno incrementa su conocimiento hace que el de los demás aumente también, por lo que no pueden darse envidias ni competencias. El conato de uno beneficia al de los demás, y así se establece la cooperación. Esta colaboración no es solo explícita -intercambio de saberes en la conversación y la lectura-, sino que funciona a través de la creación de un medio o clima favorable, o comunidad: la perseverancia en el propio ser de los demás, su empeño por comprender las ideas adecuadas de las cosas, sirve de estímulo y refuerzo en el conato de cada cual. Y el refuerzo no es solo por contacto: según Spinoza, la simple existencia de un mayor número de personas racionales en el mundo es beneficioso para cada individuo de este mundo; cualquier persona racional beneficia, con sus pensamientos y con sus acciones, a cualquier otra persona, por distante que esté en el espacio y en el tiempo.

 

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