Vuelve al ruedo la noción de ideología como falsa conciencia, una cosa es lo que se dice y otra muy distinta es la realidad que nos toca vivir.
Se acuerdan de los Rambos, de Armageddon, de Terminator, de Soy Leyenda, de toda la basura cinematográfica que consumimos en los años 80, 90 y lo que va del siglo XXI, con historias muy bien Elaboradas en las que los gringos salvaban el planeta, todos lloraban, se abrazaban, aplaudían a los héroes (por lo general blancos) y enaltecían una ideología de la superioridad anglosajona, la cual sería consumida por su propia gente, y por el tercer mundísmo, los primeros víctimas del miedo, los segundos queriendo ser como los seres invencibles que se mostraban y se muestran en la gran pantalla.
Esa tremenda coba se viene abajo ante nuestros ojos, es mentira, siempre fue mentira. No son superiores a nosotros, no son tan héroes ni defensores de la humanidad como lo dijeron por medio de la pantalla. Los malos no necesariamente están en Rusia, China, Cuba, o cualquier otro país comunista. Parece que ellos (cuando hablamos de ellos hablamos de sus estructuras de poder), no son tan buenos ni tan poderosos, ni tan civilizados como han dicho. Ya se sienten los estragos sociales, producto de la escases a causa de las compras nerviosas, ya sienten lo que vive la gente de regiones enteras en el planeta asediadas por el poder global, producto de guerras, bloqueos y otras arbitrariedades que injustamente se le imponen a la humanidad.
Cuántas veces hemos escuchado de parte de las élites en el poder, que los adultos mayores son una carga para el Estado, que es mejor hacer un desahucio colectivo, es mucho mejor para las economías Neoliberales. En ese contexto hay que destacar que existe una disputa geopolítica en el plano global, por controlar la economía del planeta. Hemos escuchando tantas veces, que hay aproximadamente unos 3 mil millones de pobres en el mundo, que están sobrando, que le están quitando los recursos a las élites gobernantes para sostener sus estilos de vida. Pero no nos dejemos influir por esas teorías conspiranoícas, aunque la realidad, nos diga que el libreto se está cumpliendo.
Los malos no resultaron ser tan malos, pues van por el mundo llevando las vacunas y la cura al Covid-19, mientras los que dijeron en las pantallas, que eran los salvadores de la humanidad, están sumergidos en el caos y en el miedo, y hoy necesitan ayuda de toda la humanidad.
Resulta que según el discurso del miedo, impartido por la gran pantalla, lo malo, las enfermedades venían de afuera hacia adentro, eran los de lejos, los raros, los pobres, los otros los que nos vendrían a hacer daño, ese era el mensaje del poder hacia adentro de sus fronteras. Hoy la tortilla se ha dado vuelta. En Toda África, por ejemplo, tienen prohibida la entrada al continente de cualquier europeo, hacia México no dejan pasar gringos. Es decir, el discurso que se vendió no sirvió en la realidad, y este fenómeno de pandemia global ha puesto los puntos sobre las íes.
El cine gringo mintió, los seres humanos no somos tan fuertes como lo pintaron, no somos semidioses, necesitamos de la solidaridad más de lo que creemos, somos una especie de la interdependencia, individualmente no somos absolutamente nada. La defensa de la especie humana, pasa por empezar a hacer las cosas de forma diferente, incluyendo replantear las formas de vida que nos determinan.
PNF psicología social/ UPTM pensamiento en caliente.