Todo tipo de saqueos y revueltas por hambre corresponde a una re-ACCIÓN de la vida humana contra EL CAPITAL.
Esta es una máxima propia de un marxismo básico que debe tener presente todo aquel que se haga llamar revolucionario. O sino simplemente es un charlatán.
Así los recientes saqueos registrados en algunas ciudades de nuestro país (las del oriente y del estado miranda), no son contra maduro propiamente, son contra EL CAPITAL.
Lo que ocurre es que EL CAPITAL a veces cambia de aspecto (¿muta?) cuando es presionado por el trabajo o la población sobrante, por ello éste astutamente se coloca el antifaz de Estado o de un gobierno equis para pasar inadvertido ante los ojos de muchxs revolucionarios incautxs o seudorevolucionarixs de derecha.
Es necesario que tanto las víctimas como lxs pseudorevolucionarixs logren salir de su estado de falsa conciencia, solo así pueden desenmascarar a lxs responsables directos de la hambruna que recorre el mundo. En la actualidad casi 1 millón de personas aguantan hambre en el mundo, y ¿son justamente los presidentes de sus naciones los responsables directos de su padecimiento alimenticio?
Bien lo dice el reconocido filósofo social Zigman Bautman, en su libro "La sociedad sitiada :
En tiempos de globalización neoliberal es muy poco lo que los Estados pueden hacer, y menos aún que sus gobiernos se atrevan a llevar a cabo, para contener las presiones del capital, las finanzas y el comercio (incluido el comercio cultural) de carácter globalizado.
En palabras de Inmanuel Wallerstein, en un mundo gobernado por un sistema global capitalista (o sistema mundo- capitalista) difícilmente existen Estados socialistas o izquierdistas químicamente puros. A lo sumo existen gobiernos progresistas o nacionales populares, que en el mejor de los casos, ejercen un rol de distribuidor de las riquezas mucho más equitativo que los gobiernos neoliberales de derecha. En ese sentido estos gobiernos pueden, por tanto, aliviar las cargas pesadas que El Capital astutamente externaliza a los gobiernos nacionales de cualquier índole política. Pero solo hasta ahí y nada más, no pueden llegar a resolver el problema del hambre en un sistema tan desigual como el capitalismo.
El hecho que un tercio de los países de Latinoamérica desde 1989 hasta la fecha (13 de 20 países, desde el sur hasta el norte, y El Caribe), su población haya salido a las calles en forma masiva y rebelde a manifestar el gran descontento de las condiciones (indignas e inhumanas) de vida por la que atraviesan, a si no lo expresen tácita y públicamente mediante sus consignas, habla de una rebelión continental de los pueblos contra El Capital, y no exactamente se trata de un fantasma provocado por el castrochavismo y por gobiernos, progresistas y alternativos del continente, como lo aseguran algunas voces de la derecha latinoamericana.
.Corolario: Negar que los saqueos son contra El Capital, no sólo es una visión poca profunda, sino una manera indecente de apoyar a Guaidó y sus secuaces.