Bálsamo de reflexiones

Viernes, 05/06/2020 01:56 PM

Hay un peligroso delincuente que anda tocando las puertas de tu vecindario; no le abras: es el Covid

Aunque el título de estas reflexiones parezca folklórico, no deja de poseer una tragedia que está azotando a la humanidad entera. No es un evento lúdico. Es como una venganza de los gérmenes hacia el hombre. El lado mórbido de la naturaleza se ensaña contra él, tal cual, lo ha hecho desde los orígenes de la vida. Cuando nos enteramos por los diferentes medios masivos de comunicación, los efectos dañosos que ha tenido sobre muchas naciones, incluso, muchas de ellas, con un alto desarrollo industrial, tecnológico, militar, entre otros; no deja de ser un tema de reflexión para cualquier mortal que vive estas aciagas horas; minutos que no deben convertirse en insensibilidad social.

Más allá de lo material, - esto se recupera -, se trata del ser humano, su sobrevivencia, su vida, como el bien jurídico más preciado. Es un aspecto sensible que toca las fibras del sentimiento humano. Los resultados de esta pandemia se asemejan a un parte de guerra, sobre todo, en esos países que han sentido con rigor la ferocidad, la agresividad del agente etiológico, sin aún tener la vacuna necesaria, ni las dosis terapéuticas para erradicar la enfermedad. Está demás argumentar aquí, los desequilibrios financieros, económicos, comerciales, turísticos, que ha originado todo esto. Sería caer en lo mismo; sería llover sobre lo mojado. Es lo humano lo que importa, el ser.

Ya, bajando la santa maría, aún, hay quienes sentimos amor; y, creemos en el porvenir de este hermoso país llamado "Venezuela", con su ingente tradición; y, de grandes desafíos. Aunque resulte ácido decirlo; cuesta digerir cómo pululan pensamientos que le rinden lisonjas a eso que llaman calidad de vida (no es sólamente lo material) de estos países donde la pandemia se ensañó contra su población; y, no hacen mención, siquiera, de la cantidad de víctimas ocurridas, como si hubiese sido un hecho sin relevancia. No fueron unos simples objetos los que pagaron las consecuencias de este virus mortal. En nuestra Venezuela, se critican las carencias, los problemas, -que no se dice que no los hayan-, como existen en cualquier parte del mundo; sin embargo, son pocas las voces que se escuchan, agradeciendo a Dios, por tener nuestra Nación una de las tasas más baja de mortalidad del Covid-19. En este contradictorio planeta; donde las apariencias; y, el tener por encima del ser, parecieran ser la orden del día; cualquier cosa puede suceder. En mi precaria apreciación, no es un asunto de forma, sino de contenido ¡Muchas gracias!

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