Era la madrugada del 06 de junio de 1984, se respiraba un ambiente de guerra, muchos vaticinaban la batalla final.
De un lado los descamisados, el pueblo pobre que se atrevió a tomar el cielo por asalto con la ocupación de unas tierras ubicadas en las inmediaciones del hospital de Cabimas en la parroquia Ambrosio en otrora propiedad de la Shell Petroleun Corporetion donde sus gerentes jugaban Golf durante la explotación transnacional del oro negro y posteriormente convertido en vertedero de basura y centro de torturas de los cuerpos represivos de la cuarta república para luego pasar a formar parte del ambicioso plan de grupos de poder económico y político local quienes pretendían construir una urbanización y centro comercial para los ricos de la ciudad.
Los miserables, inspirados en la gesta heroica de la Sierra Maestra, inspirados en la lucha revolucionaria de Fidel Castro en la Cuba revolucionaria lograron conformar un campamento de ranchos construidos con materiales rudimentarios como cartón, madera y zinc con gente humilde que no tenía donde vivir, mujeres en periodo de gestación, niños, ancianos y el deseo indómito de tener un pedazo de tierra donde construir sus sueños.
La línea de fuego era la avenida Andrés Bello desde el Hospital de Cabimas hasta el Amparo tomada policial y militarmente con todos los servicios secretos, patrullas, furgonetas y el pertrecho necesario para atacar y someter a un pueblo desarmado que ya venía de una represión sistemática con la persecución y tortura de nuestros líderes, en la mirada perdida de nuestra gente encapuchada con trapos mojados con vinagre para atenuar los gases lacrimógenos se sentía la invocación a Dios y nuestros ancestros porque la batalla era desproporcionada teniendo en cuenta que nuestras armas eran una piedra en la mano, nuestra bandera nacional en la otra entonando nuestro himno nacional mientras comenzaba la gran guerra que comenzaron los uniformados disparando perdigones y gases mientras nosotros arrojamos piedras, en un instante que quedara para la historia y nunca nadie podrá olvidar porque en medio de la línea de fuego estaban unas matas de ponsigue donde había un PANAL de abejas que ante la bulla y el plomo salieron en enjambre contra el pueblo y como por cuestión de DIOS a mitad de camino hicieron un VUELVAN CARAS volviendo verga desde el Comandante hasta el soldado raso, de nada les valió tener chalecos antibalas, armas sofisticadas y gases lacrimógenos, nuestras abejas hicieron la gran batalla liberadora que cobro toda la represión que hicieron a nuestros líderes, la campaña de guerra sucia con la que nos criminalizaron diciendo que éramos comunistas y lo más importante, ese día corono nuestra victoria porque nos hicimos dueños absolutos de estas tierras que hoy llevan el nombre del GOLFITO.
Este lunes 08, El Golfito cumple 36 años de lucha primero por la tenencia de la tierra, ahora por la consolidación y bienestar de nuestra gente.
Es oportuno recordar a quienes nos acompañaron desde la solidaridad del canto revolucionario, aunque Ali Primera no tuvo tiempo para acompañarnos físicamente lo hizo desde el canto popular en todos los escenarios que pudo, si pudieron estar presentes con nosotros Luis Homez; Gastón Guisandez, Douglas Bravo, el legendario Galo Pérez, Luis Chaparro y la Maestra María Álvarez quien se convirtió en el alma y corazón del proyecto educativo La Escuela Es El Barrio, nuestros cultores: Mercedes Rey, Giovanny Faneite, Marcelo Bermúdez y el pana Alexis Ochoa.
No podían faltar en estas líneas mi hermano Douglas Queralez quien junto a Teorgido Rincón, Nilo Atencio y otros compañeros fueron objeto de la más brutal represión de los cuerpos de seguridad.
Ya sé que dirán que olvide pero por razones obvias es imposible nombra a tantos hombres y mujeres que como testigos presenciales y referenciales nos apoyaron cada quien desde su trinchera para darle el carácter revolucionario y predictivo de conformar el poder popular muchos años antes de que surgiera con la revolución bolivariana y construir una escuela bolivariana por autogestión muchos años antes de que fueran creadas estas experiencias a nivel nacional y sobre todo, la planificación comunal adelantada, si observamos el barrio nos daremos cuenta que nuestra gente muchas veces subestimada por pobre e ignorante fue capaz de hacer la planificación de cada uno de los espacios de nuestro ámbito reservando espacios para la construcción de la escuela, las áreas deportivas como las canchas y estadio nido de los pájaros, plazas y los espacios para la construcción de dos módulos de salud y una casa para atender a las personas de la tercera edad.
Pero luego de la victoria por la tenencia de la tierra comenzó la penetración de la derecha y con ella fue estimulada la división que fragmento a nuestro barrio en sectores con un liderazgo carente de formación que asumió su sector como "un conuco" que en lugar de contribuir para el desarrollo y consolidación del bienestar de nuestra gente nos arrastró por el camino del deterioro de los servicios público que en su momento fueron los más eficientes de nuestra ciudad como lo son el agua, gas y red de aguas servidas.
Por esta razón y en el marco del 36 aniversario del barrio es pertinente retomar la UNIDAD de todos los sectores mediante la legitimación de todos los Consejos Comunales con la elección de los Consejeros y Consejeras para crear la Comuna EL PANAL y darle carácter de BASE DE MISIONES a nuestro barrio para generar impacto favorable para nuestra comunidad y nuestro punto y circulo.
Llego la hora de retomar el ejemplo heroico de entrega, altruismo y de lucha de la gente que nos dejó como legado lo que hoy tenemos como barrio.
Llego la hora de construir el barrio que queremos con el barrio que tenemos y esto pasa por la voluntad de los habitantes de los diez sectores que integran nuestra comunidad en una sola voz y acción.
El Golfito es Zona Humana.
¡HASTA LA VICTORIA SIEMPRE!