A partir de la cuarentena del COVID 19 y con el equipo dañado, comencé a releer algunos libros que estaba por ordenar y entre ellos tropecé con los tres tomos escritos por Gerónimo Pérez Rescaniere, titulados, "De Cristóbal Colón a Hugo Chávez Frías" y sobre los esclavos negros en Venezuela, "El negro Miguel y la primera revolución venezolana" de Jesús María Herrera Salas, aunado a ello vi el excelente documental transmitido por VTV titulado, "No soy tu negro", la última película del cineasta, escenarista y productor haitiano, Raoul Peck, nominada para el premio Oscar en el año 2017 como el mejor documental. A partir de este material el presente escrito a título de reflexión.
Comenzando con la llegada de los primeros esclavizados a este continente, donde también se dice que antes de Cristóbal Colón estuvieron los negros africanos provenientes del gran imperio maliano, liderados por Sundiata Keita y Abubakari I en el siglo XIII y hasta se comenta que el almirante del mar océano en 1492 tuvo un amanuense y piloto mayor apodado "el negro", (Pietro Alonzo, en La Niña), donde ya para la época en el año 1444 los portugueses le habían puesto precio a la gente negra africana, como mercancía, como semovientes (ganado vacuno y caballar) e igualmente también existían algunos negros libertos y mestizos que de España vinieron y hasta pagaron por su libertad. El historiador y antropólogo británico Richard Price (1723-1791) señala que el primer "cimarrón afroamericano", un esclavo anónimo se le escapó a Colón junto a unos indios en el año 1502 en su cuarto viaje, cuando tenia prohibición de tocar la isla La española (Haití-República Dominicana) y continuó buscando un canal de comunicación en lo que hoy es Panamá (Chiriquí-Cigare)), así comienza de esta manera la semilla de la afroindianidad.
En el nuevo mundo después de la muerte de Colón, se habla del año 1511 como el inicio de la llegada de esclavos en América Latina, el primer registro documental de introducción masiva de un cargamento de esclavos negros africanos es del año 1518, en aguas venezolanas con el establecimiento del primer establecimiento español en el año 1500, es para el año 1526, cuando aquí se tiene información de los primeros esclavizados (https://www.aporrea.org/tiburon/a179952.html) traídos a la isla de Cubagua (Nueva Cádiz), hoy municipio Tubores, Edo. Nueva Esparta, donde lo hicieron casi exclusivamente para la búsqueda de perlas, conjuntamente con los indios guaiqueríes, es aquí cuando comienza el primer encuentro afroindígena en alianza forzada para el trabajo de la recolección favorable a la corona española y luego agotados los bancos perlíferos en casi 30 años, comienza el desplazamiento de la mano de obra esclava hacia el occidente, con la fundación de Coro en 1527, con los indios caquetíos y jiraharas, proveniente de estos últimos su nombre como "hombres constructores de ciudades lacustres", la región sureste del lago de Maracaibo y su costa occidental, toda la costa del mar caribe, la Guayana y otras regiones como la que da origen a nuestra hoy capital, con la conquista de los valles de Caracas en 1567, siempre con la finalidad de explotar las minas de oro y de plata tan codiciadas por los europeos, es así como el caso de los banqueros alemanes hermanos Antonio y Bartolomé, "Los Welser" (1528-1545) a quienes los españoles le otorgaron concesiones negociadas, por no decir alquiler o hipoteca, del espacio territorial que por primera vez, según Arístides Rojas, aparece en un documento oficial, bajo la denominación de "Venezuela", para la explotación de las tierras y de sus habitantes originarios con los traídos de África. .
En efecto, la primera revolución en Venezuela (documentada) se corresponde con la conformación del cumbe o espacio territorial libertario (Cumbe Curduvaré) logrado por la alianza entre los esclavizados negros y los indígenas Jiraharas, en una montaña cercana al sitio denominado para la época la ciudad de Nueva Segovia de Barquisimeto, fundada en el año 1552, por Juan de Villegas, (nacido en la ciudad de Segovia, España) su fundador y quien gracias al capitán Damián del Barrio, uno de sus experimentados soldados saqueadores en batallas europeas (1525-1527) y esclavizador propietario de esclavos africanos, encontró una veta de oro en las orillas del rio Buría que como era costumbre denominaron "El Real de Minas de San Felipe de Buría" al igual que el antecesor lugar de "Real de Minas de Chirgua", primer asentamiento minero establecido en la Provincia de Venezuela en 1551, donde destacó la influencia del "negro Cristóbal" y otros compañeros indígenas, originando temor y preocupación por parte de los españoles que ya hablaban y denominaban una actitud de "espíritu levantisco". Como lo diría casi cuatrocientos años después el investigador barloventeño Juan Pablo Sojo en sus apuntes y notas, quien utilizó por primera vez la expresión literaria referida a las culturas "afrovenezolanas" y de la República de Zambos y Mulatos de la población de Nirgua en el occidente país.
Los esclavizados africanos e indígenas trabajaban en las labores más duras como explotadores, descubridores, fundidores, cargadores, sacadores, lavadores, herreros, y carboneros, como lo señala el también destacado investigador, Miguel Acosta Saignes, en su obra "Los esclavos negros en Venezuela". Le correspondió al "negro Miguel" liderar esta convivencia de indígenas y esclavos africanos en la zona relativamente aislada de Buría, donde se dieron circunstancias favorables a la revolución como forma de resistencia de los esclavos cimarrones, pese a que aún no es considerado por muchos como un movimiento de carácter revolucionario, se inició un día de diciembre de 1552 y finalizó hacia marzo o abril de 1553, derrotando a los españoles que le acompañaban, tomando el poblado minero, quemando sus casas y transformando las herramientas de trabajo en armas de guerra, luego los revolucionarios establecieron su espacio como unidad política independiente llamada Curduvaré, que en idioma indígena local significa "libre como la liebre", constituyéndose así en el primer cumbe de Venezuela. El también llamado por algunos como el rey Miguel, estuvo acompañado siempre de un hijo y su compañera Giomar hasta su muerte por parte del capitán español Diego de Escorcha, como lo señala Marco Aurelio Vila: "el régimen político que instauró el Negro Miguel, quien tomó el título de Rey cuando este título simbolizaba, de hecho y de derecho, el ejercicio de la autoridad suprema, fue uno de los primeros regímenes políticos libres de la dominación europea que se estableció en tierras americanas". A pesar de constituido claramente uno de los primeros intentos organizados en América de establecer, como se ha dicho, una organización política independiente y libre tanto de la institución de la esclavitud como de la dominación europea, la revolución de los esclavos de Buría, es generalmente desconocida hoy en día.
Cuatro siglos y medio después de la revolución del "Negro Miguel" se ha conservado su presencia que también a mi manera de ver comienza un "mestizaje", no solo a nivel religioso y espiritual, a través del "Culto a María Lionza", que tiene su origen y centro principal de rituales en la zona de las montañas de Sorte y está extendido por toda Venezuela como un sistema religioso autóctono de los más populares en el país, regido por un conjunto de principios, entre los cuales se destaca la afirmación de la temporalidad de la vida frente a la eternidad del espíritu, formando parte de "Las tres Potencias" sustituido en algunas cortes por el negro Felipe, como espiritualidades negras, el líder de la resistencia indígena Guaicaipuro y otros caciques, con la reina María Lionza (María de la Onza) de los espíritus indígenas y hasta con los pocos blancos buenos en la corte de los libertadores, el espíritu de Simón Bolívar, Francisco de Miranda y los principales líderes blancos criollos y peninsulares de la guerra de independencia contra España, resaltando en ellos su carácter combativo como modelos de inspiración, devoción y salvación, tomando de la religión católica, apostólica y romana personajes como el caso del ya beatificado este año 2020, Dr. José Gregorio Hernández, a quien se le incluye en estas cortes celestiales.
Se trata aquí en nuestro país de un mestizaje físico e ideológico, con la religión, la cultura, lo social y político, la cooperación en el trabajo, la igualación económica, la música (tamunangue o sones de negros), lo gastronómico (la hallaca y el pabellón) y en la lucha por la libertad a través del tiempo, hasta la fecha actual, como dice el cantautor argentino, Bernardo Palombo, en su pieza Imagen Latina (indios, hispanos y negros), yo siempre hago referencia a los que estaban, los que invadieron y los que trajeron secuestrados de África, como culturas constitutivas de la venezolanidad.(https://www.aporrea.org/actualidad/a195291.html)
En esta reflexión histórica afroindígena que referenciamos anteriormente, hasta nuestros días, también encontramos una suerte de racismo estructural oculto, de menosprecio, desinterés y prejuicios, en opiniones por parte de algunos historiadores, cronistas, investigadores, ensayistas y escritores en general, donde encontramos opiniones muy polémicas que tienden a invisivilizar estos hechos, considerándolos como "folklóricos", "distorsionados", "raros y pintorescos", "extravagantes", "ingenuos", "diabólico-delictuales" hasta "religiosamente satánicos". Se hace necesario señalar que la revolución de Buría tiene importantes consecuencias políticas, sociales, económicas y culturales, por ser la primera en Venezuela. La complejidad del mestizaje se muestra hoy en día, cuando en plena pandemia global del corona virus, resurge un sentimiento racista y colonialista en diversas capitales y ciudades del mundo, estimuladas por la conducta de la supremacía blanca del actual presidente norteamericano Donald Trump y generadas por el reciente y brutal asesinato del afroestadounidense de origen haitiano, George Floyd, produciéndose muchas manifestaciones, así como el retiro y destrucción de muchas estatuas, entre ellas la polémica estatua de bronce que ha estado en la entrada del museo frente al Central Park de Nueva York desde 1940, que representa a Teodoro Roosevelt en su caballo junto a un indio nativo norteamericano y un africano, ambos de pie, presentándolos como subyugados e inferiores racialmente.
Aquí en Venezuela si intentamos hacer un ejercicio de nombrar al menos 5 representantes notables de nuestros pueblos indígenas y de los afrovenezolanos, vamos a encontrar dificultades y confusiones, debido a la falta de información y formación que se arrastra desde la escuela primaria, salvo para quienes se aventuran en esta temática. Encontramos algunas consideraciones basadas en la histórica y prejuiciosa percepción eurocéntrica del esclavizado africano de piel oscura, considerándolo como semoviente o ganado mercancía, centradas en el color de la piel, de los ojos, del tipo de cabello y otros rasgos físicos, donde juega un papel predominante la natural presencia de una sustancia química denominada Melanina (eumelaninas, feomelaninas, y alomelaninas), que gracias al conocimiento científico moderno es parte de la "fotosíntesis humana" ( ver bat-gen), como la clorofila para las plantas y la luz solar. En el lenguaje normal aparece el término "mestizaje" como un eufemismo de respuesta a esta compleja intención que intenta clasificar a la especie humana para su estudio y comprensión.
El racismo en lo social, cultural y político, ha mantenido estructuralmente estos patrones, en muchos casos justificado por el "mestizaje", restándole importancia a cada uno de los otros componentes indios, negros y afrodescendientes, como lo observamos en el último censo venezolano de población y vivienda del año 2011(https://www.aporrea.org/actualidad/a148186.html). A este respecto al tratar de recoger la información censal por la vía del autoreconocimiento, nos encontramos con el dilema de ubicarnos dentro del mestizaje, en cuanto a saber que es y que significa ser ¿moreno, trigueño o mulato?, ¿afrodescendiente, negro? ¿mestizo o pardo?. En la jerga del lenguaje colonialista encontramos una gran cantidad de matices de identificación que van desde; el blanco criollo y el blanco peninsular, pasando por el moreno como el color menos claro de los dos anteriores y probablemente provenientes de la mezcla de los europeos con los moros que ocuparon por varios siglos la península ibérica, provenientes del Magreb (norte del continente africano) y del medio oriente, también el trigueño por el color parecido al trigo entre moreno y rubio, el término mulato hace referencia a la mula como hibridación de burro y caballo (generalmente hijos de blancos y negros), en Estados Unidos le llaman así a los nacidos de esas uniones birraciales, los zambos resultan de la unión de negro e india y viceversa, aquí en Venezuela asociados a los gallos de pelea y a un tipo especial de caballo, como sucedía con los pardos, cuyo nombre se le asignaba en los batallones militares venezolanos existentes en la Caracas del 19 de abril de 1810 (https://www.aporrea.org/actualidad/a126959.html) y generalmente los mestizos con eufemismos como el de crisol de razas y culturas para los provenientes de todas estas combinaciones posibles, donde se incluye al indio, para conformar esa mezcla o combinación referida por el autor mexicano José de Vasconcelos, como la "raza cósmica" y que el estadounidense ha llamado metafóricamente, el "melting pot", para significar este hecho. También actualmente en nuestro país merece especial atención el tratamiento intraétnico de la significación negro y afrodescendiente, sobre todo en el proceso del autoreconocimiento, donde personas con acentuado color de piel oscura, niegan su ascendencia africana, institucionalmente se ha creado el lema "Negro es un color y Afrodescendiente una identidad", donde yo sigo insistiendo como generalmente aceptado que todos los negros provienen de África, aunque no todos los africanos son negros.
Finalmente, luego de ver el documental en inglés con subtítulos, "I am not your negro" reseñado al inicio, basado en un manuscrito incompleto del destacado escritor, poeta y activista afroestadounidense, James Baldwin, fallecido en 1987 y donde se muestran imágenes de hombres y mujeres como; Rosa Parks , Malcom X, Martin Luther King Jr., Ángela Davies y otros, se mencionan algunos pocos líderes indígenas de ese país y para tratar de hacer este ejercicio de nombrar personajes notables de indígenas y afrovenezolanos por separado, con ánimos de alimentar la reflexión afroindígena que me propuse al iniciar este escrito, al reconocer por orden de aparición iniciaría con: el Negro Miguel y su compañera Giomar, el cacique Guaicaipuro y su compañera Urquía, la cacica Apakuana, junto a los que aparecen en los libros de la conquista y la colonia (Tiuna, Arichuna, Chacao, etc.), Andrés López del Rosario "el zambo Andresote" de Yaracuy, Guillermo Ribas y Manucha Algarín del cumbe de Ocoita en Barlovento, Luis Gerónimo Guacamaya del cumbe de Taguasa en Caucagua, Francisco Luango ( esclavo de Miguel Monasterios) de los cumbes de los valles del Tuy, José Leonardo Chirino (el más emblemático y reconocido) y José Caridad González en la sierra de Coro, Falcón, todos ellos preindependentistas. Pedro Camejo como militar reconocido por su muerte en la Batalla de Carabobo (negro a´lante) (https://www.aporrea.org/actualidad/a159931.html), el Coronel Leonardo "negro Infante" militar patriota destacado en Colombia y allí fusilado, el General Juan Otamendi Anagongo destacado militar en Ecuador allí desterrado y asesinado, el Coronel Juan José Rondón "el negro Juan José" destacado militar en la batalla de Boyacá, el corneta militar de Ezequiel Zamora "el cornetica barloventeño" Eliseo Mendoza, participante en la batalla de Santa Inés, todos participantes en las luchas por la independencia. Ya entrado el siglo XX es cuando los medios de comunicación social como la radio, el cine y la televisión nos muestran personajes como; el poeta, escritor e investigador Juan Pablo Sojo, el profesor José Marrero, el poeta Antonio Acosta Márquez, la líder política Argelia Laya de Barlovento, el historiador Marcial Ramos Guédez, el líder sindical y poeta Cruz Alejandro "el negro Villegas"(https://www.aporrea.org/actualidad/a221444.html), el también dirigente sindical José Vargas, la dirigente política Amelia Blanco, la profesora de danza Noris Ugueto, los beisbolistas; César Tovar, Vidal López, Bobby Abreu, Francisco Rodríguez, Dámaso Blanco también comentarista deportivo, el boxeador Vicente Paúl Rondón, Nercely Soto velocista de pista y campo; la reciente campeona de salto triple Yulimar Rojas, el actor y locutor Tomás Henríquez, la actriz Soraya Sanz, el actor Antonio Machuca, las cantantes; Morella Muñoz, Cora Belkis y Edith Salcedo "la negrita cariñosa", el policía Apascacio Mata, la ex gobernadora Antonia Muñoz, los artistas plásticos; Alirio Palacios y Onofre Frías, el cantante lírico Pedro Liendo, el pianista Eddie Frankie, el pianista Pat O´Brien y sus hijos con el grupo de las Cuatro Monedas, el cantante lírico Pedro Liendo, el músico y compositor José Quintero con su hijo Frank Quintero, el cantante Henry Stephen, el compositor y músico José Reyna (https://www.aporrea.org/cultura/a281289.html), el compositor y profesor de música Cruz Ramón Iriarte, el salsero Oscar De León, el bailarín Carlos Orta, los basquetbolistas; Mauricio Johnson, Pedro Jiménez "el negro Mamiro", Ramón "Tulo" Rivero, Sam Shepard, Carl Herrera, Víctor David Díaz, el basquetbolista y ex viceministro del deporte Alexander "mimou" Vargas, Kervin Piñerúa y Luisa Amelia Alvarado como voleibolistas, la periodista Helena Salcedo, el militar y político Luis Reyes Reyes, el Mayor General Jesús Suarez Chourio, el líder político y actual vicepresidente Aristóbulo Istúriz, quien es el más conocido actualmente. Por los pueblos indígenas amazonenses, el histórico cacique Aramare, el Jivi Chamanare, el Piaroa Buré, el Yekuana Barné Yavarí (Tamuyato) protagonista del documental "Yo hablo a Caracas". Casi todos los personajes anteriores poseen una especial presencia de melanina en su piel, pero para culminar trágicamente mi lista, incluyo los lamentables casos de Orlando Figuera, el afrovenezolano que fue incinerado vivo en el año 2017 en Altamira y el líder indígena Yupka Sabino Romero, vilmente asesinado en marzo del año 2013 días cercanos a la desaparición física del ex presidente Hugo Chávez Frías.
En el autoreconocimiento étnico se encuentra un racismo oculto, por la dificultad de identificar ese mestizaje, que en Venezuela metafóricamente llamamos el "color café con leche" , en muchos casos negando y diciendo que no somos ni indios, ni blancos, ni negros, sobre todo basados superficial y aparentemente por el color de la piel, de los ojos, el tipo de cabello y otros rasgos fenotípicos, la genética y otros atributos identificables a través del ADN, donde se puede establecer la posible génesis de ese mestizaje que asume y lleva a posiciones racistas, endoracistas, y de vergüenza étnica, vista desde diferentes aristas. Hugo Chávez ha sido el único presidente que se ha reconocido como indígena desde muy joven y posteriormente a la nueva constitución en enero del año 2004 como afrodescendiente, de allí que lejos de llamarle zambo, se le puede considerar como un gran líder afroindígena. (https://www.aporrea.org/actualidad/a160853.html).