¿Maduro se auto critica ante el Foro de Sao Paulo. ¿A quién le cae la chupa?

Miércoles, 29/07/2020 03:45 PM

¿A quién le cae la chupa? La chupa le cae a quien le cae. La mayor de las veces, no tiene destinatario, tanto que a quien le cae con ella se queda. Maduro, a mi entender se hizo portavoz de las críticas que todos hacemos, como eso del sectarismo, dogmatismo y burocratismo de quienes aquí gobiernan y al llamar a erradicar esos vicios, quiso brindar una hermosa imagen y dar demostración de buena fe y capacidad autocrítica. Pero pudiera no ser asi, sino que quiso pasarse de vivo y jugar con cartas ajenas. No sabemos si es muestra de arrepentimiento u otra cosa. Pero nadie mejor que él, con los hechos, dado como su arrepentimiento, para tomar iniciativas en el sentido que clama. Esperamos que en este caso el lanzamiento de la chupa, no sea una crítica como quien huye hacia adelante, lanzacohetes y brumas para escurrir el bulto.

Maduro, en su intervención on line en el Foro de Sao Pablo, acaba de hacer una proposición, según la cual cree necesario "la formación de una nueva izquierda en el continente", pero no se quedó en esa petición sino que fue más exigente, solicitó se hiciese a partir de "las banderas históricas levantadas en la última década".

Agregó el presidente de Venezuela,

"Hay que ir hacia una nueva izquierda, renovada, reunir a todos los movimientos, y presentar en cada país una opción, un proyecto a corto, mediano y largo plazo, rescatando las banderas históricas".

«Sepamos romper el sectarismo, dogmatismo y la burocracia en todas sus formas. He ahí las batallas que estamos dando».

https://www.aporrea.org/ideologia/n357463.html

Aparte de ese viejo estilo que debía renovar en concordancia con su petición, de carácter excesivamente romántico y como tal pasado de moda, consistente en el uso de frases, palabras rimbombantes, como lo "histórico", que aparecen con frecuencia en sus discursos y como golpeadas para darle mayor valor a lo que se dice, estilo muy peculiar de los viejos guerrilleros de las guerras civiles a caballo y machete, y la propuesta de "la nueva izquierda", que no es tampoco nada novedoso, en su exposición hay algo singular, tanto que casi inmediatamente me atrapó.

Llama con ese mismo estilo del cantar de gesta, de hazañas y combates ganados por minorías a grandes contingentes, a reconstruir esa "nueva izquierda", pero eso sí, "a partir de la última década". Y uno supone que hasta alrededor de él mismo.

Estando a mitad del año 2020, la última década comenzó en el 2010 y de ella, casi ocho años corresponden al gobierno de Maduro. Lo que significa que esa "nueva izquierda" habría que construirla casi "a partir" de cuando él comenzó a gobernar, que sería el espacio donde se "levantaron esas banderas históricas".

La década se caracterizó e inició con la enfermedad y la desaparición física de Chávez, el comenzar de la decadencia económica de Venezuela, como el hundimiento y quiebra de la industria petrolera, la disminución progresiva de la calidad de vida de los venezolanos, la sujeción del país a la ayuda de potencias como Rusia, Irán y China lo que no deja de generar serios compromisos, el regreso de la derecha a gobernar en Argentina, Brasil, Ecuador, Paraguay, el aumento y aceleración de los culipandeos de Pepe Mujica, el regreso del inefable Tabaré Vásquez y al final de la derecha con el Luis Lacalle Pou, el fortalecimiento de la derecha colombiana con el desmontaje del aparato militar de la FARC, una negociación muy mal manejada y la continuación del mismo status en Chile.

El regreso en esta década, del peronismo al gobierno en la Casa Rosada de Buenos Aires, con Alberto Fernández, no ha significado mayor cosa, sin caer en el extremismo de decir que es lo mismo que Macri.

Y, como para entonar un nuevo cantar por lo que viene, la felonía "izquierdista" de Lenin Moreno, quien como suele decir el venezolano, no es que saltó la talanquera sino que se pasó con armas y morral al bando del enemigo, para al final, cerrar este balance o terminar de pintar este cuadro, donde las grandes banderas hasta se agitan, el derrocamiento del gobierno de Evo Morales.

Por lo que uno pudiera decir, si a todo eso le agregamos el cuadro venezolano, donde aparte de las agresiones imperiales de carácter político, como la imposición de un gobierno virtual, intento golpes de Estado, invasiones, guarimbas, magnicidio y amenazas de desatar una guerra intestina, se incluye un gobierno incapaz de elaborar respuestas adecuadas, sin planificación alguna en materia económica, sin pistas, rutas y en consecuencia un actuar de manera improvisada, hemos llegado a estado de cosas donde la derecha en el país no sólo controla la economía, la política salarial, los trabajadores hundió en la miseria, lo cambiario y monetarioa sino también el presente todo y el futuro. A la izquierda, esa que gobierna y así misma se llama, sólo le queda la ilusión y unas banderas desteñidas.

Para dar la última pincelada, esas banderas de la "última década", justamente están impregnadas de esos vicios denunciados por Maduro y de los cuales más abundan en ellos, quienes gobiernan.

Siendo ese el cuadro o el paisaje que emergió en esta última década, no se ve muy claro la pertinencia del discurso de Maduro al llamar a levantar esas banderas. A menos que a su fuero interno, pues eso no dice y es dudoso que lo diga, que esas banderas "revolucionarias, sueños", fueron borrados por la realidad de los hechos y la incompetencia de esa izquierda gobernante para convertirlas en conquistas y no que pasase lo que pasó, ya pintado en los párrafos anteriores.

Y es posible eso haya querido decir por mampuesto, pues no otra cosa se entiende cuando llama también a formación de "una nueva izquierda, renovada". Y siendo seguro que por eso ruega, serías como una autocrítica y reconocimiento que a ellos se les trancó el serrucho. ¿Qué concluir sino eso, cuando ruega por una nueva forma de hacer para acabar con vicios que en ellos abundan y en el menor de los casos les arrojaron a la orilla como, "el sectarismo, el dogmatismo y la burocracia en todas su formas?".

El dogmatismo que pasa por creer que todo está hecho y en las formas debidas, sólo se trata de llegar a las fuentes y trasegar hacia acá. Creer que el Estado es la fuente de todas las virtudes y el verdadero poder; y aquello de lo participativo y protagónico, no son más que palabras en la constitución y salidas del gañote de la gente por euforia pura. Y la burocracia, hay la burocracia más horrenda que la pintada por Kafka, que convierte un simple mortal en el jefe de todo y el todo se pierde en los vericuetos de las gavetas para que nada se haga o se haga cuando las comisiones o "coimas" se hagan de cuerpo presente.

Y el sectarismo le dejamos al final. Es quizás la más significativa confesión de los vicios del gobierno y de "esa vieja izquierda" que denuncia Maduro, por lo que clama "ir a una nueva izquierda".

Ese sectarismo que no admite críticas, sino que reclama "leales" a toda costa y hace de adulantes buenas personas, militantes revolucionarios, dirigentes y grandes figuras.

No hay duda pues que Maduro, salvo eso de rescatar las banderas, que no debería ser las de la última década, salvo que de manera más explícita diga "rescatar las banderas eternas del movimiento popular por la justicia, amor, solidaridad, paz, convivencia entre los humanos y que, acobijen todos los hombres de buena voluntad que bajo ellas caben". Y dicho así, estaríamos hablando en un lenguaje ajeno al sectarismo.

Entonces Maduro llama a la "formación de una nueva izquierda", que no sea sectaria, dogmática y tampoco burocrática. Lo que es lo mismo que sea sustancialmente distinta a la que le acompaña en el gobierno.

Espera uno que eso no sea un mensaje a García, un discurso pastoso para engañar no sólo incautos sino dirigido a quienes les gusta que le engañen y se comience adentro un serio y profundo proceso de revisión. Se podría empezar por ejemplo, por renovar el gobierno y escogiendo los candidatos a las elecciones de la nueva AN, como debe ser y demandan los estatutos, mediante elecciones libres para que el militante ejerza su derecho a opinar. Serían esas contundentes muestras de renuncia al sectarismo, burocracia y dogmatismo.

Si no se procede así entonces estaríamos sólo hablando paja y cayéndole a coba a todo aquel que se atraviese en el camino y al que le caiga la chupa que se quede con ella.

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