Banalización aporta poco al debate económico

Miércoles, 05/08/2020 12:59 PM

Analizar las posturas de quienes justifican lo injustificable, dejando ver sus costuras, de qué están hechas y quién las rellena, es clave en todo debate. En los medios públicos, el profesor F., asume una conducta nada respetuosa, «izquierdistas», entre comillas, llama a sus contrarios en el debate de ideas, olvidando su pasado de izquierda, luego, se va a un canal de la contrarrevolución, Globovisión, y se asume de derecha, ahora ya no se trata de «izquierdistas», valga decir, puestos en dudas su rol de izquierda, sino de una «izquierda con un discursito pseudo revolucionario», vaya desprecio que siente por su pasado y los «discursitos» de quienes no comparten sus opiniones e ideas. ¡Por más que se tongonea! ¿Cómo hará para alcanzar la unidad con una izquierda, sin comillas, que desprecia tanto, en el venidero proceso electoral? La lengua, es el castigo del cuerpo, dice la jerga popular. Como docente, la ética, le obliga a ser respetuoso de los eventuales alumnos o alumnas, y las opiniones manifestadas deben ejercer una acción pedagógica, sobre quienes las interpretan y le adversan, inclusive. Esa es, la base fundamental de toda Democracia que se respete. Decía, Arturo Uslar Pietri: «La palabrota que ensucia la lengua, termina por ensuciar el espíritu. Quien habla como un patán, terminará por pensar como un patán y por obrar como un patán. Hay una estrecha e indisoluble relación entre la palabra, el pensamiento y la acción…». Hablamos de un tema de mucha seriedad, muy sensible para quienes lo están padeciendo actualmente, el pueblo venezolano. Y, la banalización, dejémosla para la derecha, total, a esa gente muy poco les interesa si el pueblo come o no come, se contagia de Covid-19 o no, lo de ellos es poner sus garras sobre los dineros públicos y apropiárselos, no es así Guaidó?

Hay cambios importantes a resaltar, en el debate en curso, y tienen que ver con la autoproclamación del profesor F., como supuesto líder del gabinete económico del gobierno del Presidente Maduro, señala en la entrevista que diera al programa: Primera Página, del canal privado, cito: «Nadie pone en duda la necesidad de aumentar el salario, la pregunta es cuánto se puede aumentar (…) nosotros en el gobierno desearíamos ponerlo en 300 dólares…» Ese, "nosotros en el gobierno", debe haber caído como bien pesado, pues pensábamos que la conducción económica del Gobierno Bolivariano, la llevaba el camarada Tareck El Aissami, Vicepresidente del Área Económica. Desconocemos, si fue producto del aislamiento en que se encuentra Tareck, por Covid-19, que el mencionado profesor F., se permite cubrir la ausencia y asestar a Tareck, lo que bien pudiéramos definir como un auténtico «golpe de estado económico», una nueva autoproclamación. ¡Altamente contagiosa, la pandemia Guaidó!

Como era de esperarse, esas fulanas sanciones dan para justificar absolutamente todo, y lo mal utiliza la burocracia enchufada, ineficiente, como el que más. Ahora, resulta que ¡Venezuela no tiene ingresos económicos! El país, está quebrado, según la apreciación del profesor F., motivo por el cual: «es un crimen que se generen falsas expectativas en la población», porque: «no hay el ingreso para aumentar el sueldo». Por supuesto, los ingresos de que habla el profesor F., y así lo deja entrever, son los provenientes del exterior, léase: las divisas provenientes de la exportación petrolera. Como, si las trabajadoras y trabajadores venezolanos, tuvieran sus salarios en dólares. ¡Dios los libre! La sola mirada a Ecuador o Puerto Rico, nos indica, cómo se vive en una colonia de EEUU. Con ello, revela su apego al rentismo, el cual pareciera no gustarle verlo superado por la sociedad venezolana. Razón, que lo llevó a exclamar, a comienzos de este año, el 9 de enero, que los bodegones: «son un síntoma de recuperación de la economía, se está abriendo el mercado por primera vez, ya que los actores privados están trayendo sus divisas y sus recursos para invertirlo en el país y están dejando de chupar de la teta del Estado», ¿Cómo explicar, que un país en recuperación económica como afirmaba, en enero, seis meses después, en julio, se encuentre colapsado y sin ingresos? ¡Algo no cuadra! La pregunta, entonces, tiene que ser: cómo es, que Venezuela no tiene ingresos y se pudo concretar una formulación presupuestaria de ingresos y gastos de la nación para el período 2020, que es 41 por ciento superior a la formulación presupuestaria del año 2019, por 5.439 millones de dólares. En 2019, fue de 3.857 millones de dólares. Ciertamente, ¡Maduro, es un mago de las finanzas públicas! Considerando, que el aporte financiero de PDVSA, fue de casi cero dólares, producto –ciertamente- del bloqueo financiero a que la ha sometido el imperialismo. Sin embargo, Venezuela cuenta con su Presupuesto de ingresos y gastos 2020.

El mundo debe saber, que Venezuela está de pie, librando una batalla heroica contra las medidas coercitivas unilaterales, mal llamadas «sanciones» de los imperialismos de EEUU y Europa. Que no han podido paralizar al país, y no podrán detenerlo. Que miente, el profesor F., en su pretensión de manipular al mundo, presentando una Venezuela sin ingresos, valga decir, un país en estado de coma, colapsada en su economía, tal cual lo ha venido anunciando, William Brownfield, ex embajador de EEUU en Venezuela, desde 2018, cito: «En este momento quizás la mejor solución sería acelerar el colapso, aunque produzca un periodo de sufrimiento mayor, por un periodo de meses o quizás años» (YVKE Mundial, 18-10-2018). Que tal colapso, no es real, aunque se unan nuevas voces –desde las filas revolucionarias- para presentar esa mala imagen. ¡No han podido con Venezuela! Ni podrán. El mundo, debe también saber, que, como lo ha expresado el Presidente Maduro: «Venezuela está de pie y Venezuela va derrotando la pandemia, pero también derrota al terrorismo». Que su economía, ha dejado atrás el rentismo, y la producción de alimentos y demás bienes esenciales para la población no han colapsado, ni se han paralizado, por efectos del bloqueo imperialista y menos por la pandemia. Todo lo contrario: «si la pandemia deja algo es que debemos concentrarnos en la economía real; en la que produce los alimentos», decía el Presidente Maduro, el pasado 29 de julio, durante una jornada productiva con el sector agroalimentario, en que fue inaugurada la Planta Procesadora de Alimentos Balanceados para Animales, «Altagracia de Orituco», en el Estado Guárico. Que producirá, un estimado de mil toneladas de alimentos por mes y una capacidad para almacenar de más de mil doscientos ochenta toneladas, según lo refería el gobernador de la entidad, el camarada José Vásquez. Y, como Guárico, están Portuguesa, Cojedes, está todo un país, un pueblo en resistencia heroica contra los imperialistas de EEUU y Europa, que procuran la destrucción del país para apropiarse de sus riquezas, en hidrocarburos y minerales, además de la pretensión de apagar el faro de luz revolucionaria, que proyecta Venezuela a los pueblos del mundo, que luchan por su autodeterminación y liberación del neoliberalismo. La verdad, verdadera, es que frente a la economía improductiva de los bodegones, en Venezuela, se está gestando una economía de producción en el campo, una economía de verdad, y no de puertos secos, sustentada en la importación desde EEUU, que pareciera anhelan algunos que vuelva. Y, esa economía verde, es la que está garantizando los ingresos de la Nación. Como diría, el Presidente Maduro, en uno de sus tuit más recientes: «Las dificultades nos llenan de fuerza y nos impulsan a desarrollar la economía real, producir alimentos y vencer el bloqueo criminal. Una dura batalla para mantener y expandir las capacidades productivas del país con nuestro propio esfuerzo, sin descuidar la salud del pueblo.» Darle impulso a la economía real, la economía productiva, he allí el detalle.

El debate, entre auténticos revolucionarios, debe ser de altura, altamente pedagógico. Exigimos, ética en el debate. Marx, decía que: «la revolución es un hecho de consciencia». Reivindicamos, la verdad por delante, sin manipulaciones, ni falsos discursos. Defienda sus ideas, profesor F., con irreverencia, como sugería Chávez, con firmeza y argumentos bien fundamentados, pero, respete las consideraciones de los demás, aunque discrepe de sus opiniones. Sin ataques personales, ni banalización alguna. Aprendamos del ejemplo cubano. ¡Siempre Cuba! Ese faro de dignidad revolucionaria. Un pueblo, que este año, ha seguido con mucha atención, las opiniones de su liderazgo económico, sobre temas tan importantes que se desprenden de los efectos devastadores que Covid-19, está causando sobre las economías del planeta. Han sido, objetos del debate las propuestas para encarar la crisis postpandemia, en términos de crecimiento económico, el lugar que deben ocupar los sectores privados y públicos, las estrategias a implementar para dinamizar la economía cubana, entre otros temas.

La pandemia, les obligó abrir el debate económico para revisar y actualizar el Plan de la Economía 2020. El viceprimer ministro, Alejandro Gil Fernández, también ministro de Economía y Planificación, refería en su intervención: «Una economía con cero turismo y arreciamiento del bloqueo, no puede seguir trabajando normalmente y que nada pase. Hay que dar los argumentos con transparencia, para que todos nos unamos; ajustarse a la realidad e imponerse a ella con trabajo». El Presidente, Díaz-Canel, ante dramáticas circunstancias, ratificaba que: «en estas condiciones, el Estado tiene que asumir la planificación y cada vez ésta tiene que ser más inteligente y precisa». Se preguntaba: «qué experiencias de las que hemos vivido en estos meses de enfrentamiento a la pandemia nos han demostrado que tienen que quedarse para siempre… Y qué insuficiencias y vulnerabilidades se nos han expresado también en toda su dimensión en la batalla a la enfermedad». Concluía, haciendo un llamado a la innovación: «Hay que tener valentía y tenemos que hacer cosas diferentes, haciendo lo mismo no vamos a resolverlo, ni vamos a avanzar más». Por supuesto, ratificando el compromiso social de «mantener la justicia social, la equidad, las oportunidades sociales para los de menores ingresos y las políticas públicas, que ayuden a los más vulnerables», muy propio de una Revolución, que coloca al hombre y la mujer cubana, en el centro de las decisiones de política económica de una Revolución humanista y de alto contenido social. ¡Vaya debate, se han lanzado los hermanos y hermanas cubanas! Un pueblo, que tan igual que el venezolano, son pueblos preparados culturalmente, en general, pero mucho más en Política, en particular. Educados por Fidel, Raúl y Chávez.

Fidel, decía en una oportunidad, que: «el revolucionario tiene que defender su punto de vista hasta que lo convenzan de lo contrario». Raúl, algo similar: «el dirigente que no promueve la discrepancia entre sus subordinados es un mal dirigente». Por supuesto, Chávez, irreverente, afirmaba: «La naturaleza burguesa, es la prepotencia, el complejo de superioridad. En él no cabe la autocrítica. Nosotros, en cambio, debemos ser humildes, vestirnos de humildad, los revolucionarios debemos ser, como decía El Ché, profundamente autocríticos, no podemos ni ofendernos ni sentirnos mal», por la crítica…

Postscriptum: Las elecciones del venidero 6 de diciembre, representan un reto histórico para las fuerzas patrióticas, revolucionarias, nacionalistas y auténticamente venezolanas. Ese día, la Patria toda está llamada a tomar las armas del voto democrático para derrotar a los imperialismos de EEUU y Europa, más sus agentes en territorio nacional, quienes han optado por la abstención y el saboteo de dicho proceso de liberación nacional. La convocatoria a la Unidad Nacional de las fuerzas patrióticas, de izquierda (sin comillas) y nacionalistas, formulada por el Jefe de Estado y Presidente de la República, Nicolás Maduro, quien ha dirigido los destinos de la Patria en resistencia de manera sublime y ejemplar, debe ser ponderado –positivamente- por las fuerzas políticas, comprometidas en la liberación de la Patria. Se trata, ni más ni menos, del llamado a una gesta de independencia nacional, con votos, que debe convertirse en una nueva derrota a los imperialistas de toda la vida. Una nueva Asamblea –auténticamente- Nacional, reclama el pueblo venezolano. Una Asamblea, que se vista de pueblo trabajador, campesino, pensionados, mujeres, milicianos, artistas, estudiantes, profesionales y técnicos, empresarios honestos y nacionalistas, sin compromisos con monopolios, oligopolios, ni cárteles del dólar. Por ello, los pueblos de este mundo tendrán sus miradas –inequívocamente- puestas en la República Bolivariana de Venezuela. ¡Unidad, batalla y victoria! Ese es el camino que trazó Hugo Chávez, el mismo pero con otras palabras, que trazó el Padre Libertador, Simón Bolívar. Hoy, como ayer, no es hora para los patanes de la anti política. ¡Es la hora de los libertadores y libertadoras, los nuevos Libertadores y Libertadoras de la Patria! ¡Es la hora del Pueblo de las Dificultades! ¡Venceremos!

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