¡Amo a Bolívar! (cuarta reflexión sobre Bolívar y/o Santander)

Sábado, 15/08/2020 02:09 PM

Con dolor y mucha tristeza, dedico este artículo a la miliciana, teniente Milagros Roso (†) y a su compañero Carlos Torres (†). Quienes, como Bolívar y Santander, a pesar de que lo que ocurrió ayer - al final de sus vidas - pareciera contradecirlo, se amaron profundamente.

Hoy, la comunidad de San Rafael los despide con admiración y respeto. Descansen en paz. Amén.

EL ORINOCO Y EL MAGDALENA SE ABRAZARÁN COMO SE ABRAZARON BOLÍVAR Y SANTANDER

Much@s esperamos, como millones de colombian@s, venezolan@s y grancolombian@s que se cumpla la palabra sabia, profunda y trascendente del cantor, Alí Primera, en su muy conocida canción: "La guerra del petróleo"

"El Orinoco y el Magdalena se abrazarán entre canciones de selva y tus niños y mis niños le cantarán a la paz.

El Orinoco y el Magdalena se abrazarán entre canciones de selva y tus niños y mis niños le sonreirán a la paz"

AMANECÍ SOÑANDO EN BOLÍVAR Y SANTANDER

He confirmado hoy, luego de un inesperado sueño, que sigues en tu retiro etérico en Medellín. Comandando los ejércitos libertadores. No para guerrear sino para lograr, cuanto antes, la paz y la estabilidad de la inmensa y exuberante territorialidad por la que siempre luchaste.

Enarbolando tu bandera: ¡Nuestra Patria es América!

Allí habitas, desde hace cientos de años, como espíritu desencarnado del planeta Terra, luego de aquel aciago diciembre de 1830. Desde tu amada Colombia se te fijó un nuevo y mucho más importante reto como ser divino y superior que has sido durante eones de siglos. Como Gran Maestro ascendido de la Orden Mirandina de la Libertad. Te fue autorizada, esa importante tarea, por designios de la magna consciencia del Universo Creador. Justo, al pronunciar, en tu despedida en Santa Marta, tu inquebrantable llamado a la unión y a la reconciliación:

"Cuando cesen los partidos y se consolide la unión…".

Aun no se ha logrado. Yo mismo contribuí a través de numerosos círculos secretos a nuestra división. He podido constatar, desde mi plano divino y superior, que tú y yo vinimos a mostrarle al mundo, a pesar de que se haya tergiversado nuestro mensaje, que el amor es la fuerza universal que une al mundo conocido y por conocer. Por eso hoy te reitero, Bolívar, una vez más, mi profundo amor. A pesar de mis errores y acusaciones.

Desde Colombia, con la fuerza y voluntad que te caracterizan, sigues dirigiendo e inspirando, nuevamente, a los seres de luz que continúan luchando por la libertad, la independencia y la soberanía y, sobre todo, por la paz y la estabilidad del común. Chávez, quien fue el espíritu reencarnado de alguien a quien tú amabas, fue uno de ellos. Hasta que violó, sin saberlo, movido por debilidades humanas, las reglas y principios que rigen el intercambio energético de la luz que resuena en los corazones, en la mente y en los espíritus, cuando están conectados a vibraciones de alta velocidad y baja densidad energética.

Lo sabes: Todo es energía. Incluso nuestros pensamientos y sueños. Es más: Ese a quien llamamos Dios es nada más y nada menos que la energía total y uniabarcante del infinito y expansivo Universo Creador. Energía en constante cambio y transformación. Por eso tú y yo, somos UNO con Dios ¡Bolívar!: Tú fuiste UNO conmigo. Y, sigues siéndolo. Lo que a ti, e incluso a Miranda, les sobrevino como experiencias dolorosas, al final de sus vidas, me conmovió.

Hoy. Tomé consciencia. Como nunca. Tarde. Es verdad. Todo tiene su tiempo. Nada es casualidad: ¡Todo es causal! Todo, sin excepción, tiene su origen. Sus causas. Y, también, sus efectos. Sus consecuencias ¡Bolívar! Fuimos comienzo y fin de un proceso que nos unió y nos separó. Hoy volvemos a reunirnos. A rencontrarnos. Usando como instrumento a quien hoy se expresa por nosotros. A quien, sin saberlo, se conectó con nuestra vibración y cada día "escucha" mejor, lo que queremos transmitirle al mundo.

Aprovecho para ofrecerte disculpas por los gestos de ingratitud y maledicencia de la cual fuiste objeto de parte de quienes no comprendimos - dominados por nuestros egos - tu plena entrega y desprendimiento. La fuerza de la oscuridad ofusco nuestros corazones y proyectamos en ti todas nuestras miserias humanas. Te ofrezco disculpas. Sabes que te amé, te amo y te amaré: eternamente.

¡Tuyo!: Francisco Paula Santander.

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