Elecciones y alianza de izquierda

Miércoles, 19/08/2020 02:04 PM

Comienzo diciendo que han comenzado las respuestas desde el chavismo oficial a mis declaraciones en el programa de Vladimir Villegas y a mi artículo "El fiasco constituyente", recién publicado en Aporrea.org, y enviado y reenviado con alguna intensidad por redes digitales. Algunas de estas respuestas han sido respetuosas, como las de dos colegas constituyentes que me han informado que la prorrogación de la ANC hasta diciembre de 2020 fue aprobada en plenaria. Yo no lo recuerdo, pero seguramente es verdad, no veo por qué estos colegas iban a mentir. Tengo mala memoria y he faltado a unas pocas sesiones de la Constituyente. Lo que pasa es, primero que nada, que habría que interpretar la palabra "prorroga", que no anuncia un final sino una prolongación. Lo otro es que ese no es el quid de la cuestión. Refiriéndome al anuncio del Presidente, dije en el mencionado artículo: "… esa pendejada folclórica no es realmente lo que me preocupa. Lo que me angustia es que la ANC está muy lejos de haber cumplido su objetivo principal".

Para más señas invito a leer el artículo que publica hoy 19 de agosto en Aporrea.org.

La otra respuesta, esta sí sutilmente ofensiva, provino de Tania Díaz, presidenta de la Comisión de Comunicación e Información de la ANC, en el chat de esta Comisión.

Ladinamente, Díaz colocó la reseña (incompleta por cierto, me refiero a la reseña) de la entrevista, publicada igualmente en Aporrea.org, seguida de una supuesta frase de Silvio Rodríguez (no precisa la fuente), por cierto un artista que ha hecho más de una crítica a su Gobierno, que reza:

"Al preguntársele si alguna vez se sintió tentado a ceder ante halagos y prebendas, Silvio Rodríguez dijo en una entrevista algo como esto: el asunto es que uno no puede sentir que es más importante que su país, en lo que un revolucionario se siente más importante empiezan los problemas y acechan las tentaciones".

He aquí la respuesta que di a Díaz:

"Aquí quienes se creen más importantes que todo el mundo y viven en medio de halagos y prebendas son quienes integran la cúpula burocratizada que ha secuestrado la dirección del PSUV. Esta cúpula apela a la descalificación calumniadora a aquellos que se oponen a sus ideas y ejecutorias, en vez de debatir con argumentos. Son pichones de dictadores. ¡¡¡Prebendas, semejante pendejo como yo!!!"

Ignoro dónde y cómo vive Tania Díaz, y en realidad no me interesa, pero es seguro que le va mejor que a mí. Habito en un pequeño y viejo apartamento en el centro de Caracas, que se compró hace 20 años a mi ex suegro a precio de gallina flaca, en el piso 13 de un edificio que a menudo se queda sin ascensor, porque los repuestos para su arreglo definitivo son muy caros y los vecinos no hemos tenido cómo pagarlos. Siendo una edificación de 16 pisos, el tanque de agua tiene capacidad limitada, por lo que el racionamiento es permanente y a veces la escasez es grave. Tuve un solo vehículo en mi vida, hace muchos años, un pequeño auto europeo, marca Fiat Uno, que ya no me pertenece desde hace mucho tiempo. Ando a pie pateando las calles y pasando trabajo con el transporte público, como cualquier ciudadano de esta comarca. Dígame el lector si la expresión "semejante pendejo" es una exageración. En cambio, conozco de los privilegios con los que viven algunos altos dirigentes del PSUV, pero no voy a pararme en eso, no me van a llevar a que meta los pies en ese pantano con comentarios como el de Díaz. Yo digo como cualquiera: a quien Dios se lo da, San Pedro se lo bendiga. Y ahora paso a lo que iba.

El 6 de diciembre próximo serán las elecciones parlamentarias en Venezuela. Proyecto en ese evento una abstención que puede rondar el 60% y un resultado de mayoría simple del PSUV, lo cual logrará con un voto minoritario inferior al 30% del padrón electoral. Eso le bastará porque para eso están montadas esas elecciones. Yo aspiro a que los sectores opositores obtengan una buena representación que le haga contrapeso a los dueños de la fiesta.

No creo que haga falta declarar que he saltado la talanquera pero no por la derecha. Me he incorporado a la izquierda crítica que se deslinda del partido de Gobierno. Pensaba no votar, pero ahora sí lo haré por la Alianza Popular Revolucionaria, que es la mejor alternativa electoral que veo en el panorama. Sin embargo, sigo creyendo que estas elecciones no van a resolver ni remotamente los problemas del país, pero sí pueden ser útiles para sacar algunas cuentas y tratar de extraer algún saldo organizativo y presencial para las fuerzas opuestas a la cúpula burocratizada del PSUV.

A mis queridos amigos y ahora compañeros de ruta de la izquierda crítica, les haré algunas recomendaciones, no electorales sino de cara al futuro inmediato.

En Venezuela hemos terminado atenazados por dos fuerzas que tienen una dura lucha por el control del poder. Una de esas fuerzas lo detenta, el PSUV, y la otra lo aspira, la derecha extremista y vendida. A simple vista pareciera que es lo único que hay, pero no es así.

Existe un porcentaje amplio de la población que se niega a alinearse con alguno de estos dos polos (creo que es superior al 50%, pero si no, es al menos la minoría más numerosa). Esa parte importante del pueblo carece de liderazgo y representación política. Muchos son pasto de la resignación y la desesperanza. Es en ese campo donde está la oportunidad de incidir para que el espectro de opciones políticas se amplíe y se logre dar presencia a una representación de un pensamiento renovador que apunte a un proceso de apertura nacional, que una a los venezolanos en lo político, lo económico y lo social, como resultado de un debate amplio, no sectario, fraterno, positivo, libre de descalificaciones y estigmatizaciones, así como de dogmas y sectarismo. Para ello propongo, más allá del evento electoral, la creación de una alianza que caracterizo como de centroizquierda, que pueda reunir, en torno a un programa mínimo con metas concretas en el corto, mediano y largo plazo, a fuerzas progresistas, diversas y dispersas, que se deslindan de la políticas del PSUV, y que pueda atraer inclusive a sectores que podrían desprenderse de esa organización al percibir la existencia y el crecimiento de otra opción a la izquierda del espectro político. A esta alianza podrían incorporarse partidos y organizaciones políticas como el PCV, el PPT, el MAS, Avanzada Progresista, Redes, Soluciones, Marea Socialista, Plataforma de Defensa de la Constitución y otras, así como organizaciones sociales, ecologistas, feministas, LGTB, ambientalistas, juveniles, grupos y compañías artísticas, y otras.

Es necesario romper en Venezuela el candado perverso de la polarización, fertilizar el escenario político y sembrar nuevas semillas, con humildad, con grandeza, sin mezquindades ni personalismos.

Sería una gran contribución para impedir que finalmente se consolide en Venezuela la tendencia hacia el establecimiento de una nueva versión del autoritarismo unipartidista que llevó al fracaso al seudo-socialismo en el siglo XX. El caso emblemático de esta referencia es el de la Unión Soviética, que terminó siendo no una "Unión" sino la imposición de la Gran Rusia en pequeños estados y territorios fronterizos. Después de la Segunda Guerra Mundial, en la Conferencia de Yalta, Stalin, Churchill y Roosevelt se repartieron Europa, tocándole a Rusia el dominio de la Europa del Este, en países donde se entronizaron dictaduras partidistas que mantuvieron el poder durante más de 50 años, hasta que finalmente cayeron sin un solo tiro. Después, lamentablemente, la absoluta mayoría de esos países han sido gobernados por la derecha y hoy son miembros de la OTAN o aspirantes a serlo: Polonia, Bulgaria, Hungría, Rumania, la República Checa, Eslovaquia, Alemania Oriental, que fue devorada por la Alemania Federal capitalista. Que no sea ese nuestro destino.

Es una idea vaga, lo sé, pero por algo se empieza. No sé a dónde va este país, pero voy a repetir la frase shakespeareana que distribuí por redes digitales después de la denuncia de Andrés Eloy Méndez sobre el FAES, que fue barrida debajo de la alfombra por la mediática oficial: "algo huele mal en Dinamarca".

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