Interviniendo partidos o Cazando brujas. ¡Todo discrepante es saltador de talanquera y agente de la CIA!

Sábado, 22/08/2020 02:38 PM

Todo lo que digo, en respuesta a otro amigo, lo he dicho antes. Tómese el lector de revisar mi archivo en Aporrea y comprobará esto que acabo de decir. Decir "aquí no hay nada nuevo" es casi valedero. No es ésta una protesta de última hora o el descargo de un arrepentido o de alguien cansado de esperar le atendiesen que reventó a última hora. Gran parte de esto lo vengo diciendo desde los tiempos de Chávez. Aparece ahora como un compendio de lo antes dicho, porque se trata de la respuesta a un amigo quien se dirigió a mí en relación al asunto Néstor Francia. En mi amigo existe la preocupación que este debate haga daño, cuando más daño ha hecho no haberlo dado con tiempo y cuando se intentaba dar. Hay pruebas en mi archivo, como a los compañeros de Marea Socialista, dada mi experiencia, aconsejé se quedasen dentro del Psuv y desde allí intentasen corregir lo que veían mal. Ya ha corrido mucha agua bajo los puentes y los vicios, errores han aumentado y ampliado y lo que es peor, lo que uno percibió entonces como nacientes concepciones erradas, se han perpetuado y convertido en prácticas habituales.

En el proceso actual venezolano, el daño que se le hace a los sueños revolucionarios, a la consigna del socialismo, salvando distancias y dimensiones, es equivalente a lo que hizo el estalinismo. En la gente común, más allá de la izquierda, incluso entre gente que sin serlo culturalmente hablando, sentía simpatía por las consignas nuestras, han anidado profundas decepciones y hasta rechazo. No es que Maduro sea "megalómano", como dices, sino que el proyecto que todos ellos ponen en marcha está lleno de sectarismo, como excluir a quienes en algo discrepamos y negar los derechos a la militancia, en una concepción de partido vertical, autoritaria, que hace del centralismo democrático, de los viejos partidos socialdemócratas, una cosa como inocente. Esa misma visión autoritaria y excluyente la ponen en práctica cuando se trata de las relaciones con los aliados y es lo que, aparte de la mala gestión gubernamental, está acelerando la fragmentación.

No parece válido que porque Maduro tremole banderas antiimperialistas discursivas, debamos apoyar un proyecto que a lo interno, mientras se explota al máximo a los trabajadores, sometiendo a la miseria a maestros, médicos, servidores públicos, para que una amplia capa de gente haga grandes negocios, especule y viva de lo mejor. Y pese eso se intente justificar en las sanciones de Trump, mientras se banalizan hasta las razones dadas por gente no "enemiga" de quienes gobiernan como Pascualina Curcio, para quien en parte se trata de una apropiación escandalosa de la riqueza por parte de pequeños grupos con la casi anuencia del gobierno. ¿Cómo aceptar y convalidar en una supuesta gesta antiimperialista que las pensiones del IVSS sean menos de dos dólares? ¿Cómo unos revolucionarios pueden convalidar que el Estado sustituya el salario por unos bonos que este otorga a su conveniencia cuando estos se sustraen del mismo salario o pensión, bonos vacacionales, aguinaldos y hasta prestaciones sociales violando los contratos? ¿No es eso, aparte de un engaño, acaso una práctica similar al tutelaje y un precedente muy grave para las luchas y derechos de los trabajadores? ¿Cómo puede, quien habiendo sido dirigente de docentes durante largos años de su vida, combatiendo contra AD y COPEI por los contratos de trabajo, convalidar que un gobierno de izquierda haga lo que jamás permitimos que aquellos hicieran como secuestrarlos y dejar que el patrón se tome el derecho de fijarles el salario? Haber permitido eso, desde años atrás, desde Chávez mismo, llevó a la actual situación, que gobierno y buena parte de los trabajadores mismos, crean que eso es derecho de quien gobierna y no como resultado natural de la lucha de los trabajadores, derecho que de paso casi han prohibido o por los menos los trabajadores no ejercen.

Con la bendita cooptación desde hace años, basándose en cualquier excusa, le quitaron el derecho a las bases a escoger sus dirigentes y hasta su representación parlamentaria; ahora mismo, la excusa es el Covid para escoger candidatos a la AN. Por estas cosas, por no formar parte y no querer hacerlo, de grupo alguno, de esos que se reparten las cuotas en el Psuv, cientos o miles de nosotros fuimos marginados. Es una concepción estalinista en el manejo del partido y la sociedad, para apuntalar un capitalismo barato, más excluyente que ningún otro y que atrapado en la discordia del mundo capitalista de hoy, se ve obligado a tomar una posición porque desde el lado de Trump no quieren nada con ellos, buscando subsistir y quizás asustados y temerosos porque aparezca un gobierno de la ultraderecha que les pida cuentas. Pero esto es otro chantaje. El marco de la sociedad venezolana, inexorablemente no conduce a eso, podría emerger un cuadro distinto, donde la extrema derecha y el imperialismo no tengan el control y esto es justamente lo que siente y piensa la mayoría y lo que estamos obligados a ayudar se consolide.

¿Cómo aceptar que se haya impuesto de modo definitivo, tanto que casi nadie cuestiona ni de ello se habla, que quienes gobiernan al mismo tiempo hacen de jefes del partido?

Esa es una violación principista muy grave y es al mismo tiempo la causa de lo mucho malo que sucede.

¿Cómo unos supuestos revolucionarios aceptan que, a lo Stalin, el presidente de la República, usurpe el derecho de las bases de escoger la dirigencia?

No son simples pendejadas las que ocasionan tanta discrepancia; son asuntos fundamentales, de esos que llamamos de principio que no se pueden obviar ni ocultar tras la bandera del antiimperialismo que supuestamente tremola con equilibrio y pertinencia quien ejerce el control del Estado. Estas discrepancias de fondo se habían venido corriendo y ocultando y estallan ahora, como estallan todas las crisis, cuando no se les espera y sin programación de nadie.

Y esto mismo, ¿no es acaso una cosa de principio fundamental no permitir que el Estado ejerza el control del partido y con este del movimiento de vanguardia por el cambio?

La peor salida es la que se viene abriendo con Maduro y sus seguidores ante los ataques despiadados del imperialismo, quienes no sólo no son capaces y dispuestos a responder con proyectos sustentables que mejoren la vida del venezolano, sino que cada segundo esto se deteriora más; y es difícil de entender que habiendo, más allá de ellos mismos, abundantes venezolanos, fuerzas también contrarias al imperialismo que reclaman espacios y derechos, ellos se los nieguen. ¿Cómo entender que en medio de esta profunda crisis, ataque imperialista, amenaza de invasión, fuerzas como las del PCV, PPT, Marea Socialista, Tupamaros, Redes y otras que si bien no emergieron de la izquierda tradicional de mediados del siglo XX, si son antiimperialistas, nacionalistas, contrarios a la injerencia extranjera y control de nuestra economía por EEUU y además, democráticos y respetuosos de los derechos del pueblo y la gente toda, se vean obligados a distanciarse radicalmente del gobierno por la intolerancia y sectarismo que en este prevalece?

¿Vamos a caer en el infantilismo de vieja data de conformar, indisponer a la gente buena diciéndole que esas fuerzas se pasaron para el imperialismo y ahora son agentes de la CIA y los únicos revolucionarios son quienes gobiernan?

Parece que lo elemental es pensar, porque en efecto es así, que la única fuerza, de todas las del abanico de la izquierda, de la democracia, participativa y protagónica, contraria a la unidad, a la búsqueda de acuerdos, a asumir todo esto con humildad y reconocer el derecho de todos, hasta de las minorías a participar, opinar y ser oídas, es la del gobierno. ¿No te dice nada ante esto mismo que he planteado el reclamo del cineasta Carlos Azpúrua?

Si lees sus declaraciones encontrarás un militante revolucionario profundamente preocupado por lo qué pasa, está afectado, desesperado por la ruptura de la unidad en la izquierda y del campo más amplio del antiimperialismo, que pudiera convertirse en algo de mucha mayor envergadura. El antiimperialismo está también en la unidad de la izquierda toda y esto pareciera importar poco a quienes gobiernan. Parecieran reclamar un respaldo acrítico e incondicional, incluso por encima de intereses vitales del movimiento popular como el salario y lo participativo y protagónico.

¿Y qué solicita casi con angustia Azpúrua?

Sencillamente que el presidente, dice él, yo diría toda la dirigencia del Psuv, acceda a reconocer el derecho de los aliados, la necesidad misma de la alianza y la unidad amenazada y ya rota por una larga práctica de sectarismo que se profundizó con la muerte de Chávez. Y este negar derechos, no caigamos en lo simplista, infantil y hasta pedestre, de creer que se trata sólo de repartir candidaturas a la AN sino frente a políticas que casi nadie comparte y que ayudan a que las sanciones de Trump hagan más nocivos efectos.

"Presidente, escuche a los partidos de izquierda. Hemos acompañado este proceso, somos coautores de este proceso y lo mínimo que queremos es que nos escuchen". Esto es lo que ha expresado Carlos Azpúrua.

A última hora se ha sabido que el TSJ decidió la intervención del PPT y

le asignó directiva ad hoc, como respuesta a Carlos Azpúrua y militantes de ese partido quienes se manifestaron en contra de la intervención.

https://primicia.com.ve/nacion/tsj-nombra-nueva-junta-directiva-ad-hoc-en-el-ppt/

Usar el argumento del antiimperialismo, como una fea máscara para asustar, mientras no se diseña nada sustancial que defina una política económica liberadora, que es en esencia la forma real de manifestarse antiimperialista, más allá de los discursos y el que pudiera la ultra derecha llegar al poder y tomar represalias, aparte de ser un argumento de quienes eso temen, sin mostrarse dispuestos a acceder los reclamos de la sociedad toda, desde los partidos de la izquierda, los democráticos, nacionalistas y por ende antiimperialistas, es sólo una manifestación de oportunismo.

Piensa también en todo esto amigo y recuerda que usted mismo me dijo que hombres como nosotros y llegados a esta edad, habiendo pasado el charco (esto lo digo yo), como las garzas, sin haber ensuciado el plumaje, no tenemos absolutamente nada que temer. No puede uno contraer compromisos a ultranza con nadie y menos con quienes no están dispuestos a escucharnos y por lo tanto no ejercen como nuestros voceros.

No veo, y lo siento mucho por mi mismo si es que estoy muy mal de la vista, en la práctica, el hacer del gobierno del presidente Maduro, mucho que me haga sentir solidario.

Concluir de esto, que uno se pasó para la derecha y hasta para los planes imperialistas y, a lo mejor alguien pudiera decirlo, hasta de la CIA, como ya se está diciendo de Néstor Francia, es una demostración de infantilismo, de gestos como aquellos que nosotros mismos representábamos cuando estábamos carajitos, ante la discrepancia de algún compañero. Eso es puro chantaje sin contenido, nada inteligente y por tanto poco merecedor de tomar en cuenta.

Espero no haberte ladillado querido amigo y seguir compartiendo contigo.

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