Se alega que fue la frase pronunciada por el joven rey de París el 13 de abril de 1655; y comprobamos lo relativo del tiempo, al presenciar como actualmente se siguen empleando tales prácticas, en nombre de una supuesta democracia.
Entre nosotros y nosotras, en esta fracción del mundo del universo, situados en lo que es Venezuela hace apenas nada; y donde nada ha sido fácil, y lo vamos notando al ir escarbando como quien busca en lo profundo, argumentos que sostengan los elementos que permitan despejar la espesa capa de materia intangible, que se acumula como detritus del pensamiento, cuando no se renuevan las ideas, y nos mantenemos cómodamente adheridos a un cuerpo del cual formamos parte, y en el cual parasitamos como lo hacemos al medrar en la naturaleza, de manera biótica. Pero no es lo mismo al trasladarlo al Estado, ya que respecto de él privan los conceptos sociológicos y políticos, aunque estén más propensos a "resonancias emocionales", que a los propios criterios doctrinarios y filosóficos, que deben servir como teorías de trabajo para ordenar la sociedad en que nos comportamos como seres racionales, desde la lógica pura y dura.
Ante tales evidencias, hay una practica de ir a los antecedentes y buscar el origen, la piedra angular en que se soporta todo el peso de toda una estructura que en lo cotidiano se va gestando por parte de quienes deben cumplir rigurosamente con lo que se les ha delegado, tratando en lo posible de superar los escollos que se presentan, para lo que debe tener una disposición y una preparación que no deje dudas en la mayoría de los componentes de la nación.
Róbinson dejó dicho, o inventamos o herramos, refiriéndose a que se debía cambiar lo que nos legaron y se sembró en la psiquis, calando profundamente en el ánimo, que la sociedad ha dado por hecho cierto, por supuesto que para una parte de la sociedad y de las clases sociales, que les ha servido para mantener cierto estao de cosas privativas para el resto, y que fueron pensadas y concebidas para unos grupos y sectores específicos, para los pocos que conforman los que se ha significado en teoría con los atributos de la aristocracia, la oligarquía, la burguesía, y lo que se pretende construir como el poder popular, poder que en la práctica está sujeto a que el Estado sea quien dicte qué tipo de sujeto es, o debe ser.
Vamos a ir precisando un poco más estos aspectos que hemos mencionado, que son conceptos y como tales permiten despejar los argumentos, dirigidos a un mínimo consenso, que sean suficientes como para permitir que los cambios estén encaminados a lograr las transformaciones necesarias, y no continuar con más reformismos, que lo que han logrado es que permanezcamos anclado, mientras la corriente de acontecimientos nos demanden acciones, no retóricas y eufemismos que a nada conducen.
Tomemos por caso solo algunos de estos conceptos que nos remite a Patria, Pueblo, Nación, Estado, República, Federación, Centralismo, Democracia, Presidencialismo, que apenas representan aspectos que se como objeto, hecho, cualidad, situación, opinión o juicio, y que en especial se puede tener de una persona jurídica, ya que comoconceptos «son las unidades más básicas de toda forma de conocimiento humano», o construcciones o autoproyecciones mentales, por medio de las cuales comprendemos las experiencias. De forma que demuestran haber alcanzado un tal conocimiento para el profesional o el lego, que cree saber el significado, pero que en realidad no todos manejamos con propiedad, porque es como la realidad, están hechas de retazos que a veces se juntan de manera improvisada, y por tanto, no logran los alcances que se habían propuesto.
El aspecto pedagógico del asunto es que son pertinentes las miradas que reiteramos sobre el particular, para poder alcanzar a despejar dudas y orientar ciertos sistemas de creencias, desde los cuales se toman importantes decisiones personales y grupales, en lo local, lo nacional e internacional, que nos afectan de alguna manera, y por ende, son consecuencias que arrstramos y con ellas actuamos a veces desbocadamente; somos sujetos sujetados por quienes mueven los hilos o mecen la cuna, y como consecuencia se puede incluso ir a la tumba.
Vamos a dar un ejemplo práctico para apoyar lo que decimos, pensemos en un vehículo al que se le pincha un neumático, y no se tiene repuesto, qué se hace, nos la ingeniamos y podemos por necesidad, colocarle un caucho que puede ser más pequeño o más grande, siempre que cuadre el rin cuadre con los tornillos. Parecido a esto es lo que está ocurriendo con el gobierno que tenemos, reencauchado y con rines y llantas obsoletas, lo que siminuye las ventajas comparativas.
No solo de pan vive el hombre, ni la mujer, pero es necesario una buena alimentación, que cubra las necesidades corporales y permitan una existencia que supere lo precario. Se nos ha vendido la idea de que hacer sacrificio es dejar de hacer mejor las cosas, con menos recursos, de donde se pone en marcha la eficiencia y la eficacia de los gobernantes, que para eso están, y no para perder tiempo en distracciones y excusas, o peor, habiendo matado al tigre, le tienen miedo al cuero. Verdugo no pide clemencia decían en la colonia los que ejercían tales oficios de ejecutores de reos, cubriédose el rostro con una capucha para que no se conociera quien era el matarile, como si alguien que ejerce tales actos puede ocultarse bajo el sol. Hoy siguen tirando la piedra contra el pueblo y escondiendo la mano para culapar al otro.
En esta perspectiva y desde este ámbito de las cosas que ocurren en época tan avanzada de la historia, la ciencia y la tecnología, es como vergonzoso, por decir lo menos, que se busquen argumentos tan pueriles para salirle al paso a las cosas que ameritan más seriedad y maduréz por parte de quien se haga llamar líder, o ejerza la máxima jefatura, y que a cada palabra le añade el yo, el soy, el mí, el ordeno, mando, sin que prive el consenso, la participación, el protagonismo, sino que se actúa automáticamente, que es lo usual y práctico, porque según la teoría solo sirve para pavonear y hechársela de intelectual, de que se piensa, porque supuestamente, según los mandamaes, es la acción lo que se requiere para resolver las cosas, el yo mando y tú obedeces.
Esto que decimos se sabe que no es nada nuevo, aunque tampoco es que lo sepan todos y todas, hay quienes todavía creen en que la tierra es plana, los pajaritos se empreñan y diosito es el que me va a aslvar de lo que yo no pueda hacer, es decir, el altísimo, sea este representado en el Papa, el Presidente, el Magnate, el Generalote, el Empresario o la hermanita de la caridad. Para despjar las dudas es que existen los centros específicos donde se debate y compiten las mentes frente al conocimiento, al saber, de donde salen los conductores de pueblos, naciones, regiones, el mundo entero. Solo hay que hacerse con los conocimientos necesarios e indispensables, para conociendose a uno mismo, se pueda colaborar para que otros y otras se conozcan un poco más, hasta alcanzar el título de persona, de ciudadano en una República.
Al parecer no hay otra forma que hasta ahora tenga la suficiente y probada probabilidad de que tenga éxito desde el primer intento, y llegando a ciertos consensos, buscar la manera de equilibrio necesario para armonizar la existencia. Es el claro ejemplo que existe entre la persona capacitada para influir sobre los demás en una comunidad donde todos desarrollan una actividad y las decisiones se toman entre todos. Un líder o lidereza no es el que manda, un aspecto solo ocasional, sino el que se apoya en los y las demás. En nuestra historia son contados con los dedos de las manos los verdaderos conductires de pueblos.
El rol del líder, como el atributo de jefe, es más parecido al de caudillo, al mandamás por ser su personalidad cuatriboliada, al estilo criollo, hoy se han decantado hasta seis clases de liderazgo: natural, autocrático, carismático, democrático, "laissez-faire" y el transformacional; sus rasgos y tipos se ubican en diferentes esferas en las que se ubican ciertos niveles, por clases, donde a veces no unen, sino que separan, y más que aclarar oscurecen; esto lo percibimos a diario entre los gobernantes y los opositores, donde afloran y se destacan pocos, porque el lema que se ha impuesto es el de sálvese quien pueda, y resuelva como mejor sepa hacerlo; en el reino de los ciegos el tuerto es dios.
En un estado de cosas que acontecen en nuestro Estado Nación, la República Bolivariana de Venezuela, legada por su epónimo y que Chávez encausó y reorientó de nuevo, dejando como legado común. Hemos vuelto a las prácticas de la IV República, solo que hoy quienes las llevan a cabo son improvisados aprendices, que con ciertas mañas, más que habilidades y con el apoyo de una tecnología actual, con medios y recursos, manipulan a las masas sectorizadas, divididas, a las que les llegan por zondas parte ínfima de los recursos que el Gobierno le saca a la nación, y lo distribuye, quedándise con la mayor tajada, que le garantiza eternizarse en el poder, donde se ha atornillado.
Hoy son las estadísticas, los porcentajes, los intereses, y las ganancias, lo que representa que la gran empresa en que se ha convertido la política, denigradauna vez más, en nombre de una supuesta revolución, de la que se alimentan los factores organizados en partidos políticos, y organizaciones de fachada, soportadas por los órganos de la administración pública. Mientras que las organizaciones de base de la representación del verdadero líder comunitario, el que trabaja de sol a sol por los suyos, y tiene que enfrentarse a los grupos que obedecen líneas partidistas, técnicamente convertida en una entelequia, por solo existir en la imaginación, esa manera de existir de los seres que tiene en sí el principio de su acción y su fin; "Aristóteles definió el alma como la entelequia de un cuerpo orgánico", en este caso sería el Estado fagocitando a la nación desde el gobierno de un cuarteto.
Nuestra República lleva el nombre de Bolívar, es presidencialista, y omnímodo su poder concentrado en una sola persona. En la práctica ha demostrado lo pernicioso que es, al fallar los contrapesos, el desbalance y desequilibrio es tal, que facilita la perversión y que emerja la corrupción, de arriba hacia abajo, desde los altos mandos a los medios, los bajos, que se ramifican en las localidades donde están armadas en miniatura, la misma representación del sistena. Entonces se exije la obedicenica, el respeto y la observancia de las normas y una disciplina al modo de las estructuras castreces, estalinistas, hacia la figura autoritaria, que se impone a la fuerza, no puede haber otro modo, porque pujan por el tamaño de la lombriz que llevan en las entrañas y les domina el entendimiento de las cosas.
Respetar las Leyes, es lo qu se pide a gritos, es el fundamento, no hay otro, con la Constitución todo, sin la Constitución nada, así todo volvería a su cauce, y la gobernanza sería posible desde el soberano, único y verdadero poder. Y en vez de asumir la responsabilidad, ésta se delega, con lo cual se diluyen las costumbres y nos apollamos en Pangloss, aquél personaje de Cándido de Voltaire, que aseguraba sobre el mundo de tal forma organizado para que todo fuera óptimo; tal vez confundía mundo con naturaleza, donda igual lo que suceda, por cuanto a la disposición de las cosas era la mejor posible; y no la más eficiente y eficaz por lo visto.
Entonces todas las desgracias acaecidas no hacen sino negar tales supuestos, por lo que la tesis ni es ficción, ni caricatura, ya que sobran los individuos que a lo largo de la historia piensan de manera similar. Esto ocurre cuando no se respetan las reglas, que se cambian a cada momento, según las circunstancias sea o no favorables a un grupo que manda, pervirtiendo todo a su paso, porque se actúa como que "El Estado soy yo", tópico que se le atribuyó a Luis XIV, el Rey Sol, y se interpretó con el sentido de identificar al rey con el Estado, en el contexto de la monarquía absoluta.