¡Comandante: Venezuela no tiene dolientes!

Sábado, 05/09/2020 01:15 PM

"En una época en que cualquier esfuerzo de interpretación de la historia, de la sociedad y de la psicología del hombre y la mujer tiende a revestir de inmediato el uniforme del materialismo histórico, o bien se acoge prudentemente a modelos establecidos. El Comandante se ponía a debatir libremente consigo mismo y con su pasión venezolana, rasgos fundamentales de nuestra heredad social y psicológica. Y apoyándose en hechos, en cifras, en datos, en estadísticas, en experiencias, en intuiciones, ofrecía una interpretación huracanada pero viviente, convincente por lo tanto, emocional y creadora de nuestra formación como pueblo y sociedad".

La historia económica de Venezuela ha tenido un solo gran motor, el petróleo. Menos destacada ha sido la circunstancia de ser el Estado el gran beneficiario; el Estado venezolano es (era) inmensamente rico; el pueblo venezolano es pobre. Esta disyuntiva y separación representa el más grande de los problemas de la historia económica venezolana de este tiempo. El dinero petrolero es riqueza para las minorías, pero todavía no la riqueza nacional, popular, beneficio para mayorías.

La transición del país rural, de economía campesina, a país petrolero, ocurre durante la larga dictadura gomecista. A este respeto el economista marxista Héctor Malavé Mata escribe un capítulo denominado "La República del Petróleo" en su libro Formación del antidesarrollo de Venezuela. Allí expresa: "Desde el ascenso de Gómez al poder hasta el año 1916, la economía venezolana mantuvo una balanza comercial discretamente favorable. El activo del balance del comercio exterior durante aquel período, estaba constituido principalmente por el valor de las exportaciones de café y cacao, no obstante haber permanecido casi estacionaria la exportación de esos productos en ese mismo lapso, con los consiguientes trastornos depresivos que el monocultivo causaba en coyunturas de recesión mundial a la economía del país". Es decir, que hasta 1917 Venezuela se mantiene con una economía agrícola. En el marco de esa situación, el general Gómez, buen administrador, ordenó la balanza comercial. El dictador conocía el campo y sabía que era productivo. No fue necesario que el petróleo apareciera para que la nación comenzara a solventar sus deudas. El autor citado resume los datos que demuestran el proceso de esa solvencia económica (sin petróleo), en la forma siguiente: "Para 1909, la deuda heredada por Juan Vicente Gómez alcanzaba a Bs. 210.307.281,68. Durante los primeros quince años de su gestión se reconocieron diversas reclamaciones extranjeras que sumaban Bs. 22.714.211,59. El monto de ambas, Bs. 233.021.493,27, era la deuda total a cancelar por Gómez. Ya para el 31 de diciembre de 1923 se había amortizado la cantidad de Bs. 126.843.093,11. Aquélla se redujo a Bs. 106.178.400,16. Para el 30 de junio de 1924 disminuyó a Bs. 102.586.155,16. A partir de esta fecha, el Estado venezolano había amortizado Bs. 130.435.338,11". Es decir, que antes de comenzare la gran incidencia de la renta petrolera en el Fisco, y, en consecuencia, en la economía nacional, la administración de Juan Vicente Gómez había pagado gran parte de la deuda pública, había reglado la balanza comercial, porque había acrecido la productividad agrícola.

Si bien es cierto que en 1917 comienza la explotación comercial del petróleo, todavía será la agricultura el renglón que define nuestra economía, y desde el punto de vista de la política económica, de la intención y del signo predominante en el ritmo de vidas, se mantendrá así hasta la muerte del dictador el 17 de diciembre de 1935. Aunque en la última década de su régimen, el petróleo acapara el primer puesto en las exportaciones. El petróleo lucha con la agricultura, hasta derrotarla, en un desigual combate que entraña la búsqueda de un nuevo signo económico. Las cifras en cuatro años distintos nos revelan esa pelea, en el campo de las exportaciones.

—Ha comenzado a rediseñarse nuestra historia económica con la implementación de un desarrollo industrial equilibrado entre el campo y la ciudad, con especial atención a la agroindustria. El Gobierno de Pérez Jiménez todo el campo de las industrias básicas, petróleo, hierro, hidroeléctrica, y avanza poderosamente en el resto.

La dictadura del general Marcos Pérez Jiménez: El Nuevo Ideal Nacional, edificó las Grandes Obras de Venezuela. De modo que la imagen de prosperidad del país no es otra cosa sino la imagen proyectada por el General Marcos Pérez Jiménez.

—Los gobiernos desde 1958 hasta nuestros días, edifico ranchos y miseria en toda Venezuela.

¡La Lucha sigue!

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